Entrevista a Mara Avila, directora del documental «Femicidio. Un caso, múltiples luchas», en el que cuenta el asesinato de su madre, María Elena Gómez. «No es sólo el caso mío o el de mi mamá. Es una situación que involucra a muchas mujeres y a muchas disidencias», describió.
Por Enrique de la Calle
APU: Es la directora del documental «Femicidio. Un caso, múltiples luchas», que entre otras cosas se refiere al asesinato de tu mamá, María Elena Gómez. Cuéntenos un poco de ese caso.
Mara Avila: Lo que motivó el documental tiene que ver con ese hecho. Mi mamá fue asesinada por su pareja (Ernesto Jorge Narcisi) el 19 de julio de 2005, en Puerto Madero. En 2007 fue el juicio, donde fui testigo y querellante. Le dieron 9 años y después le bajaron la condena a 8. Fue catalogado como «homicidio simple» y la prensa habló de «crimen pasional». Eran otros tiempos. El documental parte de ese hecho para hacer un recorrido en primera persona, de lo que fue mi vida luego de esa tragedia. Soy un personaje en el relato y en la vida real. Quería hacer visible ese recorrido para poder contar qué pasa con las llamadas víctimas colaterales de un femicidio.
APU: ¿El proyecto de documental nació mientras estudiabas Ciencias de la Comunicación en la UBA?
MA: Fue mi tesina de grado. Empecé a trabajar en el proyecto en 2014. Luego, conseguí un subsidio del INCAA y terminé de darle forma.
APU: Imagino que fue todo un proceso encarar el documental, volver sobre esa tragedia personal que le tocó enfrentar.
MA: El documental habla de muchas cosas, pero entre otras cosas habla del duelo, de lo que supone hacer un duelo. Yo le encontré un sentido social a la tragedia, un sentido colectivo y político. Eso me ayudó a enfrentar ese duelo. Mientras hacía el documental me fui curando. Ese proceso se va cerrando ahora, con el estreno del documental (será el jueves 7 de marzo, en el cine Gaumont).
APU: El documental incluye escenas que tienen que ver con el movimiento de mujeres y las diferentes marchas contra la violencia de género. ¿Se trata de pensar la tragedia personal en un contexto social más amplio?
MA: Filmamos una escena el 8 de marzo de 2017, frente al Congreso nacional. Hicimos un presente por mi mamá, levantamos una pancarta que decía «Vivas nos queremos». Después marchamos desde el Congreso a Plaza de Mayo. No vamos a spoilear, como dicen ahora, pero hay otras escenas relacionadas. También está incluida la idea de la lucha como felicidad, como proceso de sanación, personal y colectivo. Ese cruce está presente en el documental, que justamente se llama «Femicidio. Un caso, múltiples luchas», que es un nombre que no me termina de gustar (risas), pero tiene sentido en ese cruce entre lo personal y lo colectivo. No es sólo el caso mío o de mi mamá. Es una situación que involucra a muchas mujeres y a muchas disidencias. Parte de esa lucha que viví yo, también tiene que ver con comprender que el caso de mi madre, por ejemplo, no era un «crimen pasional» sino que se trataba de un femicidio, con todo lo que eso implica.
APU: ¿Qué fue lo que más destaca del proceso que vivió al filmar el documental?
MA: Es un documental en primera persona, con bastante exposición de mi persona. Es una narradora que cuenta la historia y que está presente, tal vez demasiado. Puse el cuerpo y me expuse. Espero que eso pueda servir a otras personas que están viviendo una situación similar. Tiene unas escenas de danza, también, para dar cuenta de que todo este dolor pasa por el cuerpo. Y tenemos que hacernos cargo. Me gustaría que el documental genere una reflexión sobre diferentes temas: la justicia machista, el rol de los medios, qué pasa con el proceso de duelo, qué pasa con las familias cuando un tema se vuelve tabú. Entender también que son tragedias personales y a la vez colectivas. El documental tiene muchos aspectos que pueden generar reflexión. A mi, el documental me sirvió para sanar.
APU: El documental se estrena comercialmente en el Gaumont el próximo jueves (estará del 7 al 13 de marzo, a las 19:45hs). Supongo que tiene ganas de que la película también circule de otro modo, más militante tal vez, para alentar otro tipo de discusiones y reflexiones. ¿Es así?
MA: Quiero que circule de las dos maneras. Me interesa que esté en el circuito comercial, porque costó mucho esfuerzo hacerlo, y no hablo sólo de lo económico. Además, ese circuito te permite que llegue a otro público, porque entre la militancia tenemos en claro cuál es nuestra lucha. Me gustaría interpelar a otros públicos. Por eso también quiero mandar la película a festivales. Quiero que la película circule mucho para que pueda generar diferentes debates.
APU: Pasó un tiempo desde el femicidio de su madre. ¿Cambió algo en este tiempo en relación a la violencia contra las mujeres?
MA: Falta mucho por hacer, aún hoy el Estado invierte 11 pesos por mujer. Es nada. No están funcionando las políticas públicas. Hay que trabajar mucho en educación y prevención, hay que trabajar más con niños, niñas y adolescentes. Entre los aspectos positivos está la aprobación de la ley Brisa, que establece un resarcimiento económico para hijos y hijas de víctimas de violencia familiar o de género. Para el que no lo sepa, lo puede recibir a través de la ANSES. Se incorporó la figura penal de femicidio en 2012, pero todavía falta para que la justicia tenga una mirada menos machista. El movimiento de mujeres logró visibilizar muchas situaciones, es un avance increíble, pero a nivel Estado y Justicia falta mucho.