Discusión por Internet con el denunciante de los Documentos del Pentágono Daniel Ellsberg y Jeremy Scahill de The Intercept. Discutieron la decisión del Departamento de Justicia de acusar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, de 17 cargos de violar la Ley de Espionaje por publicar documentos militares y diplomáticos estadounidenses que exponen los crímenes de guerra de Estados Unidos. Esto se produce mientras el presidente Trump está considerando el perdón del Día de los Caídos para los militares estadounidenses acusados o condenados por crímenes de guerra, incluido el ex contratista de Blackwater Nicholas Slatten, que fue declarado culpable en dos ocasiones de asesinato en primer grado en la sangrienta masacre de la Plaza de Nisoor en Bagdad en 2007, en la que resultaron muertos catorce civiles iraquíes que no portaban armas. Fue condenado a cadena perpetua el pasado mes de diciembre.
Transcripción
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AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, The War and Peace Report. Soy Amy Goodman, mientras seguimos observando la decisión sin precedentes del Departamento de Justicia de acusar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, de 17 cargos de violar la Ley de Espionaje por publicar documentos militares y diplomáticos estadounidenses que exponen los crímenes de guerra de Estados Unidos. Assange enfrenta por lo menos 170 años en una prisión de EE.UU. ahora.
Me gustaría volver al 2017, cuando el Secretario de Estado Mike Pompeo era director de la CIA. Habló de WikiLeaks en su primer discurso de la CIA.
MIKE POMPEO: WikiLeaks camina como un servicio de inteligencia hostil y habla como un servicio de inteligencia hostil. Ha animado a sus seguidores a buscar trabajo en la CIA para obtener información. Dirigió a Chelsea Manning en su robo de información secreta específica. Se centra abrumadoramente en los Estados Unidos, al tiempo que busca el apoyo de países y organizaciones antidemocráticos. Es hora de llamar a WikiLeaks por lo que realmente es: un servicio de inteligencia hostil y no estatal, a menudo con la complicidad de actores estatales como Rusia.
AMY GOODMAN: Así que, ese era el Secretario de Estado Mike Pompeo cuando era director de la CIA. Julian Assange respondió más tarde a la acusación en una entrevista con Jeremy Scahill en su podcast, Intercepted.
JULIAN ASSANGE: Pompeo ha declarado que WikiLeaks ordenó a Chelsea Manning que fuera tras cierta información. Es una revelación interesante. Y luego está su afirmación de que esto, es decir, WikiLeaks y sus publicaciones, ya ha terminado. Entonces, ¿cómo propone llevar a cabo esta finalización? No lo dijo, pero la CIA sólo se dedica a recoger información, secuestrar y asesinar gente. Por lo tanto, es una afirmación bastante amenazadora que él necesita aclarar.
AMY GOODMAN: Ese era Julian Assange, mientras continuamos nuestra conversación con nuestros dos invitados. Daniel Ellsberg, el informante de los Documentos del Pentágono, en 1973, fue acusado de violar la Ley de Espionaje por filtrar un informe ultrasecreto sobre la historia de la participación de Estados Unidos en Vietnam al The New York Times y a otras publicaciones. Aquí en Nueva York, el cofundador de Intercept, Jeremy Scahill, anfitrión del podcast Intercepted.
Quiero plantearle eso a Dan Ellsberg, e ir más allá, como hablamos en la primera parte, sobre el contenido de lo que publicó Julian Assange, porque ahora solo se habla del tema en abreviatura, si es que se ha tratado en los medios de comunicación corporativos, qué es lo que publicó y por qué, Dan Ellsberg, usted se identificó tanto con él, en base a lo que lo motivó a publicar los documentos del Pentágono hace tantas décadas.
DANIEL ELLSBERG: Amy, me gustaría corregir un pequeño hecho, y eso ayudará a explicar el contexto. Mencionaste un par de veces que mi caso era 1973. En realidad, se inició en 1971. Cuando el Times comenzó a publicar mis documentos, tenía un caso civil en la Corte Suprema, que terminó con el Tribunal Supremo diciendo que los mandamientos judiciales en su contra eran inválidos bajo la Primera Enmienda. Pero eso fue seguido inmediatamente por mi caso criminal en el 71 por haber entregado los documentos al New York Times, al Washington Post y a otros 17 periódicos que habían llegado. Así que, realmente fue en 1971. Ahora bien, la guerra todavía estaba en marcha en ese momento, la guerra de Vietnam, y yo sabía que iba a continuar y crecer, como en realidad lo hizo. En el 71, le quedaban cuatro años, en realidad, incluyendo tres años, esencialmente, de combate terrestre estadounidense -o dos años de combate terrestre estadounidense-, pero con la perspectiva de un poder aéreo estadounidense indefinido, si Nixon no hubiera sido forzado a dejar el cargo, y en gran medida debido a los crímenes que había cometido contra mí.
