«Ustedes saben. Yo no lo sé, tal vez ustedes lo saben. Ustedes ya saben, estoy completamente fuera del guion, ¿está bien? Así es como me eligieron, estando fuera del guion… y si no nos salimos del guion, nuestro país estará en grandes problemas, muchachos». Así declaró el presidente Donald Trump en la conferencia anual de la CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora). Trump continuó su discurso a su voluntad durante dos horas dándonos la impresión de una de sus muchas reuniones, obviamente recibiendo el aplauso de los participantes.
La semana horribilis de Trump antes del discurso terminó con el desastre en Vietnam por el fallido acuerdo de paz con Kim Jong Un, el líder de Corea del Norte y el testimonio casi contemporáneo de Michael Cohen, un ex abogado de Trump, ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Congresos. Cohen, quien pronto irá a la cárcel por tres años, ha acusado a su antiguo cliente de ser «racista, delincuente y tramposo». El 45º presidente necesitaba entonces defenderse como lo hace cuando se siente herido. El discurso le ofreció una buena oportunidad para hablar sin ningún filtro, atacando a una amplia variedad de oponentes, reservando en particular algunos de los ataques para Robert Mueller, el fiscal especial de Russiagate. Los líderes demócratas en la Cámara también han sido atacados porque estos días han intensificado sus investigaciones sobre el trabajo de Trump desde que él era un empresario, luego un candidato político y también presidente. Sin olvidar enviar algún mensaje en perspectiva de las elecciones del año 2020, que obviamente comienza a tomar fuerza con la gran cantidad de candidatos para la nominación del Partido Demócrata.
Como es costumbre, cuando habla sin un guion, Trump se comporta de una manera poco presidencial, utilizando su arma política efectiva de insultos, pero también de declaraciones engañosas y, obviamente, también falsedades. El Washington Post nos informa que durante el reciente discurso en el CPAC Trump, ha realizado 104 afirmaciones falsas o engañosas. Cuando agrega a su total, obtiene más de 9 mil distribuidas entre mentiras, afirmaciones engañosas y exageraciones.
En efecto, para Trump se trata de su visión de la realidad basada en números exagerados e insinuaciones que complacen a sus leales y también a la audiencia de CPAC. La investigación de Russiagate es, por lo tanto, una cacería de brujas para el 45º presidente y nunca ha habido ninguna colusión con los rusos. Afirmaciones que chocan con la investigación de sus informes de inteligencia que Trump ignora, prefieren su enfoque instintivo. La realidad es diversa, como nos muestran los resultados de Mueller, que incluyen 199 cargos criminales, 37 acusaciones y admisiones de culpabilidad, 4 sentencias ya emitidas y algunos ex empleados de Trump en prisión o que están a punto de ir allí.
Otras falsedades obvias también para el observador casual, incluyen la repetición repulsiva de que el muro en la frontera con México se está construyendo y que la economía en Estados Unidos es la mejor de todos los tiempos. Luego, cuando Trump acepta haber hecho la solicitud a los rusos para que revelen los correos electrónicos de Hillary Clinton en la campaña electoral, se refugia en su humor. Se trató de solo una solicitud sarcástica, explicó el presidente número 45 al público del CPAC, porque se realizó en una reunión en la que «todos se divirtieron», en efecto una broma, en un discurso político que se parecía a una reality show. Nada serio entonces.
El lenguaje de Trump ya es conocido por sus tonos burlones, ofensivos e incluso vulgares. En su discurso ante el CPAC, incluso declaró que sus enemigos quieren hacerlo con «bull …t» (mie…a) porque ganó la elección. Se utilizó una expresión vulgar similar para burlarse de Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que se está preparando para investigar el trabajo de Trump en relación con la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
La audiencia de CPAC actuó como un típico mitin de Trump al aplaudirlo y aceptar la realidad alternativa de Trump. Incluso el Partido Republicano que ha abandonado los principios del patriotismo y la moralidad que profesaban históricamente, se comporta como la audiencia del CPAC. Sin embargo, cualquier fractura entre Trump y el Partido Republicano comienza a vislumbrarse. Trece diputados republicanos votaron con sus compañeros demócratas para bloquear la declaración de emergencia de Trump en la frontera con México que le permitiría transferir fondos asignados a ciertos programas y usarlos para construir el infame muro. La información preliminar nos muestra que incluso en el Senado habrá una votación similar con varios republicanos dispuestos a abandonar la posición del presidente. Trump podrá imponer su veto, pero quizás el Partido Republicano ya haya comenzado a enviar señales al presidente, quien está exagerando y su apoyo tiene sus límites.
Traducción del italiano: Ana Gabriela Velásquez Proaño