El primer ministro de Paquistán, Imran Khan expresó que está listo para hablar con su homólogo indio Narendra Modi por teléfono ”para extender una invitación de paz”, informó el canciller Shah Mehmood Qureshi.
También, Qureshi dijo que Paquistán estaba dispuesto a considerar el regreso de un piloto de la Fuerza Aérea India que capturó el miércoles si ello conduce a la reducción de las tensiones entre los dos países.
“Estamos listos para todo compromiso positivo, dijo el titular en medio de las crecientes tensiones entre India y Paquistán desde que un coche bomba suicida del grupo terrorista Jaish-e-Mohammad (JeM) mató a 44 soldados de la India el 14 de febrero cuando viajaban en un convoy. Qureshi dijo que si la India quiere hablar sobre el terrorismo, entonces estamos listos.
La India desea estabilidad regional para la política, dijo el ministro pakistaní de Exteriores en una aparente referencia a las próximas elecciones parlamentarias en la India.
Hoy también se divulgó que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó profunda preocupación por el conflicto entre Paquistán y la India y ofreció su mediación, entre los varios llamados internacionales a la concordia divulgados hoy aquí.
El jefe de la ONU hizo un llamamiento a ambas partes para que tomen medidas urgentes para reducir la tensión a través de un compromiso mutuo significativo y cumplir con sus responsabilidades para mantener la paz y la estabilidad en la región.
Origen del conflicto
El subcontinente indio que hoy en día se divide en Pakistán, India y Bangladés fue colonizado por Reino Unido durante la primera mitad del siglo XIX y su población nunca fue heterogénea desde los puntos de vista étnico ni religioso: en las áreas del centro y del sur la mayoría de los habitantes eran hinduistas, mientras en el norte predominaba el islam.
En 1947, el Gobierno británico terminó su dominio presionado por los movimientos de liberación locales y el territorio se repartió en dos estados, India y Pakistán, conforme a la religión predominante en sus provincias y el deseo de los marajás locales.
Después, se produjeron migraciones de un país a otro y una ola de violencia que terminó con cerca de un millón de vidas. Desde entonces, ambas partes protagonizaron tres guerras y varios conflictos. Con excepción de la contienda de 1971, que terminó con la liberación de Bangladés, todas las disputas se centraron en Cachemira.
Todo fue fruto de la decisión de Hari Singh, último marajá de ese vasto territorio, que despreció los resultados de un plebiscito y se unió con India. La primera guerra indopakistaní (1947-1949) terminó con una división y el establecimiento de una línea fronteriza ‘de facto’ que, con cambios menores, se ha conservado hasta hoy en día.