Ahora, cuando Pompeo habla de que WikiLeaks ha sido un servicio de inteligencia hostil, probablemente lo vea de esa manera, y porque esa es la forma, estoy seguro, de pensar en The New York Times o The Washington Post. Por cierto, no me cabe duda de que Trump, en particular, considera al Washington Post como un servicio de inteligencia hostil y traicionero. Usted puede sustituir las palabras «periodista crítico» o «periodista de investigación» por esas palabras, en sus mentes.
Me atrevería a decir, por cierto, que la actitud mostrada por esta administración se relaciona con un juramento que tomé como miembro del gobierno de los Estados Unidos y, antes, con el mismo juramento como miembro de la Marina de los Estados Unidos. Y es el mismo juramento que todo congresista hace. Y eso es un juramento de no ocultar nada. Y no es para criticar al comandante en jefe, que es una crítica que el presidente considera traición. Es un juramento de defender y apoyar la Constitución de los Estados Unidos contra todos los enemigos -la Constitución de los Estados Unidos, incluyendo la Declaración de Derechos-, contra todos los enemigos, extranjeros y nacionales.
Especialmente después de ayer, pero en los últimos dos años, he llegado a ver al presidente Trump como un enemigo interno de la Constitución estadounidense, tal como vi al vicepresidente Cheney en ese papel. Y los distingo ligeramente del presidente Nixon, que me acusó. El violó la Primera Enmienda, por los estándares de ese tiempo y por los mejores eruditos legales de ese tiempo. Pero no tengo la percepción de Richard Nixon como alguien que pretendía cambiar las enmiendas, cambiar la Carta de Derechos, cambiar nuestra forma de gobierno. La violó cuando fue necesario. Pensó en el gobierno -el presidente, en particular- como por encima de la ley, que es exactamente la forma en que Donald Trump lo ve. Pero creo que el vicepresidente Cheney y Donald Trump, aunque patrióticos -no los llamo traidores- querían lo mejor para este país, pensaron que la Constitución y la Carta de Derechos existentes no ofrecían lo mejor. Y se pusieron en marcha, creo, muy claramente en sus mentes, a cambiar eso, como creo que John Bolton lo hace ahora mismo, y quizás Pompeo, -no sé lo suficiente sobre él. No tengo ninguna duda de que Pompeo -que Bolton está impaciente con cualquier restricción al presidente por parte del Congreso, por tratados, por la Constitución, por el derecho internacional, por cualquier otra cosa, en sus deseos de guerra y su desprecio por el Congreso. Así que, estamos tratando aquí, lo que yo llamaría enemigos internos de la Constitución Americana, tal como existe.
Cuando Julian Assange hizo su primera filtración de Chelsea Manning, con la que llamó mi atención y la de casi todos los demás, fue un video que mostraba un total de – un helicóptero, en realidad, derribando a 17 personas desarmadas en Irak.
AMY GOODMAN: Dan, voy a interrumpirte, porque tenemos ese video, y queremos reproducir un clip. En abril de 2010 es de lo que estás hablando.
DANIEL ELLSBERG: Sí.
AMY GOODMAN: WikiLeaks apareció en los titulares internacionales cuando publicó este video, filtrado por, como usted señaló, la denunciante del Ejército Chelsea Manning. El escalofriante video, tomado desde un helicóptero militar estadounidense, muestra a las fuerzas estadounidenses disparando indiscriminadamente contra los iraquíes en el barrio de Nueva Bagdad, en Irak. Entre los muertos se encontraban dos empleados de la agencia de noticias Reuters, el camarógrafo fotógrafo Namir Noor-Eldeen, que tenía unos 22 años, el prometedor camarógrafo, y el conductor Saeed Chmagh, padre de cuatro hijos. Se conoció como el vídeo «Asesinato Colateral». Esto es un clip.
