… y sigue ruta por varios países de Latinoamérica para terminar en Estados Unidos y Canadá
Se enriquecen cada día los argumentos a favor cuando a los participantes se les pregunta cómo imaginan que podría cambiar su vida si tuvieran la subsistencia asegurada y cómo podría cambiar la sociedad en la que nos ha tocado vivir
Durante diez días, hemos recorrido varias ciudades de Bolivia llevando el documental RBUI, nuestro derecho a vivir. Se trata de una producción del director español Álvaro Orús en la que podemos encontrar todos los argumentos fundamentales de qué es una renta básica universal, incondicional, individual y suficiente. Características de lo que define a este nuevo derecho humano emergente que reclaman especialistas de diversos campos y movimientos sociales de cada día más países, de todos los continentes ,y que garantizaría la supervivencia de todo ser humano por el hecho de haber nacido.
En el documental, también podemos encontrar antecedentes de la idea, experimentos actuales y pasados, resultados de los mismos, explicaciones de qué es y no es una renta básica y los argumentos a favor y en contra de la implantación de la misma. Por cierto, en todos los ámbitos y lugares se repiten los mismos prejuicios apoyados en la falta de información y especialmente en las creencias y valores que nos mueven, sobre los que se sustenta este sistema violento en el que unos pocos se han apoderado de lo que es de todos. Tal vez, sea la mayor resistencia que se presenta para que una mayoría de población reclame este derecho.
Pero también hay personas y grupos que rápidamente hacen suya la idea porque sienten que les abre el futuro y comienzan a conectarse y trabajar por expandir el planteamiento.
Sobre los efectos positivos que se imaginan en los intercambios posteriores a la proyección del documental, entre los participantes, es notable cómo se van enriqueciendo los argumentos y las imágenes. Algunos de los argumentos son éstos: eliminación de la pobreza, se ganan notables cuotas de libertad (especialmente por parte de los sectores más discriminados, incluidas las mujeres); se ve como una buena medida y el comienzo para ir recomponiendo el nosotros, tan destruido por el individualismo galopante en el que vivimos; se produce ruptura de temores, eliminación de buena cantidad de dolor y sufrimiento con la desaparición de no pocas enfermedades físicas y sicológicas asociadas a la precariedad; es una buena medida para el desarrollo de una cultura de solidaridad y compasión hacia los demás; el poder contar con el tiempo y la energía para dedicarnos a lo que realmente nos desarrolle como seres humanos, a aquello para lo cual cada quien sienta que vino a este mundo, y un largo etcétera.
La gira ha pasado por universidades públicas y privadas de El Alto, La Paz y Cochabamba para terminar en Santa Cruz, donde se ha presentado ante profesionales de la comunicación.
El documental se presentará en varios puntos de Argentina en próximas fechas; en mayo se proyectará en el Foro Humanista Latinoamericano (10, 11 y 12 de mayo) para seguir ruta por Brasil y terminar en junio en EE.UU. y Canadá.