Miembros del Partido Demócrata iniciaron una investigación en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre los reclamos que señalan que los principales funcionarios de la Casa Blanca, entre los que se incluye al ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn, promovieron un plan para la apertura de centrales nucleares en Arabia Saudí, a pesar de los posibles conflictos de intereses y las objeciones efectuadas por funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional.
Antes de desempeñarse como funcionario en la Casa Blanca encabezada por el presidente Donald Trump, Flynn trabajó para la compañía que llevaría a cabo el plan nuclear. Asesores de alto nivel advirtieron que la exportación de tecnología nuclear podría considerarse ilegal si pudiera utilizarse como parte de un programa de armamento. Asimismo, el plan podría constituir una violación a la ley de no proliferación nuclear.
La periodista Amy Goodman comentó que el informe de la Cámara también menciona a otros funcionarios de alto rango de Trump y aliados presuntamente involucrados en el acuerdo propuesto con Arabia Saudita, incluido el yerno de Trump, su asesor Jared Kushner, el secretario de energía Rick Perry y el amigo multimillonario de Trump, Tom Barrack, quien se desempeñó como presidente del comité inaugural de Trump.
Arabia Saudí están analizando la construcción de unas dieciséis plantas nucleares para el año 2030, pero muchos analistas temen que los saudíes puedan usar la tecnología para desarrollar armas nucleares y desatar una carrera de armas nucleares en Medio Oriente.
En una entrevista en el programa 60 Minutes al año pasado, El príncipe Saudí Mohammed bin Salman puso en claro que si Irán adquiere armamento nuclear, Arabia Saudita también lo haría.
El periodista Isaac Arnsdorf de ProPublica, quien ya había investigado el tema en 2017, señaló en entrevista con Democracy Now que inicialmente -según los informantes que declararon ante el comité- el asunto se manejó a través del Consejo Nacional de Seguridad – sin cumplir los requerimientos de la ley de Energía Atómica.
Más recientemente, agregó, la administración ha dado pasos para seguir el proceso formal y tener negociaciones con los saudíes a fin de alcanzar un acuerdo para compartir tecnología nuclear. Si esto sucede, el Congreso no tendría que ratificar el tratado pero contaría con 90 días para aprobar una resolución conjunta que pueda bloquearlo.