SOLDADO DE EE.UU. 1: Ahí, a la una en punto. No he visto nada desde entonces.
SOLDADO DE EE.UU. 2: Sólo[expletivo]. Una vez que te subas, ábrete.
SOLDADO DE EE.UU. 3: soy yo.
SOLDADO DE EE.UU. 4: Veo su elemento, tiene cerca de cuatro Humvees, a lo largo de este –
SOLDADO 2: Estás despejado.
SOLDADO 3: Muy bien, disparando.
SOLDADO 4: Avísame cuando los tengas.
SOLDADO 2: Vamos a disparar. Enciéndelos a todos.
SOLDADO 3: Vamos, ¡dispara!
SOLDADO 2: Sigue disparando. Sigue disparando. Sigue disparando. Sigue disparando.
SOLDADO 5: Hotel, Bushmaster dos-seis, Bushmaster dos-seis, tenemos que movernos, ¡ya!
SOLDADO 2: Muy bien, acabamos de contratar a los ocho individuos.
AMY GOODMAN: Minutos después, el video muestra a las fuerzas de Estados Unidos observando cómo una camioneta se detiene para evacuar a los heridos. Abrieron fuego desde el helicóptero, matando a varias personas más e hiriendo a dos niños dentro de la camioneta.
SOLDADO 3: ¿Dónde está la camioneta?
SOLDADO 2: Justo al lado de los cuerpos.
SOLDADO 3: OK, sí.
SOLDADO 2: Bushmaster, Caballo Loco. Tenemos individuos que van a la escena, parece que posiblemente están recogiendo cuerpos y armas.
SOLDADO 3: Déjenme atacar. ¿Puedo disparar?
SOLDADO 2: Entendido. Descanso. Caballo Loco uno-ocho, solicito permiso para atacar.
SOLDADO 6: ¿Recogiendo a los heridos?
SOLDADO 3: Sí, estamos tratando de obtener permiso para atacar. Vamos, ¡déjenos disparar!
SOLDADO 2: Bushmaster, Caballo Loco uno-ocho.
SOLDADO 3: Se lo están llevando.
SOLDADO 2: Bushmaster, Caballo Loco uno-ocho.
SOLDADO 7: Aquí Bushmaster 7, adelante.
SOLDADO 2: Entendido. Tenemos un todoterreno negro o una camioneta Bongo recogiendo los cuerpos. Solicito permiso para atacar.
SOLDADO 7: Bushmaster 7, entendido. Aquí Bushmaster siete, entendido. Encienda.
SOLDADO 2: Uno-ocho, adelante. Despejado.
SOLDADO 3: ¡Vamos!
SOLDADO 2: Despejado. Despejado.
SOLDADO 3: Estamos atacando.
SOLDADO 2: Voy a dar la vuelta. Despejado.
SOLDADO 3: Entendido. Tratando de–
SOLDADO 2: Despejado.
SOLDADO 3: Los escucho- los perdí en el polvo.
SOLDADO 6: Los tengo.
SOLDADO 2: Debería haber una furgoneta en medio de la carretera con entre 12 y 15 cadáveres.
SOLDADO 3: Oh, sí, mira eso. ¡Justo a través del parabrisas! Ha ha!
AMY GOODMAN: Como pueden ver, este es un video absolutamente horrible. Las cifras varían en función del número de personas muertas, de 12 a quizás 18 o más. Dos de ellos trabajaban para la agencia de noticias Reuters, que había intentado durante varios años conseguir pruebas de lo que le había pasado a su personal, y no pudieron hacerlo hasta que se publicó este vídeo. De nuevo, el video tomado desde el helicóptero del Ejército. Estamos hablando con el denunciante del Pentágono Dan Ellsberg y Jeremy Scahill. Los hombres fueron derribados a tiros desde el helicóptero. Quiero decir, este video es mucho más largo. Se oye a los soldados reír y maldecir. No son renegados. Llaman a la base para pedir permiso para disparar y abrir fuego. Namir Noor-Eldeen es asesinado junto con los otros hombres, pero Chmagh se escapa. Y en el segundo ataque a la gente de abajo, incluyendo al padre con sus dos hijos en la camioneta, los niños gravemente heridos, Chmagh, que se arrastra herido, también es disparado. ¿Jeremy?
