A pesar de una estrategia de comunicación destinada a disuadir a la sociedad civil de asistir a las manifestaciones, los ciudadanos salieron a las calles de manera masiva para este decimonoveno día de movilización de los Chalecos Amarillos.
¿Siguen siendo libres e independientes los medios de comunicación franceses?
A lo largo de la semana, la mayoría de los medios de comunicación franceses unieron sus fuerzas para transmitir y reforzar los mensajes del gobierno que, sin embargo, transmitían una violencia sin precedentes.
De hecho, las autoridades, los periodistas y sus numerosos invitados no dudaron esta semana en darle uso a su arsenal semiótico. Por ejemplo, para el presidente de la República: «Cuando se va a manifestaciones violentas, se es cómplice de lo peor». Además, a lo largo de toda la semana, los Chalecos Amarillos fueron denominados sin distinción, como alborotadores, criminales o terroristas, esto con el fin de transmitirle al pueblo en general, sin vergüenza alguna, medidas de súper-seguridad para mantener el orden. Un sistema que viola los derechos de poder manifestarse y pone en peligro la esencia misma de la democracia:
- Ejecución de la operación antiterrorista Centinela en la capital;
- Movilización de unas cincuenta empresas de CRS y más de 60 unidades móviles de guardia;
- Más autonomía para las fuerzas móviles de desplazamiento de acción rápida, que se transformarán de “unidades antidisturbios”;
- Uso de lanzadores de balas de defensa (LBD), drones o “productos esenciales”.
Además, durante el fin de semana el primer ministro asumió claramente todos los riesgos asociados a una represión más severa.
Un desliz que muestra claramente los límites del dispositivo
En Niza, un encuentro, ciertamente no declarado y prohibido, tuvo lugar en un ambiente tranquilo en la Plaza Garibaldi. Los manifestantes pacíficos fueron acusados por la policía. Una mujer de 73 años fue atropellada violentamente por un coche. Para el abogado de la víctima, quien desea presentar cargos contra los representantes de la autoridad, no hay violencia que justifique esta violencia por parte de la policía. Esta septuagenaria sufre de varias fracturas en el cráneo y desde entonces se está recuperando en el hospital.
Para el gobierno todo está bien
Paradójicamente, el ministro del interior, Christophe Castaner, en la noche elogió la eficacia de su sistema de aplicación de la ley: «Se aplicaron las instrucciones adecuadas y los resultados están ahí: todas las manifestaciones declaradas, en París y en la región, pudieron tener lugar en un ambiente tranquilo».
Una cosa es cierta, cualesquiera que sean las medidas de seguridad puestas en marcha por el gobierno, los ciudadanos siguen más decididos que nunca. Algunos de los participantes entrevistados dijeron que ya no tenían miedo a pesar de la presencia masiva de las fuerzas de seguridad y del arsenal que tienen a su disposición.
Reportaje fotográfico por Brigitte Cano: