Por Momadou Diagne Lo/El Salto Diario
El domingo 24 de febrero las y los senegaleses están convocados a las urnas en unas elecciones que determinarán si continua al frente del país el actual presidente Macky Sall o da una oportunidad a un quinto presidente. Aquí un repaso de los candidatos y sus propuestas.
El próximo 24 febrero Senegal celebrará la undécima cita electoral desde su acceso a la independencia del estado colonial francés, en 1960. El país nunca ha sufrido un golpe de estado militar, contrariamente a la mayoría de los países de su entorno. Es un referente democrático a nivel africano en cuanto a temas de “democracia electoral” se refiere. Senegal ya experimentó dos alternancias democráticas “pacíficas”. La primera fue en 2002 cuando el Partido Socialista (PS) que llevaba más de cuarenta años en el poder perdía las elecciones frente al partido liberal, Partido Democrático Senegalés (PDS) de Abdoulaye Wade.
En las últimas elecciones del 2011, el periodo preelectoral estuvo marcado por episodios violentos tras el intento fallido de Wade de reformar la constitución para perpetuarse en el poder. Las manifestaciones populares encabezadas por la sociedad civil, movimientos sociales y otros partidos de la oposición impidieron el retroceso democrático. Macky Sall, del partido Alianza Por la República (APR) fue elegido cuarto presidente del país con más del 65% de los votos, gracias al apoyo de una gran coalición de la oposición, Benno Bokk Yaakaar, Alianza por la Esperanza. Todos los presidentes electos han disfrutado del reconocimiento por parte del mandatario saliente desde la primera alternancia democrática en 2001.
De la selección de los candidatos, a las elecciones
Las elecciones presidenciales serán una de las más importantes que se celebraran en el país africano. Los y las senegalesas irán a las urnas para elegir el quinto mandatario del país o renovar la confianza en el actual presidente Macky Sall. Antes de la gran cita electoral, los candidatos han tenido que solicitar el apoyo de los electores a través de un sistema de avales (parrainage) que consistía en recabar el apoyo de un mínimo de 0,8% del electorado (53.000 firmas) y un máximo del 1% (67.000). En la primera tentativa, 27 candidatos se presentaron con sus respectivos apoyos. Aunque de las 27 candidaturas, siete fueron seleccionadas para pasar la segunda ronda, posteriormente dos de las mismas fueron invalidadas por el Consejo Constitucional. Una de ellas fue la candidatura del exalcalde de Dakar y diputado, Khalifa Ababacar Sall y la otra, la del hijo del antiguo presidente, Karim Wade.
Por otro lado, la ausencia de candidaturas femeninas —hubo tres invalidadas en el proceso de parrainage— en un país que cuenta con una ley de paridad para los puestos electos, supone un retroceso democrático y respecto a la igualdad de género. Estos son los cinco candidatos que se disputan la presidencia del país africano.
Macky Sall, candidato a la reelección
El actual presidente Macky Sall, de 57 años, intentará renovar el cargo que ocupa desde hace siete años. Geólogo de formación, es un viejo conocido de la política senegalesa. En los años 80, se adhería al partido liberal de Abdoulaye Wade, convirtiéndose en uno de sus inseparables colaboradores hasta el año 2007, antes de su intento de auditar a Karim, el hijo de su antiguo mentor. Sall fue expulsado del PDS y fundó su nueva formación política, APR (Alianza por la Republica), con la que ganaría las elecciones presidenciales de 2012.
Lejos de sus promesas electorales, la ruptura prometida fue inexistente. Estableció unas políticas más afines a la antigua potencia colonial, Francia, tales como el restablecimiento de las bases militares francesas —expulsadas por Wade—, o la adjudicación de la mayoría de los contratos de los nuevos yacimientos de petróleo y gas recién descubiertos a multinacionales galas, pese a que la oferta de dichas empresas fueron menos generosas según algunosexpertos del tema.
El eje de su política se basa en un nuevo plan de desarrollo: Plan Senegal Emergente que aspira a convertir el país en una “potencia emergente” como muy tarde en 2035. Dicho plan se fundamenta en la construcción de grandes infraestructuras como autovías, aeropuertos, hasta una nueva ciudad, financiadas y gestionadas por multinacionales, en su mayoría francesas.
Ousmane Sonko o el candidato «antisistema»
Ousmane Sonko de 44 años nació en Thies (centro de Senegal). Este exfuncionario fiscal, formado en la Escuela Nacional de Administración (ENA) de Senegal, fue uno de los fundadores del Sindicato Autónomo de los Agentes Fiscales. Su partido Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF) fue creado en 2014.
En 2016, fue cesado de su cargo de alto funcionario a través de un decreto del presidente Sall por faltar a su deber y revelar secretos del Estado tras la denuncia de varios casos de corrupción. En las elecciones legislativas de 2017, Ousmane Sonko fue elegido diputado y a partir del hemiciclo, sus revelaciones y denuncias de un “sistema corrupto” tendrán más eco mediático. Será en enero de 2018, cuando hará su aparición en la escena internacional con la publicación de un libro de “revelación”, Petróleo y gas del Senegal: crónica de una expoliación, donde acusa el presidente saliente Sall de malversación en la gestión de los recursos naturales recién descubiertos. Posteriormente, antes de estas elecciones, publicó su segunda obra en la que detalla su visión de Senegal, Soluciones: para un Senegal nuevo (2018), donde diagnostica los males del país y propone soluciones para lidiar con ellos.