JEREMY SCAHILL: Sí, quiero decir, esto es muy similar a cuando la CIA hace estos ataques de doble toque, donde matan a un grupo de personas, y luego regresan y matan a los primeros en responder. Eso parece ser lo que vemos en este video, que están atacando a individuos desarmados, incluyendo a miembros de los medios de comunicación.
Y, por supuesto, también tenemos que recordar que la administración Bush marcó la pauta para el asesinato de periodistas hace mucho, cuando la portavoz del Pentágono, Victoria Clarke, dijo básicamente: «No podemos garantizar la seguridad de ningún periodista que no esté con nuestras fuerzas». Y ellos-
AMY GOODMAN: Que no están integrados.
JEREMY SCAHILL: Que no- correcto, que no están integrados. Y, por supuesto, mataron a Tareq Ayyoub en un ataque directo, el corresponsal de Al Jazeera, informando desde el centro de Bagdad durante las etapas iniciales de la ocupación. Bombardearon el Hotel Palestina, matando a José Couso, el camarógrafo español, y luego a otro empleado de Reuters, un camarógrafo ucraniano.
Por lo tanto, el servicio público de filtrar este video fue para tratar de mostrar al público estadounidense pruebas documentadas de crímenes de guerra que se cometen en su nombre, con sus dólares de impuestos. Claramente fue filtrado por alguien dentro del sistema que estaba horrorizado por lo que presenció. Y ahora sabemos que era Chelsea Manning.
Pero hablemos también de otros documentos. No son sólo los cientos de miles de cables del Departamento de Estado. Esos también son muy significativas, porque muestran la forma en que Estados Unidos utiliza el soborno, el chantaje, las amenazas, el engatusar para conseguir que gobiernos flexibles o gobiernos hostiles cumplan con las órdenes de Estados Unidos. Pero también, y creo que este es el paralelo más fuerte con Dan Ellsberg y los Documentos del Pentágono, es que los registros de guerra de Irak y Afganistán, que fueron publicados por WikiLeaks, nos dieron material histórico crudo que pintaba un cuadro de las operaciones de matanzas masivas en Irak que Estados Unidos estaba llevando a cabo; las operaciones de sus fuerzas secretas de captura y asesinato; la tortura de prisioneros; la manera en que Estados Unidos estableció escuadrones de la muerte en Irak como parte de la llamada opción de Salvador -la idea de que iban a «Iraqizar» la ocupación por parte de Estados Unidos al entrenar a las fuerzas iraquíes para que cumplan sus órdenes; cómo Estados Unidos avivó las llamas de la guerra sectaria en Irak, que es un país muy diverso, dividido entre chiítas, sunitas y kurdos. Es decir, si se mira la totalidad de lo que WikiLeaks y Julian Assange publicaron sobre esta guerra totalmente criminal basada en mentiras, se trata de un servicio público increíble.
Y si se mira la Sección 36 de la acusación contra Julian Assange, de estas nuevas acusaciones, hay una acusación de que Assange y Manning, al publicar estos documentos, pusieron en peligro al personal de Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos no ha podido encontrar a una sola persona que haya sido asesinada como resultado de las revelaciones de WikiLeaks. Y, de hecho, una de las revelaciones interesantes de esta acusación es que Estados Unidos tiene esta red de informantes, que incluye periodistas, ONGs y otros. Esa práctica de los Estados Unidos de utilizar a personas que tienen motivos legítimos para estar en zonas de crisis, como trabajadores humanitarios o periodistas o clérigos u otros, que los utilizan como informantes, es, en sí misma, una práctica moralmente reprobable, porque pone en peligro a los verdaderos trabajadores humanitarios o a los verdaderos periodistas que están allí. Es similar a lo que hicieron los Estados Unidos en Pakistán con su falso programa de vacunación contra la polio que estaban llevando a cabo en un esfuerzo por confirmar que Osama bin Laden estaba en el recinto de Abbottabad. Las tasas de vacunación contra la poliomielitis se desplomaron en Pakistán como resultado de que los Estados Unidos llenaron de armas algo que se supone que es para el bien público.
