Hoy es el 14 del mes, el día de la «escolta mediática» para Giulio Regeni. Nació como un compromiso de los trabajadores de la información para continuar hablando sobre Giulio y las muchas cosas hermosas que se hacen en su nombre, se ha convertido en una red protectora que abarca a periodistas, pero también a asociaciones y muchas personas individuales que, después de 36 meses, continúan con una fuerza aún mayor para pedir la verdad.
Esa verdad que, como la primavera de Battiato en «Povera patria» (un título que hay en esta terrible historia de violación de los derechos humanos) tarda en llegar.
Como sabemos, escribiendo en el registro de los indagados una serie de altos funcionarios del estado egipcio, el fiscal de Roma ha cumplido plenamente con su deber. Otros no. El hecho de que las autoridades de El Cairo no lo hicieran de manera espontánea fue, desafortunadamente, obvio desde el principio.
El hecho de que tres gobiernos italianos no hubieran usado la determinación necesaria para pedir la verdad sobre el secuestro, la desaparición forzada, la tortura y el asesinato de un ciudadano italiano en el extranjero fue, en cambio, una amarga sorpresa.
Ahora está claro que la presencia del embajador italiano, que regresó a El Cairo el 14 de septiembre del 2017, no ha hecho ningún progreso y solo es funcional para la normalización completa de las relaciones con el «socio inevitable» (Alfano dixit).
Pero quien en El Cairo o Roma espera que el paso del tiempo favorezca el olvido está completamente equivocado. Si favorece algo, es el deseo de insistir en hacer las cosas.
Mañana, por ejemplo, la Universidad de Teramo celebrará la primera edición del UniTe PhD Award Giulio Regeni, un premio reservado a los estudiantes de doctorado de la Universidad de Teramo por la mejor investigación científica.
Traducción del italiano: Ana Gabriela Velásquez Proaño