Jacinda Ardern, la primera ministra neozelandesa, anunció este jueves 21 de marzo que las armas semiautomáticas y los fusiles de asalto quedan prohibidos en el país, luego del violentísimo atentado contra dos mezquitas en el que se asesinó a 50 personas y se hirió a igual número.

El atentado terrorista de Christchurch fue realizado con armas legalmente adquiridas, lo que obliga a repensar la posibilidad de adquirir ese tipo de armamento.

Brenton Tarrant, un supremacista blanco de 28 años, atacó a los musulmanes que estaban  rezando en dos mezquitas en esta isla sureña de Nueva Zelanda, mientras transmitía por redes sociales el acto criminal.

Los entierros de las víctimas han comenzado a llevarse adelante y el pedido de la comunidad musulmana es que se realice con rapidez. Ahora que todas las víctimas han sido identificadas, los funerales avanzarán velozmente.

“Cada arma semiautomática empleada en el ataque terrorista del viernes quedará prohibida en este país”, sentenció la primera ministra, para luego puntualizar en el listado de estas armas. Ardern anunció también la prohibición de los cargadores de gran capacidad y de los dispositivos que permiten realizar disparos más rápidos.

Esto significa un cambio en la legislación que debe ser aprobado por el Parlamento. El compromiso de Ardern es presentar en abril el pedido de reforma. Sin embargo, para evitar que se genere un acopio de estas armas, se actuará de manera provisoria, por lo que se puede considerar que la prohibición ya está vigente.

Hasta el momento la defensa del derecho de tener armas de estas características solo ha encontrado eco en los Estados Unidos. Del mismo modo que en este país es mirada con mucho entusiasmo esta reacción, que podría ser un precedente para medidas del mismo tipo para terminar con los fusilamientos que ocurren con cierta asiduidad en el país del norte.

“Hay que seguir el ejemplo neozelandés, enfrentar a la NRA [Asociación Nacional del Rifle] y prohibir la venta y la distribución de las armas de asalto en Estados Unidos”, manifestó el precandidato a la presidencia por el Partido Demócrata, Bernie Sanders.

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