Y creo que también es importante que yuxtapongamos lo que la administración de Trump está haciendo, persiguiendo a Daniel Hale, amenazándolo con 50 años de prisión por supuestamente denunciar el programa bipartidista de asesinatos extrajudiciales que se inició bajo Bush, que se intensificó bajo Obama, continuó bajo Trump -que contrapone la acusación de Daniel Hale, estos 17 nuevos cargos de espionaje contra Julian Assange, el encarcelamiento continuo de Chelsea Manning, el encierro de Terry Albury, la sentencia de cinco años de prisión dictada contra Reality Winner-, se contraponen a las posturas de la administración de Trump con respecto a los crímenes de guerra. Y Trump está tratando de indultar a los SEAL de la Marina, a los operativos de Blackwater y a otros que han sido responsables de masacrar a civiles. Y en el caso de Nicholas Slatten, el operativo de Blackwater, fue uno de los principales artilleros de la masacre de la Plaza Nisoor el 16 de septiembre de 2007, en Bagdad. Y este era un tipo que había hecho comentarios racistas y despectivos sobre los iraquíes y la falta de valor de su humanidad, y que mató a tiros a sangre fría a personas, incluyendo a un infante, un niño de 9 años de edad llamado Ali Kinani. Más de una docena de mujeres y niños fueron masacrados. Y estas son las personas que Trump está diciendo ahora que quiere perdonar.
No creo que Trump haya preparado nada de esto en su «cerebro muy grande» como se refiere a él. Trump es el caballo de Troya para la agenda de, por un lado, la derecha radical, extremista y cristiana supremacista, dirigida por Mike Pence en este momento, pero también el punto de vista de John Bolton-Dick Cheney-Mike Pompeo sobre el poder ejecutivo, la idea de que Oliver North e Irán-Contra no era un crimen, sino un modelo para la forma en que Estados Unidos debía conducirse. Estas son las personas, estas son las ideas que vemos que se están implementando, usando a Trump como un vehículo, como un caballo de Troya, para exonerar a los verdaderos criminales y acusar a aquellos que denunciaron o publicaron información que muestra los crímenes de guerra, esa es la sociedad en la que estamos viviendo ahora mismo.
Sabes, creo que la administración de Obama quería golpear a Julian Assange con estos cargos, pero, al final,-
AMY GOODMAN: Digo, hubo una acusación cerrada.
JEREMY SCAHILL: Hubo una acusación cerrada. Pero si se observan algunos de los comentarios recientes de altos funcionarios del Departamento de Justicia que estaban en la administración de Obama en ese momento, lo que han estado diciendo es que la administración de Obama no sólo lo veía como un asunto legal, sino como un asunto de política. Y es una gran lección, Amy, en el poder de la gente común y de las organizaciones de noticias que se pronuncian. Parte de la razón por la que la gente de Obama está citando no haber hecho esto es por no hacer lo que Trump está haciendo ahora con Assange, es la idea de que el público, el público estadounidense, percibiría esto como un ataque a la libertad de prensa. No fue porque Obama tuviera conciencia de esto. Es porque la gente estaba armando un escándalo.
Y es por eso que, ya sabes, en el segmento anterior que hicimos hoy, estaba argumentando que el fracaso de las principales organizaciones de noticias en reconocer esta amenaza en 2010, 2011, 2012, cuando estaba claro que venían por WikiLeaks, es parte de la forma en que terminamos aquí, que si las organizaciones de noticias más grandes y poderosas hubiesen hablado antes de esto, o si hubiesen, por ejemplo, cubierto el jucio de Chelsea Manning haciendo ruido, tal vez no hubiésemos estado en esta situación con Donald Trump. Pero Obama también es responsable de esto, al igual que poderosas organizaciones de noticias, en particular las que publicaron material de WikiLeaks, que se negaron a hacer de esto una campaña central para la libertad de prensa.
AMY GOODMAN: Está hablando del New York Times.
JEREMY SCAHILL: Hablo de The New York Times, pero también de organizaciones internacionales de noticias. The Guardian ha sido bastante implacable en sus ataques a WikiLeaks y Julian Assange en algunos de sus reportajes. Al mismo tiempo, ya sabes, hay otras personas; no quiero pintar a The Guardian como un monolito. Hay otras personas en The Guardian que han sido muy feroces en su defensa de WikiLeaks. Pero, en general, estas organizaciones de noticias, que se beneficiaron de la valentía de Chelsea Manning y de la valentía audaz de Julian Assange al estar dispuestos a enfrentarse al imperio más poderoso del mundo, es patético que ni si quiera se limitaran a hacer sonar las campanas desde la cima de la colina diciendo: «A todos nosotros nos debería importar esto». Sabes, está bien hacer un editorial sin firmar el día después de una acusación. ¿Dónde estaba usted cuando se produjo la pelea para tratar de evitar que esto ocurriera?
