Con la participación de más de 400 delegados de 85 países, fue inaugurada este domingo (24) la Asamblea Internacional de los Pueblos (AIP), que se realiza hasta el miércoles (27) en la capital venezolana, Caracas.
La mesa de apertura contó con la participación de João Pedro Stedile, representante del Movimento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y de la Vía Campesina Internacional, de la alcaldesa de Caracas, Érika Farías, además del director del Instituto Tricontinental, Vijay Prashad, y de la representante del Proyecto Educación Popular de los Estados Unidos, Claudia de la Cruz.
Erika Farías fue la primera a hablar y recordó que los ataques de la derecha interna y externa al proceso revolucionario venezolano, comenzó en los primeros años de los gobiernos democráticos del presidente Hugo Chávez. “Nosotros somos un pueblo que en 20 años ha aprendido mucho. Y por eso somos un pueblo consciente de su pasado, de su presente y del futuro que quiere laborar”, dijo.
“Desde el año 1999 hasta hoy – siguió – éste es un pueblo que lucha y se mantiene venciendo y venciendo. Y fue lo que ocurrió en los días pasados, con la pantomima que quisieron montar en nuestra frontera. Nos preguntaba ayer un periodista: ¿Y entonces, que va a pasar mañana, 24? Bueno, mañana, 24, va a pasar que arranca la Asamblea Internacional de los Pueblos, Nicolás sigue siendo el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el pueblo de Venezuela sigue luchando, construyendo, trabajando”.
João Pedro Stedile aclaró los principales objetivos de la articulación en torno a la AIP, lo que ha involucrado organizaciones de más de 130 países de todo el mundo. “Hemos aprendido en nuestro intercambio que para construir ese proceso internacional, tenemos nuestros sueños, que es el sueño de todos los que estamos acompañando aquí. Necesitamos construir unidad a través de una plataforma programática y eso lo estamos construyendo bien. Todas las formas en las que pueblo se organiza son formas importantes, sea asociaciones, movimientos, partidos sindicatos, iglesias, lo que sea”.
La representante de los Estados Unidos, Claudia de la Cruz subrayó la inversión de prioridades del gobierno de los Estados Unidos que en 2018, según ella, ha invertido cerca de 600 mil millones de dólares en defensa militar, mientras ha destinado tan solo 190 mil millones a programas de reducción de la pobreza y garantía de derechos como educación, trabajo y vivienda.
Vijay Prashad se encargó del cierre de la mesa de apertura, destacando el papel de los medios de comunicación y de las redes sociales y la necesidad de una ofensiva contra hegemónica por parte de los movimientos populares alrededor del mundo. “Estamos en una guerra de ideas. Y las fuerzas del capitalismo controlan los medios que producen esas ideas”, alertó. “Estamos aquí en Caracas para decir: saquen las manos de Venezuela”, concluyó.
La Asamblea Internacional de los Pueblos ocurre en el momento que el gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, ha sufrido presiones de países gobernados por la derecha, como Colombia, Perú, Brasil y los Estados Unidos. Esos gobiernos piden la salida de Maduro, reelegido en mayo del 2018 para un nuevo mandato de seis años.
Este sábado (23), Juan Guaidó, diputado venezolano opositor al gobierno de Nicolás Maduro, que se ha autoproclamado presidente encargado del país, acompañó esos países en una acción en las fronteras con Colombia y Brasil para forzar el ingreso de una presunta “ayuda humanitaria” al país. El gobierno venezolano rechazó la supuesta ayuda por considerarla una excusa para la entrada de armas y equipos bélicos para los grupos opositores al gobierno.
Cronología del golpe
Los debates de la Asamblea Internacional de los Pueblos se concentrarán en el avance de los gobiernos de derecha y extrema derecha en el mundo y, fundamentalmente, en la ofensiva imperialista contra el pueblo de Venezuela y su revolución.
Una mesa estará dedicada a discutir la actual situación en el país suramericano y la resistencia a la ofensiva que ha empezado en 2015, cuando fueron realizadas elecciones parlamentarias para los 167 diputados y diputadas de la Asamblea Nacional venezolana. En la ocasión, la oposición al gobierno revolucionario logró una amplia mayoría de los curules, pero por cuatro diputados no ha logrado la mayoría calificada de dos tercios de los puestos, necesaria para el cambio de dispositivos constitucionales, entre otras medidas. Aún así, con la Asamblea bajo control de los partidos de oposición, cuatro diputados no elegidos tomaron posesión, lo que ha generó la inmediata reacción del poder Judicial, que suspendió atribuciones del legislativo nacional, ahora en desacato judicial.
Debido a la decisión judicial, en 2017, grupos opositores tomaron las calles del país y promovieron diversos ataques violentos contra personas y equipamientos públicos. Frente a la situación, el gobierno venezolano convocó una mesa de diálogo, realizada en la capital de República Dominicana, Santo Domingo.
Aunque el gobierno venezolano atendió entonces a casi todas las demandas de los grupos opositores, sus líderes deciden abandonar la mesa de diálogo, bajo protestas de los mediadores, entre ellos, el ex-primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero. De esta manera, Nicolás Maduro decide convocar a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, con el objetivo de renovar los poderes del país y frenar la ola de violencia.
La elección para la Asamblea Nacional Constituyente fue realizada el 30 de julio del 2017. El 20 de mayo del año siguiente (2018) fue realizada la elección para Presidente de la República. Aunque muchos sectores de la oposición hayan decidido voluntariamente no participar de la contienda y convocado a la abstención, la elección tuvo participación del 46% de los electores, resultando victorioso el Presidente Nicolás Maduro con el 67,84% de los votos, renovando su mandato por seis años más.
No contentos con el resultado, países gobernados por la derecha, principalmente la gestión de Donald Trump en los Estados Unidos, decidió intensificar las presiones sobre el país por la vía de bloqueos de bienes y divisas venezolanas en el exterior, provocando una fuerte crisis económica en el país.
El 10 de enero del 2019, el diputado de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente encargado del país, desconociendo el proceso electoral que eligió a Nicolás Maduro. Guaidó fue reconocido por gobiernos de derecha en una acción articulada, aunque no tenga ningún poder sobre las instituciones venezolanas. Las Fuerzas Armadas, bien como los máximos representantes del Poder Judicial del país reconocen la autoridad de Nicolás Maduro como Presidente legítimo de Venezuela, elegido por el voto popular de los venezolanos y venezolanas.