Hoy, el único país que pasó de desarrollar su propio arsenal nuclear a desmantelarlo y abiertamente en contra de estas  armas de destrucción masiva, dio otro paso crítico hacia un mundo libre de armas nucleares: en los pasillos de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Sudáfrica acaba de ratificar el Tratado de las Naciones Unidas sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW, por sus siglas en inglés).

ICAN acoge con agrado el continuo liderazgo de Sudáfrica en materia de desarme nuclear y espera que su acción inspire a otras naciones africanas a adherirse al Tratado. Como continente, históricamente África ha adoptado una fuerte posición contra las armas nucleares; ahora cada país tiene una oportunidad única de tener un impacto significativo en la pronta entrada en vigor del Tratado de Prohibición Nuclear.

Una breve historia de las armas nucleares de Sudáfrica

La ratificación de Sudáfrica del TPNW es única, debido a su propia historia de armas nucleares. Ya en 1948, Sudáfrica, rica en uranio, estaba interesada en la energía atómica y en la minería, el comercio y la industria energética que podían construirse a su alrededor. El gobierno compró su primer reactor a los Estados Unidos en 1957.

Aunque oficialmente el propósito del programa de explosión nuclear no cambió de ser pacífico a tener fines militares hasta 1977, los informes de inteligencia de Estados Unidos muestran que Sudáfrica comenzó formalmente su programa de armas nucleares en 1973. Inicialmente, la fuerte presión internacional les impidió probar estas armas. Pero para 1982, Sudáfrica había desarrollado y construido su primer artefacto explosivo nuclear. En 1989, Sudáfrica tenía 6 bombas, cada una con 55 kg de uranio altamente enriquecido (UAE), capaces de lanzar un explosivo equivalente de 19 kilotones de TNT.

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De estado con armas nucleares a campeón del desarme

En 1989, el gobierno oficialmente puso fin al programa nuclear y Sudáfrica se unió al Tratado de No Proliferación (TNP) como un estado sin armas nucleares en 1991. En 1994, el OIEA confirmó que todas las armas nucleares de Sudáfrica habían sido desmanteladas.

Desde entonces, Sudáfrica ha defendido un mundo sin armas nucleares. En 1996, se unieron a otras naciones africanas para declarar a África una zona libre de armas nucleares mediante el Tratado de Pelindaba, que lleva el nombre de la antigua instalación de investigación de Sudáfrica. La Comisión Africana de Energía Nuclear (AFCONE, por sus siglas en inglés), creada con el fin de garantizar el cumplimiento de los compromisos contraídos en el Tratado por parte de  los Estados Miembros, tiene su sede en Pretoria. En 1999, se adhirieron al Tratado de Prohibición Absoluta de Ensayos Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés).

Un discurso del Presidente Nelson Mandela ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1998 ilustra las formas en que Sudáfrica cuestionó los argumentos de disuasión utilizados por otras naciones con armas nucleares:

«Debemos hacer la pregunta, que podría sonar ingenua para aquellos que han elaborado sofisticados argumentos para justificar su negativa a eliminar estas terribles y aterradoras armas de destrucción masiva – ¡para qué las necesitan de todos modos!

«En realidad, no se puede dar una respuesta racional para explicar de manera satisfactoria cuál es, al final, la consecuencia de la inercia de la Guerra Fría y el apego al uso de la amenaza de la fuerza bruta, para afirmar la supremacía de unos Estados sobre otros».

En los siguientes años, Sudáfrica siguió apoyando firmemente el principio del desarme nuclear y desde 2012 pasó a formar parte de un grupo base de países que impulsan la iniciativa humanitaria para poner fin a las armas nucleares. Esa iniciativa se convirtió en un movimiento a favor de un tratado de la ONU que prohíba las armas nucleares, que condujo a la adopción del Tratado de la ONU sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPNW, por sus siglas en inglés) el 7 de julio de 2017. Sudáfrica firmó el Tratado el día en que se abrió para la firma, y ahora se convertirá en el vigésimo segundo miembro.

«Como un país que voluntariamente desmanteló su programa de armas nucleares, Sudáfrica está firmemente convencida de que no hay manos seguras para las armas de destrucción masiva […] Hacemos un llamado a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas para que firmen y ratifiquen el tratado de prohibición con el fin de librar al mundo y a la humanidad de estas armas letales de destrucción masiva». – Jacob Zuma, septiembre de 2017, ceremonia de firma del TPNW

En la ICAN, acogemos con agrado y celebramos esta ratificación y alentamos a Sudáfrica a mantener su rol de  liderazgo en los esfuerzos mundiales para lograr el desarme nuclear.


Traducido del inglés por Estefany Zaldumbide

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