Y por eso, le estaba diciendo ayer a un amigo que extraño mucho, Michael Ratner. Sabes, en un momento como este,- Michael Ratner pasó la mayor parte del último período de su vida-
AMY GOODMAN: Michael Ratner, ex presidente de la junta del Center for Constitutional Rights, uno de los abogados de Julian Assange.
JEREMY SCAHILL: Sí, y también un abogado que, cuando usted y yo estábamos siendo atacados por cuestiones de libertad de prensa -muy temprano en mi época en Democracy Now-, fuimos arrestados por informar sobre una protesta en la Base Andrews de la Fuerza Aérea, una protesta antinuclear. Y básicamente fuimos agredidos por la policía militar, arrestados, retenidos sin poder hablar con nuestros abogados, nos quitaron las cintas. Sabes, Michael Ratner intervino en ese caso y consiguió que los militares devolvieran nuestras cosas y rescindan la prohibición. Nos habían prohibido a ti y a mí entrar en propiedad militar.
Lo menciono porque necesitamos más Michael Ratners. Necesitábamos que Michael Ratner estuviera vivo estos últimos años, y no lo está. Y creo que Michael habría estado luchando con uñas y dientes. Habría estado en primera fila. Y eso demuestra que los profetas no son personas que ven el futuro. Son personas que entienden el presente. Y Michael Ratner fue un gran profeta americano. Sabía cuál era la amenaza y trató de advertirnos.
AMY GOODMAN: Para terminar, Dan Ellsberg, usted es el legendario informante que publicó los documentos del Pentágono, la historia de la participación de Estados Unidos en Vietnam. Usted mismo se enfrentó a más de cien años de prisión. El juicio comenzó en 1973, el juicio en sí. Explique lo que pasó, por qué al final quedó en libertad. Pero también estamos aquí en este día en el que han ocurrido dos cosas. Tiene las acusaciones de espionaje que se han formulado contra Julian Assange, que actualmente se encuentra en una prisión británica, y tiene esta escalada de tensión que Estados Unidos está creando con Irán, otro asunto que le ha importado tanto a lo largo de los años, suplicando a los denunciantes dentro del Pentágono u otros lugares que den a conocer información sobre la relación de Estados Unidos con Irán. ¿Pero sus últimos pensamientos?
DANIEL ELLSBERG: Amy, estoy en un momento raro para mí, que veo una cosa esperanzadora en este momento tan ominoso-muy ominoso. Y estoy de acuerdo con todo lo que dijo Jeremy Scahill durante el programa principal y ahora mismo, absolutamente. Pero veo una explicación que puede sugerir que estamos en un punto de inflexión. Ha preguntado una y otra vez, con toda la razón: ¿Dónde estaba la prensa, y dónde estaban los abogados y otras personas que defendían a la prensa, durante estos últimos 40 años, 10 años, 12 años? Realmente no han estado allí. No hay duda de eso. El New York Times no estuvo ahí para mí, déjenme decirles, esa es una historia más larga, en 1971. Yo era una fuente, y ellos no sentían ningún compromiso real de compartir los escritos de la Corte Suprema con mi gente de defensa, para ayudar a nuestro esfuerzo de financiamiento de ninguna manera, incluso admitiendo el hecho de que teníamos un esfuerzo de financiamiento de la defensa. Y eso fue lo que le advertí a Julian y a otros: No esperes ayuda de la prensa.
¿Por qué no? Pues bien, el famoso pastor Niemöller, el pastor luterano de Berlín que pasó la guerra en Dachau, fue famoso, después de explicar las actitudes de los alemanes, hasta cierto punto incluyéndose a sí mismo, al principio, a finales de los años 30. Y dijo- en la Alemania de los años 30, bajo Hitler: «Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque no era socialista. Luego vinieron por los comunistas, etc. yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos. Yo no era judío. Y cuando vinieron por mí, no quedaba nadie que hable».