La coalición Sonko Presidente aborda cuestiones hasta ahora tabú en el debate político senegalés como la gestión neocolonial de la antigua potencia colonial —denunciando los favores que las multinacionales galas están disfrutando gracias al lobby del Eliseo— o una apuesta por una salida “inteligente” del Franco CFA.
Idrissa Seck, el candidato más veterano de los opositores
Idrissa Seck de 59 años realizó su formación superior en Francia y Estados Unidos en consultoría y negocios. Seck ocupó varios ministerios desde 1995. En 2002 fue nombrado primer ministro antes de ser sustituido por el presidente saliente Macky Sall en 2004. Seck fue encarcelado en julio de 2005 por el caso de Chantiers de Thies (Obras de construcción en su ciudad natal) por malversación de fondos públicos, tentativa de falsificación y uso de documentación falsa.
El candidato del partido Rewmi (el país, en wolof) quedó en segundo lugar con 14,86% en las elecciones de 2007, muy lejos de Abdoulaye Wade. En las elecciones de 2012 cosechó tan solo el 7% de los votos. Rewmi de Idrissa Seck formó parte de la coalición presidencial y algunos miembros de su partido ocuparon cargos ministeriales en el primer gobierno de Sall antes de salir de la coalición presidencial en 2013. En las próximas elecciones Idrissa Seck se presenta por tercera vez como aspirante para dirigir Senegal con la coaliciónIdy 2019. Ha conseguido el apoyo de algunos miembros de la familia liberal y otros pesos pesados de la oposición como el del detenido Khalifa Sall. Veremos si la tercera tentativa de Idrissa será la vencida en la tarde del 24 de febrero de 2019.
Issa Sall: ¿un candidato islamista?
El Hadji Issa Sall, de 53 años, es el candidato del Parti de l’Unité et de Rassemblement (PUR), una formación política creada en 1998 por personalidades cercanas al movimiento religioso (Dahira Moustarchidine Wal Moustarchidaty). A pesar de sus años de existencia, el PUR seguía siendo un partido desconocido por la mayoría de los senegaleses debido a su inactividad en el terreno político. Aunque la influencia del movimiento religioso es innegable, sería esencialista y simplista tachar del partido PUR de un partido islamista como relató José Naranjo. El partido PUR no hace apología de una ideología islamista. En las elecciones legislativas de 2017, el partido PUR hizo su gran retorno en el campo electoral, siendo el partido revelación, ocupando el cuarto puesto de los comicios.
Issa Sall, el gran arquitecto del renacer de PUR, es un informático formado en la Universidad Cheikh Anta Diop (Dakar) y posteriormente en Estados Unidos. Issa es un consultor y piloto privado que ha trabajado como funcionario internacional en el tratamiento informático de todas las elecciones que se han celebrado en Senegal desde 1993 a 2007, es también el fundador de l ’Université du Sahel (1998). Fue vicepresidente del consejo regional de Fatick, su región de origen, de 1996 a 2001.
El gran desafío de PUR será convencer un electorado más amplio que va más allá del círculo restringido del movimiento religioso para poder optar a pasar la segunda vuelta.
Madicke Niang, ¿candidato para captar el electorado Mouride?
Madicke Niang, de 65 años, es el candidato sorpresa de los comicios. Este veterano militante del PDS, hasta octubre de 2018, abandonó el PDS por estar contra de la línea oficial del aparato del partido que pretendía presentar a Karim a pesar de su inminente eliminación por vía jurídica en la carrera presidencial. Fue uno de los abogados del expresidente Wade cuando este último estaba en la oposición. Ocupó diferentes cargos ministeriales de 2002 a 2012 bajo el mandato de Wade. Excluido del partido, Madické crea una nueva formación política durante la época de recogida de avales electorales. Su coalición, Madické 2019 es la más novata entre las diferentes candidaturas. Algunos observadores interpretan la candidatura de Niang como una estrategia del régimen de Macky Sall para captar el electorado mouride de Touba, crítico con el poder.
Está por ver si Madické conseguirá captar buena parte del electorado liberal y/o mouride y así desconfigurar el reparto electoral. Aunque sus opciones de pasar a la primera ronda serán mínimas, la coalición Madické 2019 podrá ser clave en una hipotética segunda vuelta.
Las elecciones enfrentaran cinco candidatos reagrupados en dos principales bloques. Tres de ellos —Macky Sall, Idrissa Seck y Madické Niang— han jugado un papel muy activo como actores políticos formados en el partido liberal del ex mandatario Wade. En cambio, Sonko e Issa irrumpieron con fuerza en el paisaje político senegalés con sus respectivas formaciones políticas. El veredicto del próximo 24 febrero indicará si los nuevos desafiantes y algunas propuestas “transformadoras” conseguirán desbancar a los políticos tradicionales.