Entre los sonidos de claxon, tubos de escape y bullicio de las calles de Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, aparecieron las “Ouaga Girls”, símbolo de una sociedad africana tan creativa y conmovedora como desconocida para el arrogante primer mundo.
Ouaga Girls son Honorine, Samatou, Marthe, Chantal, Laetitia, Mariette, Estelle y Biovamba, un grupo de mujeres de la nueva África que toma cuerpo a pesar de los pesares. Un grupo de mujeres empoderadas.
Ella decidieron no emigrar a ese sueño confuso que es Europa, un continente donde cada vez más crecen los resentimientos y los miedos hacia los habitantes del sur. Las ocho adolescentes decidieron involucrarse y abrieron un taller de reparación de automóviles en el otoño de 2017. Son de las pocas en una ciudad de 2.5 millones de habitantes, y el negocio marcha con fuerza hacia adelante.
Ouagadougou es una ciudad en expansión, hay una brisa de renovación, en una modernización anárquica y desigual. Las calles están llenas de viandantes pegados a sus móviles, tiendas donde se puede comprar desde anticonceptivos hasta blanqueador de piel. Incluso la expansión urbanística es alocada y las casas acomodadas se mezclan con los vecindarios precarios donde las casas tienen una o dos habitaciones de barro seco sin luz ni agua.
Pero las Ouaga Girls no han captado los efectos de una revolución prometida por el actual líder Christian Kaboré. La notable renovación coincide son su llegada al poder, aunque la mayoría de las mujeres se lo toman con cierto escepticismo y resignación, ya que a efectos prácticos su situación no ha mejorado. La mayoría de las mujeres están excluidas de la educación básica debido a las tradiciones culturales. Con poca educación, pocas habilidades profesionales y poco o ningún acceso al mercado laboral, las mujeres de Burkina Faso reciben menos de la cuarta parte que un hombre por su trabajo. A pesar de eso, algo hace pensar que el futuro de África debe pasar inevitablemente por tener en cuenta a sus nuevas protagonistas.
Las Ouaga Girls decidieron no vivir en una resignación silenciosa y pasiva, y tomaron la iniciativa.
Por esta razón hace dos años, Honorine y sus amigas se inscribieron en una escuela vocacional que forma parte de un proyecto de desarrollo social financiado por el Comunidad Económica Africana. Desde finales de los 90, muchas chicas han optado por estudiar en el CFIAM, un centro educativo para la iniciación y el aprendizaje de oficios a mujeres. El sector de la reparación de coches es un ámbito ampliamente reservado a los hombres, pero Bintou, Chantale o Dina, igual que muchas compañeras suyas decidieron romper esa barrera de genero y a convertirse en mecánicas profesionales. El resto es una historia que se desarrolla entre destornilladores, llaves y motores oxidados en un sector en una profesión asociada a la masculinidad. Una barrera de género que no las ha desanimado.
Las Ouaga Girls, quizás por ser mujeres, tienen ambiciones y se enfrentan a su futuro, sin lloriqueos y quejas constantes, como si hacen muchos de sus compatriotas varones.
La historia de las Ouaga Girls está recorriendo el mundo gracias a la directora Theresa Traore Dahlberg que ha contado su experiencia en un documental que se estrenará en Barcelona este próximo jueves 7 de febrero.
Ouaga Girls es una historia sobre las decisiones que se toman en la vida, la amistad y el esfuerzo que se necesita para encontrar tu propio camino. A través de este grupo de mujeres mecánicas, la directora Theresa Traoré Dahlberg nos acerca a la inevitable y difícil transición universal de la adolescencia a la vida adulta. Una descripción poética de lo que significa ser una mujer joven hoy en Burkina Faso. Una pequeña revolución africana.
Este mes de febrero “Ouaga Girls” llega a salas de España de la mano de DocsBarcelona del Mes
ESTRENO BARCELONA 07/02/2019. CINES GIRONA. 19:30h.
ESTRENO MADRID 12/02/2019. CINETECA. 20:00h.