Naciones Unidas, 17 mar (Prensa Latina) La activista Valdecir Nascimento asiste desde hace años al mayor evento de género en ONU para alzar su voz por las mujeres negras brasileñas, que sufren más desde la llegada al poder de Jair Bolsonaro.
Así expresó a Prensa Latina y denunció con gran preocupación el avance del fascismo en su país debido al accionar del nuevo Gobierno.

En Brasil somos 54 millones de mujeres negras y aparecemos como uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, por eso en eventos como la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU (CSW) luchamos por darle visibilidad, subrayó.

Tales acciones en el escenario internacional buscan movilizar apoyo y crear redes de solidaridad, expuso la coordinadora ejecutiva del Instituto de la Mujer Negra en Salvador de Bahía.

Según destacó Nascimento, el avance del fascismo en Brasil también tiene un impacto negativo en toda América Latina, sobre todo, en la vida de las personas y las mujeres negras.

En este 2019, la CSW cobra especial importancia para las brasileñas, considerando la situación política que vive Brasil, donde asumió el poder un representante de la extrema derecha, fascista, racista, homofóbico y asociado a grupos paramilitares, alertó.

Asimismo, describió cómo en el gigante suramericano se vive una mayor represión, violencia, asesinato de líderes sociales y de los defensores y defensoras de los derechos humanos.

Este nuevo escenario se traduce en muchos retrocesos para las mujeres y en una pérdida de la independencia nacional en general, recalcó.

Bolsonaro está muy vinculado al Gobierno de Estados Unidos, agregó, y nuestra soberanía está amenazada porque nos convertimos en una especie de colonia norteamericana que se adhiere a la postura del presidente Donald Trump.

Para el pueblo de Brasil esto es un retroceso, anteriormente habíamos avanzado en el escenario internacional y teníamos visibilidad como un país en ascenso, con un posicionamiento político independiente, observó.

Otro elemento que se evidencia en mi nación y se aborda en la CSW es el acoso que sufren los defensores de los derechos humanos que están en las comunidades enfrentando a los paramilitares, al narcotráfico…, dijo.

A partir del establecimiento de un Gobierno fascista, alertó, en Brasil comenzó a percibirse un aumento de la discriminación, del racismo, la violencia contra las mujeres, los pueblos indígenas y la comunidad LGBTI.

Los defensores de los derechos humanos y los activistas son cada vez más perseguido y en no pocas ocasiones, asesinados, lamentó Nascimento.

También llamó la atención sobre el auge de los fundamentalismos religiosos y cómo esto impacta en el ámbito de la CSW en la discusión de temas relacionados con los derechos sexuales y reproductivos, la familia, el papel de la mujer.

En Brasil, ejemplificó, por medio de esos fundamentalismos religiosos tratan de ejercer control sobre las ideologías de género e intentan echar abajo las bases en torno a un Estado laico.

Debemos luchar por ese país laico, insistió, donde las mujeres tengan derechos y vivan en equidad, sin discriminación de género, color de la piel o cualquier otra causa.

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