Investigadores han aprovechado las últimas técnicas de nanofabricación para crear robots capaces de ser inyectados bajo la piel.
Se trata de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Pensilvania y de la Universidad de Cornell en Estados Unidos. Los nanobots son capaces de recibir energía sin ningún tipo de cable, pueden caminar y sobrevivir a condiciones ambientales adversas, así como de ser inyectados a través de una aguja hipodérmica.
Los investigadores buscan aumentar las capacidades de estos nanobots para que, por ejemplo, puedan portar sensores, relojes y controladores.
Cada uno de estos nanobots mide 70 micras (cerca del grosor de un cabello humano) y tiene un cuerpo compuesto por un esqueleto rectangular y superfino. El diseño se basa en una técnica de nanofabricación capaz de convertir obleas de sílice, de apenas 10 centímetros, en millones de robots en el plazo de semanas.
“Cuando era un niño, recuerdo mirar al microscopio y ver un montón de cosas increíbles ocurriendo (…) Ahora estamos construyendo cosas que son activas a este amaño. Y no solo podemos mirar. De hecho podemos jugar”, ha dicho Marc Miskin, uno de los autores de la investigación.