Si nos adentramos en el Parque Natural de Collserola en Barcelona descubriremos este proyecto autogestionario y social, que pretende ser una alternativa al mundo del humo, el ruido y la velocidad.
No quieren estar aislados de la sociedad sino ser una propuesta de cooperación colectiva entre generaciones. Aprovechan terrenos en desuso y los dividen en parcelas que comparten con otros vecinos y cultivan de manera sostenible.
Personas de todo el mundo vienen a Barcelona para conocer y participar de este proyecto que nos pone en sintonía con la naturaleza.
Los participantes definen Can Masdeu como un acto de desobediencia creativa, una alternativa al modelo de vida establecido.
“No queremos vivir aislados sino ser independientes”, dice Martin, que es de Argentina y también forma parte del proyecto.
“Entendemos lo público como recuperación de los espacios y recursos sustraídos a la lógica mercantil y autogestionados por la comunidad”. Como parte de esa lógica social, también se llevan a cabo tertulias abiertas, asambleas, debates, videoforums… todo enfocado al diálogo.
Claire es de Inglaterra, forma parte del proyecto y nos explica que, aunque no tienen el derecho legal sobre la Masía, sí tienen el derecho social. El edificio de cuatro plantas llevaba más de medio siglo abandonado por su propietario, el Hospital de Sant Pau, hasta que fue ocupado y gestionado.
En Can Masdeu todo va a otro ritmo. Se puede disfrutar de un espacio abierto y salvaje, a la vez que respirar hondo a pocos metros de la ciudad condal. Se intenta que todas las actividades sean de día para que sean en un clima relajado y familiar.
Hacen su propio pan en un horno de leña y también su propio aceite y miel cuando pueden. Todo para consumo propio y para intentar no depender ni fomentar la cultura del consumismo.
Este proyecto comenzó en el año 2001 y conforma toda una red de colectivos que defienden que “la tierra es de quien la trabaja”.
Uno de los vecinos del barrio trabaja en el huerto comunitario.
Una de las premisas de Can Masdeu es seguir el ritmo de las estaciones frente al “mundo del dinero, el humo, el ruido y la velocidad”. Allí los tiempos y procesos de la tierra se respetan.
Los huéspedes de Can Masdeu cultivan aproximadamente el 85% de las verduras que consumen.
Los terrenos se los dividen junto con las personas del barrio que también participan y gestionan su propia parcela.
Entre esas actividades sociales abiertas se encuentra el PIC (Punto de Interacción de Collserola), una oportunidad para conocer el proyecto desde dentro. Se trata de un día de puertas abiertas en el que te explican cómo se organizan, hacen una ruta guiada por los huertos y hay una comida popular.
Can Masdeu se sitúa en la Sierra de Collserola, a pocos metros de la ciudad. A pesar de llevar una vida ajena a “la voracidad de una ciudad sin límites”, el proyecto también incluye actividades con vecinos del barrio.
Activistas okupas fueron los que iniciaron este proyecto independiente pero ahora es mucho más que eso; una masía en la que conviven adultos y niños, y en la que la tierra en desuso se ha transformado en un espacio agrícola y social.
Can Masdeu funcionaba como una antigua leprosería y hace 18 años que lo transformaron en un centro social y autogestionario, referencia de vida comunitaria.
Ester Medina
Photojournalist | @ester_merro
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