El ministro de Petróleo de Venezuela ha informado que Caracas planea desviar a Rusia u otros países el petróleo que inicialmente correspondía a EE.UU.
Manuel Quevedo ha asegurado este lunes que le corresponde a Venezuela decidir donde enviar su petróleo, afirmando su compromiso a cumplir los contratos de suministro petrolero a Rusia en línea con la voluntad de Caracas de fomentar sus lazos con Moscú, al hablar a la prensa tras la reunión del Comité Ministerial de Monitoreo Conjunto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se celebra en Bakú, la capital de Azerbaiyán.
“Sostuvimos un breve encuentro con el ministro de Energía de la Federación rusa, Alexander Novak, con él intercambiamos sobre todo lo que es la consolidación de la oficina de PDVSA en Rusia”, ha anunciado el también presidente de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) respecto a las cooperaciones entre ambos países agregando que abordó con el titular ruso los últimos eventos en Caracas y temas de interés estratégico mutuo.
Quevedo informó que el generador de la principal terminal petrolera de Venezuela (Jose) se encuentra operando después de un apagón que detuvo las exportaciones de crudo la semana pasada.
El ministro de petróleo venezolano asimismo denunció las “medidas de ataque político, a la economía” y al pueblo de Venezuela adoptadas por EE.UU. y afirmó que el gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, cuenta con “la solidaridad” de muchos países en el escenario internacional. Estas agresiones de Washington tienen un “objetivo específico que es querer monopolizar el mercado petrolero” ha aseverado el titular venezolano.
El Gobierno de Caracas había anunciado el 1 de marzo que planea trasladar la oficina de PDVSA ubicada en la ciudad europea de Lisboa (capital portuguesa), a Moscú. En esta ocasión, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, asimismo aseguró que Caracas ampliará su cooperación energética con petroleras rusas como Rosneft y Gazprom, y denunció la entrega de los activos del Ejecutivo bolivariano en otros países contra los que prometió “ejercer acciones legales”.
En enero pasado, Washington congeló todos los fondos de la PDVSA y anunció sanciones contra esta compañía, las cuales incluyen la congelación de activos por 7000 millones de dólares y el bloqueo de todos los pagos que emitan empresas estadounidenses cuando compren petróleo venezolano.
Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. asimismo certificó al golpista Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) venezolana –declarada en desacato en 2016 y controlada por la oposición– para “recibir y controlar ciertos bienes” del Estado venezolano.
El Gobierno de Maduro considera a Guaidó, quien se autoproclamó el pasado 23 de enero “presidente encargado” de Venezuela, un “títere” y agente de EE.UU., y denuncia que el apoyo de Washington al golpista opositor lleva “oculto” el “deseo de apoderarse de los ricos recursos naturales de Venezuela”.