Bueno, la analogía aquí sería: Cuando vinieron, hace 48 años, por Daniel Ellsberg, era un antiguo funcionario. Había levantado la mano, o había prometido guardar secretos. Se buscó lo que está recibiendo, y así. Treinta y nueve años pasan antes de que alguien más publique tanto como él. Es Chelsea Manning, una persona joven. ¿Qué tenía que ver como escritora, otra fuente, por cierto, no como periodista? Es transgénero. No podemos identificarnos con ella. Vamos a pasar de largo. Edward Snowden busca refugio en Rusia. No podemos simpatizar con él. Lo que le pasó a Julian Assange, quien era como Fox News en 2016. Lo descartaron. Yo mismo creo que siete años en una habitación de la embajada ecuatoriana no fueron buenos para su juicio. No creo que sería bueno para el mío. Así que le dejo pasar mucho cuando no estoy de acuerdo con él en los últimos años, como lo estoy con su política, después de haberle visitado allí. Pero ahora esto finalmente nos pone en la mira a nosotros, a Niemöller cuando vinieron a por él. Los periodistas no pueden perderse el punto, con esta última acusación, de que esto podría aplicarse a cualquiera de ellos.
Así que hay motivos para esperar que por primera vez se levanten y vean varias cosas muy específicas al respecto, por cierto. Por un lado, ahora están sujetos a la Ley de Espionaje. Eso es nuevo desde ayer. Deberían reconocer entonces que la Ley de Espionaje estaba destinada a los espías, y que no se aplica ni a los denunciantes ni a los periodistas, justamente, en virtud de la Primera Enmienda. No se puede tener un juicio justo. Ni un periodista ni un denunciante pueden argumentar su motivo, así como el papel que desempeñan en la sociedad. No pueden responder a la pregunta: ¿Por qué hiciste lo que hiciste? Yo no pude responder a esa pregunta en mi juicio, ya que me enfrentaba a 115 años de prisión. «Objeción, irrelevante». Y eso ha sido cierto con todos los denunciantes posteriores, lo que significa que no tuvieron nada como un juicio justo. Como he dicho, he conocido a casi todos, excepto a los más recientes, a los que espero conocer. Pero eso también es cierto para los periodistas.
Anoche me alegró mucho ver varios editoriales, como el Pittsburgh Post-Gazette, por ejemplo, que daba ejemplo, incluso antes de ayer, sobre la base del nuevo encarcelamiento de Chelsea Manning y sobre la base de Reality Winner, que ha sido mencionado, y de Daniel Hale y otros: Debe haber una alternativa a la Ley de Espionaje. Debe ser rescindida para usarla contra cualquiera que no sea un espía, que no tenga una buena razón para decir por qué hizo lo que hizo, que no pueda explicar lo que se suponía que debía hacer para el público. Debe haber una defensa de interés público, la capacidad de explicar cuál fue el impacto, por qué se intentó, cuál fue el daño, si lo hubo, y qué se esperaba de esto. No se puede hacer bajo el Acta de Espionaje ahora. Eso es muy importante.
Y la prensa, en su conjunto, debe tomar este ataque a la nueva prensa como un ataque a la libertad de prensa en general. Y tengo que decir, humanamente, que es una especie de comprensión de por qué se echaron atrás en eso, siempre y cuando no se tratara de ellos personalmente. Era sobre sus fuentes. Bueno, cuando insistí en ello, tienes que reconocer que esta ley está sujeta a abusos, déjame decirte una pequeña cosa. Lean la ley, 18 U.S.C. 793, párrafos D y E, especialmente E, y verán algo que casi nadie menciona. Las palabras no sólo se aplican a los periodistas, no sólo a los funcionarios; se aplican a los lectores, que no están autorizados a leer estas cosas. Cualquiera que no esté autorizado a tenerlo, obtenerlo o transmitirlo a su cónyuge es un lector del New York Times. Ahora bien, mientras eso no se aplicara a los periodistas, su actitud, y la de los abogados, era «Deja que los perros dormidos se queden quietos. No plantees el tema. Podemos obtener un resultado desfavorable». Bueno, ese tiempo ya pasó. El perro dormido, que es el antagonista de una prensa libre, ya no duerme. Se está lanzando a sus gargantas.
