En el Día Mundial contra las Represas y por los Ríos, hoy arranca una serie de actividades para denunciar la contaminación de represas, pasteras, countries y el agronegocio.
Represas, pasteras, barrios cerrados, agronegocio y sus tóxicos. Son algunas de las amenazas que sufren los ríos y humedales de Argentina. En el marco del Día Mundial contra las Represas y por los Ríos, hoy se inicia una serie de actividades en defensa de los ríos Paraná y Uruguay. Cientos de personas remarán desde Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe para confluir en mayo en Buenos Aires. “Los ríos y los humedales no son basureros, son dadores y portadores de vida, nuestra salud depende de ellos”, recordaron las más de cien organizaciones convocantes.
“Denunciamos la grave contaminación con agrotóxicos, plásticos, metales pesados y demás residuos peligrosos provenientes del vertido de actividades industriales, como asimismo la contaminación por vertido de efluentes cloacales crudos”, denuncia el comunicado que convoca a la “remada por los ríos”, actividad que comienza hoy en Misiones (Iguazú) y Entre Ríos (Concordia), con decenas de embarcaciones que, en un trabajo de postas, navegará durante dos meses hasta Tigre, donde confluirá en un gran festival.
Serán más de 40 postas en cinco provincias, en las que se sumarán más remadores y embarcaciones, y donde habrá jornadas de concientización, charlas abiertas y exposición de problemáticas locales. El Dorado, San Ignacio y Posadas son algunas de las ciudades de Misiones donde habrá actividades.
La provincia tiene largo historial del padecer represas. Desde Yacyretá, bautizado como “monumento a la corrupción”, hasta el sufrir de los miles de reubicados, que de ser pescadores y campesinos pasaron a ocupar barrios empobrecidos en grandes ciudades. Además de efectos sociales, las represas son cuestionadas desde hace medio siglo por sus consecuencias sanitarias y ambientales, muy lejos de ser “energía limpia”, como se publicitan.
“Exigimos la prohibición de construcción de represas en los ríos Paraná y Uruguay, como así también, de cualquier otro megaemprendimiento inmobiliario y/o construcción de industrias que amenacen la calidad de sus aguas y el equilibrio de los ecosistemas”, señala el segundo punto de la convocatoria de hoy, que llama a “salvaguardar y restaurar el carácter especial de los ríos y humedales, sus valor social, cultural, ecológico, escénico y turístico”.
Entre Ríos, en la década del 90, frenó la construcción la llamada “represa del Paraná Medio”, que pretendía realizar un gran dique a la altura de la ciudad de Santa Fe y Paraná. El proyecto fue reflotado en los últimos.
La ONG Cauce (Cultura Ambiental Causa Ecologista) recordó la gravedad de otro megaproyecto: la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), que se extiende por 3400 kilómetros, desde Bolivia, pasando por Paraguay y Brasil, hasta Argentina. “Una hidrovía es una ‘autopista’ en el río. Pretenden realizar dragados para lograr mayor profundidad hasta rectificación de las curvas y remoción de formaciones rocosas. De realizarse, tendrá consecuencias irreversibles en el sistema de humedales y en las comunidades que viven a lo largo del mismo”, alertaron desde Cauce, que forma parte del colectivo de organizaciones Humedales sin Fronteras.
Gabriela Ferrer, del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) de Santa Fe explicó que la remada por los ríos surgió de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) Litoral, pero remarcó que sólo es posible por la enorme cantidad de organizaciones sociales y escuelas de kayak que trabajaron en conjunto. Explicó que todas actividades figuran en la página de Facebook “remada por los ríos”. También recordó la contaminación con agrotóxicos. Un estudio de 2017 del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) de la Universidad de La Plata detectó plaguicidas en toda la cuenca del río Paraná: glifosato, endosulfán, clorpirifos y cipermetrina, entre otros. “El fondo de un río que desemboca en el Paraná tiene más glifosato que un campo de soja”, graficó Damián Marino, coordinador de la investigación.
Un punto fundamental que exigen es la “inmediata aprobación” de la ley de humedales. El macrismo había prometido aprobarla pero, luego de dos años en el Congreso y con media sanción, perdió estado parlamentario. Legislar la protección de humedales pone en foco a las actividades extractivas que atentan contra ellos: agronegocio, minería de litio (las salinas son humedales) y grandes emprendimientos inmobiliarios.
Paradas que se esperan masivas de la remada por los ríos son Campana, Escobar, Pilar y Tigre. Todos lugares asediados por countries. Diego Domínguez, de la cooperativa Isla Esperanza de Tigre e investigador del Conicet, afirmó que continua el avance de las grandes inmobiliarias y millonarios en la zona del Delta bonaerense. Domínguez señaló que hay más de 10.000 hectáreas que las empresas se hicieron (o pretenden) violando derechos de isleños que viven en el lugar desde hace generaciones. También apuntó al rol de los gobiernos municipales, que “facilitan el accionar de las compañías y privatizan el Delta, las costas y los ríos”.
Misiones sin represas
La población misionera rechazó en 1996 mediante votación el proyecto Corpus (hidroeléctrica entre Argentina y Paraguay). En 2011 se aprobó la Ley IV-56, que establece la obligatoriedad de llamar a votación vinculante y obligatoria ante cada nueva represa. Desde hace una década está en carpeta la represa de Garabí (entre Brasil y Argentina), que inundará 40.000 hectáreas. Pero los sucesivos gobernadores misioneros desoyeron la ley. La Mesa Provincial No a las Represas organizó una votación popular en 2014. Participaron 120.000 misioneros y el 96 por ciento dijo no a las hidroeléctricas. Desde hace dos años la población de El Dorado (Misiones) se encuentra movilizada por la intención del Gobierno y una empresa china de represar los arroyos Piray Guazú y Piray Mini.