Estos dias quede triste, pero no sorprendida, por ver noticias circulando en los principales medios de comunicación de Bolivia en relación a la Presidenta del Senado Boliviano, Adriana Salvatierra Arriaza. Al parecer mucha gente esta indignada por su doble nacionalidad y, principalmente, por esa otra nacionalidad vincularla a Chile, pais que aprendimos a odiar desde la injusta guerra del Pacífico promovida por empresas multinacionales inglesas y personas con intereses económicos de los 2 países en cuestión.
Hija de una imigrante chilena y un boliviano, nació en territorio boliviano, ES boliviana.
Soy inmigrante boliviana, casada con un ciudadano brasileño, madre de dos hijos brasileños que pretendo consigan también su doble nacionalidad, para ser también reconocidos como bolivianos.
Mis hijos crecen amando las dos culturas, los dos países, su corazón es más grande y su capacidad de abrirse a lo nuevo, a la diversidad, con seguridad es mayor que la mía y que la de su papá.
Me pregunto si mis hijos también sufrirán esa discriminación en un lugar con un comportamiento xenofóbico y discriminador, parece que si.
Adriana Salvatierra nació de 2 personas que son más que sus nacionalidades; ser mestiza no es fácil en ningún lugar. Pero el mundo, nuestra historia, camina hacia una Nación Humana Universal, dónde lo más importante NO serán las nacionalidades sino el Ser Humano, el desplazamiento de inmigrantes y refugiados lo demuestra.
Historicamente aprendimos a odiar, y así nos engañan, haciéndonos odiar personas sin ver los verdaderos villanos (grandes consorcios, empresarios, etc), que siguen ganando mientras nosotros nos vamos destruyendo por un odio ciego aprendido. ¿Cómo salir de ese circulo vicioso de odio y resentimiento, que no nos permite avanzar y facilita que seamos manipulados, y que además nos hace sufrir?
El problema no es que Adriana Salvatierra sea hija de una inmigrante chilena y tenga doble nacionalidad, el problema es nuestro resentimiento y discriminación hacia lxs chilenxs.
Y sí, creo que el Estado Chileno debe devolver una salida soberana al mar para Bolivia, pero no odio ni discrimino chilenxs por ese motivo.
No habrá cambio sin reconciliación
Reconciliar no es olvidar ni perdonar, es reconocer todo lo ocurrido y es proponerse salir del círculo del resentimiento. (Silo)
Por: Jobana Moya Aramayo (Bolivia/Brasil)