Por Amnesty Internacional
Más de medio millón de personas de diferentes países exigen que se anulen las dos sentencias que la condenan a 38 años de cárcel y 148 latigazos por defender los derechos de las mujeres en Irán
Desde que el pasado 11 de marzo se conoció la sentencia que condenaba a la abogada iraní Nasrin Sotoudeh a 33 años de cárcel, que se suman a otros 5 años de una condena anterior, y a 148 latigazos, más de medio millón de personas en todo el mundo (más de 100.000 en España) se han sumado a la campaña de Amnistía Internacional dirigida a las autoridades iraníes exigiendo su libertad inmediata e incondicional y la anulación de estas sentencias.
La reacción en defensa de Nasrin Sotoudeh se ha extendido en los últimos días por todo el mundo, con adhesiones a la campaña venidas, entre otras, de Italia, Holanda, Reino Unido o Canadá. En España, a la masiva reacción ciudadana se han sumado organizaciones como la Fundación de la Abogacía Española o el Colegio de Abogados de Madrid. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha hecho público un comunicado mostrando preocupación por el caso.
En estos momentos, Nasrin Sotoudeh tiene la opción de recurrir la decisión judicial. Sin embargo, ha renunciado a hacerlo para no legitimar una sentencia fruto de lo que la activista considera un juicio injusto.
«Es la sentencia más dura que se recuerda en muchos años contra un defensor o defensora de los derechos humanos. Con esta condena las autoridades iraníes recuerdan a las mujeres que seguirán subyugadas por unas leyes que vulneran su dignidad y sus derechos», ha declarado Yolanda Vega, portavoz de Amnistía Internacional España. ”Esta condena solo pretende acallar a las mujeres, pero no lo va a conseguir, porque el movimiento global por los derechos de las mujeres es imparable.” ha añadido Yolanda Vega.
«No podemos permitir que esta mujer reciba un solo latigazo, ni pase un día más en prisión por defender los derechos humanos. Necesitamos seguir recogiendo firmas a través de www.es.amnesty.org para exigir a las autoridades iraníes que anulen la sentencia, que no reciba ni un solo latigazo y que la pongan en libertad de manera inmediata» ha señalado Yolanda Vega.
Amnistía Internacional pide también a la comunidad internacional que adopte públicamente una postura firme contra esta condena e intervenga con urgencia para garantizar su liberación inmediata e incondicional.
Una defensora de los derechos humanos incombustible
Nasrin Sotoudeh ha dedicado su vida a luchar pacíficamente por los derechos humanos como abogada que defiende los derechos de las mujeres, oponiéndose por ejemplo a la legislación que establece el uso forzoso del hiyab. En este último año, las autoridades iraníes han incrementado su represión contra las activistas que protestaron pública y pacíficamente contra esa ley y la condena contra Nasrin es la muestra más cruel.
Nasrin Sotoudeh fue declarada culpable, entre otros cargos, de “incitar a la corrupción y la prostitución” y “cometer abiertamente un acto pecaminoso […] apareciendo en público sin hiyab”. Algunas de sus actividades que las autoridades han aportado como “prueba” son: oponerse al uso forzoso del hiyab, quitárselo durante las visitas penitenciarias, defender a mujeres que protestaban pacíficamente contra su uso forzoso, conceder entrevistas a los medios de comunicación para hablar del arresto y la detención violenta de mujeres que protestaban contra el uso forzoso del hiyab, y colocar flores en el lugar en que fue violentamente arrestada una mujer que protestaba.
Nasrin Sotoudeh fue detenida en su domicilio el 13 de junio de 2018. El pasado mes de febrero, la oficina de aplicación de condenas de la prisión de Evín, en Teherán, donde está encarcelada, le comunicó que había sido declarada culpable de siete cargos y condenada a 33 años de prisión y 148 latigazos.
En el pronunciamiento de su sentencia se aplicó el artículo 134 del Código Penal iraní, que permite a los jueces ejercer sus facultades discrecionales para imponer una pena superior a la máxima legalmente establecida cuando la persona acusada se enfrenta a más de tres cargos. En el caso de Nasrin Sotoudeh, el juez Mohammad Moghiseh aplicó la pena máxima establecida por cada uno de los siete cargos, y después añadió cuatro años más al periodo total de prisión, elevándolo a 33 años, lo cual rebasa el máximo legal de 29 años.
En septiembre de 2016, Nasrin Sotoudeh fue condenada in absentia a cinco años de prisión en otra causa, en la que se la acusó de «difusión de propaganda contra el sistema» y de «reunión y colisión para cometer delitos contra la seguridad nacional». Nasrin no pudo estar presente en el juicio porque las autoridades judiciales le negaran la entrada al considerar que no llevaba la debida vestimenta islámica.
En septiembre de 2010, Nasrin Sotoudeh fue condenada a seis años de prisión por los cargos de “difusión de propaganda contra el sistema” y “reunión y colusión para cometer delitos contra la seguridad nacional” por su trabajo de abogada, que incluye la defensa de innumerables casos de presos y presas de conciencia y personas condenadas a muerte por delitos cometidos cuando eran menores de edad. Quedó en libertad en abril de 2013 gracias a un indulto. En 2012 recibió el Premio Sájarov por su trabajo de defensa de los derechos humanos.