Greta Thunberg participó en el evento organizado por Fridays for Future Roma que se celebró hoy en la Piazza del Popolo. Nosotros también estuvimos allí, junto con las 25.000 personas que escucharon los discursos de los jóvenes activistas en protesta por el ambiente. Esta es nuestra historia y los testimonios de algunos de los chicos y chicas que de diversas partes de Italia y del mundo se han unido a la movilización inspirados por la joven activista sueca.
En pocos meses se ha convertido en un símbolo tan fuerte y ha ganado tanta popularidad que parece casi imposible encontrarlo en directo. Es difícil imaginar mirarla a pocos metros de distancia y escuchar los mensajes -fuertes, sinceros, desconcertantes- que en muy poco tiempo han inspirado y animado una protesta internacional sin precedentes, por la participación y la edad de los activistas.
Joven, muy joven como ella, Greta Thunberg, ese símbolo que está a punto de materializarse ante mis ojos y los de todos los que la esperan, impacientes y apasionados, al final de una mañana llena de intervenciones.
Somos 25.000, nos dicen, esperándola bajo el escenario impulsado en parte por pedales que las chicas y chicos de Fridays for Future Roma querían instalarle en la Piazza del Popolo. Porque la coherencia es importante, al igual que el compromiso concreto e inmediato.
«No hay más tiempo», reiteraron en sus discursos muchos de los jóvenes que intervinieron hoy. «No hay más tiempo», dice la pancarta en primer plano. «No hay más tiempo», dicen las notas que escuchamos momentos antes de la llegada de Greta. «No hay más tiempo», fotógrafos a mi alrededor están corriendo, a la expectativa de la joven de 16 años más famosa del mundo.
«¡Hola Roma!» La joven sueca hace su primera aparición y finalmente llega al escenario, donde está rodeada de otros activistas. Nos saluda como lo hacen las estrellas y, sin embargo, me doy cuenta inmediatamente de que su imagen no prevalece sobre los demás, sino que se integra perfectamente con el grupo y es en conjunto, no sólo ella, que estos jóvenes expresan todo este poder, real y simbólico.
«Nos mintieron», dice Greta. «Nos dieron falsas esperanzas. Nos dijeron que el futuro es algo a lo que mirar con confianza. Y sí, algunos de nosotros podemos tener todo lo que queremos, por ahora. Muchos de nosotros podemos comprar mucho más de lo que necesitamos. Pero lo único que realmente necesitamos es un futuro. Y lo más triste es que la mayoría de los niños ni siquiera son conscientes del destino que les espera y no lo entenderán hasta que sea demasiado tarde.
«Nosotros, chicas y chicos, no sacrificamos nuestra educación y nuestra juventud para que alguien nos diga lo que es políticamente posible en la sociedad que él creó. No nos tomamos las calles para que los políticos se tomen selfies con nosotros y nos digan que realmente admiran lo que hacemos. Nosotros, chicas y chicos, estamos haciendo esto para que los adultos se despierten. Nosotros, niñas y niños, lo hacemos para pedir acción. Nosotros, chicas y chicos, lo hacemos porque queremos recuperar nuestras esperanzas y nuestros sueños.
En sus ojos y en sus palabras -que hoy escucho y miro sin el filtro de una pantalla- se puede leer esa lucidez inquietante que ha involucrado a millones de estudiantes de todo el mundo.
En su nombre y siguiendo su ejemplo, chicas y chicos de cientos de ciudades de docenas de países han comenzado a hacer huelga todos los viernes para reclamar su futuro. Al mismo tiempo, han comenzado a tomar acción en sus propios territorios, a reunirse y discutir para entender cómo actuar en primera persona para salvarnos a nosotros mismos y al único planeta que tenemos.
Hoy en Roma, los jóvenes han respondido a los que siguen denigrándolos y humillándolos, han traido su tenacidad, su determinación y la conciencia que han demostrado tener, más que muchos adultos que los critican cruelmente. Las chicas y los chicos de Palermo, Bari, Milán y Udine hicieron referencia a los datos científicos, explicaron las consecuencias del cambio climático, denunciaron la Ilva de Taranto y aquellas grandes obras como el Tav y el Mose que desvían la atención y la acción de las reales prioridades de Italia y del mundo.
Los jóvenes activistas presentes hoy en Roma se han distanciado de las banderas de las calles, de los sindicatos y de los políticos que intentan explotarlos: «¡No queremos que nos utilicen, queremos que actúen!
Fridays for Future, en palabras de sus representantes de las ciudades italianas, ha afirmado así su separación de toda fuerza e interés políticos y, al mismo tiempo, se ha presentado hoy como un movimiento fuerte y consciente, decidido a organizarse de la mejor manera. También lo demostró planificando su primera asamblea nacional constituyente, celebrada hace unos días.
Y aquí están en este video las entrevistas recogidas el 13 de abril en Milán durante la primera asamblea nacional constituyente de Fridays for Future.
Traducción del italiano por Estefany Zaldumbide