“… no me dé su opinión, cuénteme los detalles” (El rey a su embajador, Las Mil y Una noches).
“En la espuma se adivina el fondo” (MMD)
La visita del señor Presidente Frank-Walter Steinmeier (SPFWS) a Ecuador, quizás se inicia cuando yo presentara cartas credenciales y metiera la pata peguntándole si había estado en Ecuador, cosa que yo mismo debí haberla averiguado antes. En mi intento de corregir el error, enseguida le pedí que lo haga, que nos visite, algo que debe hacerse por los canales protocolarios y no como lo estaba haciendo yo, espontáneamente. Segundo error mío.
Pero a las pocas semanas, sorpresivamente, recibimos la grata noticia de que el señor Presidente Steinmeier iba a visitar nuestro país. ¡Qué alegría!
Durante el proceso en el que elaborábamos la agenda con sus Asistentes Anka Feldhusen y Thomas Seidel, bastante me asombró la intensidad de la misma y así lo mencioné. La respuesta fue que el Presidente es una persona muy activa, que aprovecha el tiempo hasta el último minuto y que si no es así incluso se aburre …
En el viaje a Bremen con todo el cuerpo diplomático, Anka me permitió 5 minutos con el señor Steinmeier en uno de los trayectos con bus. Con cierto atrevimiento le dije al señor Presidente que si iba a Ecuador y no visitaba Galápagos, ello sería un gran error. Seguía yo comportándome mal, no a la altura de las circunstancias.
Más adelante Galápagos se incorporó a la agenda, siempre con el apoyo de Anka y Thomas. Pero cuando revisé la agenda y vi que sólo iba a estar un día, sin pernoctar en las islas, comenté nuevamente que me parecía demasiado intenso. La respuesta fue que el SPFWS no viaja por placer y turismo sino por trabajo, en este caso por el año conmemorativo de Humboldt y también por visitar el Centro Darwin en Galápagos, ícono de la biodiversidad y naturaleza, algo que él defiende y estimula permanentemente.
Descansando muy pocas horas después de Galápagos, la delegación alemana se trasladó al volcán Antisana, en donde Humboldt pasó una buena temporada en una choza que todavía existe. Cuando el señor Presidente de mi país, Lenin Moreno, me llamó a pedirme que ese día le acompañe en asuntos de gobierno, casi le renuncio, tenía muchas ganas de ir al Antisana pues he subido varias montañas en mi país y el entorno del volcán lo conozco muy bien y mucho me hubiese gustado indicarle algunos detalles de ese maravilloso lugar.
En Ecuador, el comportamiento del señor Presidente FWS fue encantador. Irradiaba felicidad. Todo el mundo destacó su actitud pues en mi país todavía se piensa que los alemanes son personas muy serias e incluso severas.
La simpatía del señor Presidente Steinmeier, su sentido del humor, su interés por la naturaleza, buen talante y vitalidad hacen de él una persona muy especial. No cabe la menor duda de que Alemania tiene un gran presidente.
Cuando me invitan a comentar sobre la visita del señor Presidente Steinmeier, Ecuador, Humboldt y política internacional, yo me permito comentar a los oyentes estos, mis criterios, sobre el Presidente alemán. Creo que en los detalles se ve el fondo y ese fondo debe conocer el pueblo que, de alguna manera, lo eligió.
Manuel Mejía-Dalmau, Embajador de Ecuador en Alemania