Ya han pasado siete semanas desde el viernes 22 de febrero, cuando en Argelia se realizó la primera manifestación importante contra la candidatura del presidente Abdelaziz Bouteflika para un quinto mandato. Millones de ciudadanos, hombres, mujeres y jóvenes han salido a las calles en todo el país. El reclamo inicial fue solo el rechazo de la candidatura del presidente anciano y enfermo. El viernes pasado fue la séptima semana consecutiva de protestas; poco a poco, todos los estratos de la sociedad argelina han alcanzado el vasto movimiento. Semana tras semana, los reclamos se han vuelto cada vez más radicales. Desde «¡No al 5º mandato!» se ha pasado a un fuerte y claro «¡yetnehaw gaa!»: ¡Todos deben irse! y a «Djazair Horra dimuqratiya», Argelia libre y democrática. Todo un programa.
Abdelaziz Bouteflika
El presidente contra quien la multitud salió a las calles es Abdelaziz Bouteflika, nacido en 1937 en la ciudad de Oujda, en Marruecos. Se unió al ejército fronterizo que tomó el poder en 1962, inmediatamente después de la independencia. Fue ministro de Asuntos Exteriores bajo los dos primeros presidentes de la joven República de Argelia hasta 1979, luego desapareció de la escena pública durante unos veinte años. (lea aquí quién es Abdelaziz Bouteflika: https://karimmetref.wordpress.com/2005/09/28/peace-reporter-boutef-per-gli-amici/)
Al llegar al poder en 1999, fortaleció progresivamente su posición al noquear a sus principales rivales, los grandes hombres del Frente de Liberación (FLN), generales del ejército, la oposición política. A fines de la década de 2000, él y su círculo cercano de familiares, amigos y aliados controlaban las principales instituciones del país: la presidencia de la República, el partido FLN, el ejército, el Parlamento, el poder judicial, la policía, la Sociedad Nacional del Gas y la petróleo, bancos. Todo. En 2009, incluso la Constitución argelina cambia y logra ser elegido para un tercer mandato.
En 2013 comienzan sus problemas de salud. Afectado por una isquemia cerebral, permanece varios meses en el extranjero para recibir tratamiento y luego regresa a una silla de ruedas, ya no puede caminar ni hablar. Pero su séquito no puede encontrar una figura igualmente carismática y sabe que si cae, todos caerán. Lo mantienen en su lugar hasta el final y lo repostulan para un cuarto mandato, en elecciones fraudulentas, como todas las anteriores, ganadas incluso antes de la votación.
El cuarto mandato es un desastre total, el clan gobernante siente que el fin se acerca y acelera el saqueo de la riqueza del país. La corrupción se está disparando, la ira y el desorden están en todas partes.
Los orígenes de la protesta
La reelección de Bouteflika, ahora reducido a un estado casi vegetativo, para un quinto mandato desencadena las protestas, que comienzan primero en la web, luego en la plaza, para luego involucrar a todas las regiones, todas las generaciones, todos los estratos de la sociedad argelina.
Existen diversas opiniones sobre el origen de estas protestas, es difícil definir con precisión quién ha llamado a esta movilización extraordinaria. Se habla de un movimiento espontáneo que nace de la fatiga y la decepción ante la bancarrota económica y la corrupción desenfrenada. Los jóvenes cansados de vivir como pobres en un país rico habrían movilizados usando las nuevas tecnologías.
Hay quienes, en cambio, consideran la protesta como un movimiento que proviene del propio sistema. El ejército y los servicios secretos son especialmente vistos.
Entre las opiniones más difundidas sobre el origen de la protesta argelina, también hay quienes hablan de otro plan «petromonarquía OTAN-Israel» para un cambio de régimen en Argelia sobre los modelos implementados en Siria y Libia …
Probablemente hay una parte de la verdad en cada una de estas hipótesis. El país está cansado, el régimen en sí está atrapado en una situación en la que no es posible encontrar una alternativa válida a un hombre ahora reducido a un estado casi vegetal y las relaciones internacionales en el área se están estrechando. La posición neutral de Argelia ha trastornado fuertemente el eje conservador Arabia Saudita-Israel-estadounidense. Y, por lo tanto, es posible que ellos también vean con buen semblante la salida del antiguo presidente.
El regreso del ejército
El ejército argelino siempre ha estado en el poder, pero desde su llegada en 1999, Bouteflika ha maniobrado hábilmente para reducir el poder de los generales.
A partir de la tercera semana de protestas, el General de División Gaied Salah, Viceministro de Defensa y Jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional Popular (ANP), rompió el silencio y entró progresivamente en la escena política.
Después de la renuncia del presidente Bouteflika, se nombró a sí mismo Ministro de Defensa y destituyó al último hombre fuerte de los servicios secretos. Desde la semana pasada, busca imponer el «gobierno de transición» y limitar la libertad de manifestación. A medida que pasan los días, una solución egipcia aparece en el horizonte. El país vuelve bajo las garras de hierro del ejército.
Pero las manifestaciones no se detienen y los participantes en sus canciones tienen en cuenta el hecho de que en el eslogan «Todos tienen que irse» también se incluyó al jefe del Estado Mayor militar, un hombre que permitió el control de Bouteflika en la institución militar.
Llegados a la encrucijada
La situación ahora parece haber llegado a una encrucijada. O el hombre fuerte del ejército acepta apartarse para permitir una verdadera transición democrática con una Asamblea Constituyente compuesta por representantes de la oposición y varias personalidades de la sociedad civil conocidas por su integridad y competencia, y luego, tal vez se pueda ingresar a una fase de salida real de la crisis y reconstrucción de las instituciones nacionales sobre nuevas fundamentos.
Sino se insistirá en intervenir en política e imponer una transición gestionada por el mismo clan político ampliamente repudiado por la población, abriendo así las puertas a una radicalización de las protestas y al ingreso en la escena de fuerzas que hasta ahora permanecían en el fondo: salafitas, separatistas, intervención de Varios actores internacionales en apoyo de las diversas partes …
El balón está en manos del general Gaied Salah. Esperemos que lo lance en la dirección correcta.
Traducción del italiano por Michelle Oviedo