AMY GOODMAN: Bueno, quiero terminar preguntándole a Jeremy Scahill sobre cómo los candidatos presidenciales demócratas han abordado la creciente guerra contra la libertad de prensa. En 2010, Joe Biden llamó a Assange un «terrorista de alta tecnología». A principios de este año, el alcalde, Pete Buttigieg, dijo a CBS que estaba «preocupado» por la clemencia de Chelsea Manning. Mientras tanto, el congresista hawaiano Tulsi Gabbard ha pedido que se retiren los cargos criminales contra Julian Assange y Edward Snowden. Jeremy, mientras terminamos, miremos hacia adelante.
JEREMY SCAHILL: Sí, y tengo mucha curiosidad por escuchar los pensamientos de Elizabeth Warren sobre esto, así como los de Bernie Sanders. Quiero decir, uno de los puntos que Dan Ellsberg ha planteado a lo largo de su carrera, y que he estado planteando más recientemente sobre esto, es que no son sólo los pecados de comisión, en los que estás diciendo: «Oh, Julian Assange debería pudrirse en la cárcel», o «No me gusta Julian Assange a causa de 2016, así que no me importa lo que le pase».
AMY GOODMAN: Y sólo, una vez más, aclarar el 2016.
JEREMY SCAHILL: Así que Julian Assange y WikiLeaks publicaron todos estos correos electrónicos, de John Podesta, del DNC, que Hillary Clinton y sus partidarios y algunas entidades de inteligencia dentro del gobierno de los EE.UU. han alegado que fueron obtenidos por Rusia originalmente a través de piratería informática. Sabes, eso no ha sido definitivamente probado. Puede que sea o no la persona que obtuvo los documentos originalmente. La pregunta es: ¿Assange estaba involucrado? ¿Él lo sabía? Quiero decir, hice una entrevista con Assange donde traté de hacerle algunas de estas preguntas, ya sabes, y es un poco cauteloso al respecto. Pero hay muchas acusaciones de que Rusia trabaja con WikiLeaks, y hay pruebas bastante escasas o, en el mejor de los casos, circunstanciales que tenemos sobre esto -ya sabes, los tweets con Roger Stone y los mensajes directos de Don Jr. – pero, ya sabes, esas no son pruebas de que Rusia se los haya dado a Julian Assange. Es muy probable que así sea.
Pero lo que quiero decir es que no es sólo la gente la que dice: «No me importa Chelsea Manning», o «Cuestiono su clemencia», o «No me importa lo que le pase a Julian Assange». El silencio es complicidad: los pecados de la omisión, no decir nada. Y creo que eso es lo que nosotros,- la lección que debemos aprender aquí, es que cuando no se habla, entonces se llega a este punto extremo, cuando la gente no se mantiene unida, incluso cuando la gente que no les gusta está siendo atacada. Sabes, siempre digo que tu verdadera conciencia se pone a prueba cuando alguien por quien has votado o que te ha gustado está en el poder. Sabes, es fácil estar en contra de que Donald Trump haga esto ahora mismo. ¿Dónde estaban estas voces cuando el Sr. Nobel de la Paz, erudito en derecho constitucional, estaba destruyendo la libertad de prensa y atacando a las fuentes periodísticas mediante un acto destinado a atrapar espías? ¿Dónde estaba la protesta en el momento en que esto estaba sucediendo? Porque sentó las bases. Lo normalizó para que Trump pueda decir: «Obama lo hizo más que nadie, más que todos los presidentes de la historia de Estados Unidos juntos».
Y no pienses ni por un segundo que a Trump le importa el contenido real de estas cosas. Se trata de amenazar a la gente que incluso piensa en filtrar sobre él. Eso es lo que…. así es como creo que lo convencieron. Dibujaron unas caricaturas para Donald, ya sabes, con puntos que mencionaban su nombre, para asegurarse de que dijera: «Sí, hagámoslo». Quiero decir, el tipo dijo: «Me encanta WikiLeaks», hablando constantemente de cómo le gusta WikiLeaks. Es un mentiroso patológico. Realmente creo que le convencieron de la idea: Esta es la forma de prevenir filtraciones, es tirar el libro a todo el mundo.
AMY GOODMAN: Jeremy Scahill, quiero darle las gracias por estar con nosotros, periodista de investigación, cofundador de The Intercept, y el legendario denunciante de los documentos del Pentágono, Daniel Ellsberg. Para ver la Parte 1 de nuestra discusión, vaya a democracynow.org. Soy Amy Goodman. Muchas gracias por acompañarnos.
Traducción del inglés de: Antonella Ayala