Desde la semana pasada, sectores de la oposición, organizaciones sociales y sindicales de Haití se mantienen en las calles para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise, en medio de una profunda crisis económica, social y política.
“El país está paralizado. La administración pública no funciona. Las escuelas están cerradas”, informó el dirigente de la confederación que nuclea a los trabajadores públicos y privados de Haití, Jean Bonald Golinsky Fatal.
Los manifestantes han levantado barricadas en las calles de Puerto Príncipe y bloqueado las principales rutas del país.
La situación de Haití se agravó este año por una fuerte devaluación de la moneda nacional, el gourde, y por la crisis de electricidad derivada de la escasez de combustible.
“La situación económica está cada vez peor. La moneda nacional se devaluó en 50%. La miseria no para de crecer. El pueblo haitiano no puede vivir más así”, explicó Golinsky Fatal.
El dirigente denunció que las manifestaciones han sido reprimidas con violencia por la policía, dejando decenas de personas heridas y detenidas. Los medios locales reportan al menos siete muertos, mientras que las organizaciones sociales hablan de decenas de fallecidos.
“La situación es muy grave”, señaló el titular de la CTSP. “El pueblo pide la renuncia del presidente Jovenel Moise, pero hasta ahora no hay ninguna respuesta por parte del gobierno”, agregó.
“Inclusive el sector privado, que apoya al gobierno, ha solicitado un diálogo nacional. Sin embargo, la oposición y las organizaciones sociales no quieren el diálogo con el presidente, porque él es un profesional de la mentira”, afirmó el dirigente.
Golinsky Fatal sostuvo que para encontrar una salida a esta situación “el presidente debe dejar el poder y la situación económica debe cambiar”.
“No podemos seguir aplicando las políticas que nos impone el Fondo Monetario Internacional (FMI). Debemos pensar en otro plan económico”, concluyó.