Una ley que todos esperábamos: por fin el Parlamento aprueba la ley de legítima defensa; finalmente, nos podremos defender de los ladrones que entran a la casa, en nuestro estudio o negocio.
Esto es lo que, al menos, se desprende de las declaraciones victoriosas de los diputados. Mariastella Gelmini (Forza Italia), abogada de Brescia, declaró en la Cámara: «es una batalla que concierne a los ciudadanos que están cansados de ver sus hogares, sus lugares de trabajo saqueados».
En realidad, si por curiosidad, se lee el Código Penal, se descubre que la «defensa legítima» ya existe y está regulada por el art. 52.
La novedad es que con el nuevo texto adoptado por la Cámara de Diputados el 5 de marzo, con una gran mayoría, desaparece – de hecho – la parte en la que la reacción del ataque se limitaba a la aclaración «siempre que la defensa sea proporcional al delito».
En este punto, según muchos diputados del Partido Demócrata Liberi e Uguali, cruzamos el umbral de «defensa legítima» y entramos el código de «Hammurabi» (cita de Andrea Orlando) es decir, la «ley del ojo por ojo, diente por diente».
De hecho, la nueva ley no afecta a la «defensa legítima» (Art. 52 C.P.), como parecería del título propagandístico de la norma, sino que elimina la posibilidad de que la defensa, en el hogar o en el propio negocio, pueda ser declarada como un «exceso» (Art. 55 C.P.). Ahora, para disparar en casa o en un negocio, simplemente bastará declarar que se ha encontrado «en un estado de grave perturbación».
La diputada de la ciudad de Urbino Lucia Annibali (Partido Demócrata) así declara a la Cámara: «ustedes dicen expresamente: ármate y defiéndete, porque para nosotros tu defensa y tu reacción es siempre e inevitablemente legítima […] revierte los valores de nuestra Constitución porque antepone la inviolabilidad del hogar contra la protección y defensa de la vida humana, por lo que propone una idea arcaica de justicia que se convierte en venganza privada».
El ex ministro de Justicia Andrea Orlando (Partido Demócrata) expresa las mismas preocupaciones: el mensaje del nuevo texto Lega-Cinque Stelle es «defiéndanse ustedes porque el Estado no está en posición de defenderles. Más armas se difundirán y las armas causarán tragedias».
La preocupación por la propagación de armas también es común al periodista de Perugia Walter Verini (Partido Demócrata): «Incluso en las disputas de barrio triviales, tener una pistola – y, como se ha dicho, es la ley del Viejo Oeste – puede causar graves riesgos porque de una discusión podemos pasar a una tragedia».
Incluso el romano y ex secretario de Radicali Italiani Riccardo Magi (+ Europa) no tiene dudas: «la transformación de un instituto como la defensa legítima – que presupone y solo puede presuponer una evaluación circunstancial por parte de un juez – en la dirección de una licencia, de una verdadera y propia licencia disparar o una licencia para matar».
Pero la mayoría en el gobierno no escucha razozamientos y, respaldada por la extrema derecha (Forza Italia y los Fratelli d’Italia) procede a la aprobación de la disposición (que en cualquier caso tendrá que regresar para la votación final en el Senado).
La Derecha exulta: «Estamos orgullosos de votar por una disposición que creemos que forma parte de nuestro ADN», declara el farmacéutico de Novi Ligure (Alessandria) Roberto Bagnasco (Forza Italia).
El diputado Giorgio Silli (Forza Italia), experto industrial elegido en Prato, participa con un comentario artístico: «Yo les recuerdo una película maravillosa de Alberto Sordi, donde Alberto Sordi, con una pistola en la mano, dijo: ‘¿Ves esta? No es ni buena ni mala, eres tú quien la hace buena o mala’. Un arma en manos de un delincuente que entra en la casa es mala, un arma que sirve para ofender es mala, un arma que sirve para defenderse a sí mismo o a otros es buena. De una vez por todas, dejemos de lado la hipocresía, de lo contrario también tendríamos que quitarle las armas a la policía».
Traducido del italiano por Michelle Oviedo