Con la llegada de Donald Trump, asistimos al finiquito de la Unipolaridad de Estados Unidos y de su papel de gendarme mundial y su sustitución por la nueva doctrina de la Multipolaridad o Geopolítica Inter-Pares, formado por la Troika EE. UU., China y Rusia (G3), quedando de paso la UE, Japón, India y Brasil como convidados de piedra en el nuevo escenario geopolítico. Así, en una conferencia pronunciada por Trump en la sede de la influyente revista política “The National Interest”, Donald Trump expuso las líneas maestras de su política exterior que podrían sintetizarse en su lema “Estados Unidos lo primero”, lo que de facto supondría el retorno al proteccionismo económico tras cancelar el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (TLCAN) así como el TTIP y la Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), pieza central de la Administración Obama en su política de reafirmación del poder económico y militar en la región del Pacífico. Ello sería un misil en la línea de flotación de los intereses geopolíticos del conocido como “Club de las Islas” con activos cercanos a los 10 trillones € y cuya cabeza visible según el espía ruso Daniel Estulin, sería el financiero y experto diseñador de “revoluciones de colores”, George Soros.

Soros y la balcanización de Europa

Europa estaría sufriendo una aguda crisis identitaria agravada por el triunfo del Brexit y por el “proceso de balcanización europeo” diseñado por George Soros y la Open Society Fundation (OSF) para mediante selectivos atentados terroristas, la crisis de los refugiados y el despertar del anhelo independentista de las Naciones europeas sin Estado, provocar la aparición de fuerzas centrífugas que aceleren la desmembración de la actual Unión Europea. Así, las fuerzas centrífugas presentes en el escenario europeo habrían provocado el auge de movimientos independentistas del que Escocia sería paradigma de dicho movimiento y alumno aventajado tras el referéndum celebrado para decidir sobre la permanencia o no de dicha nación en Gran Bretaña. El profesor James Mitchell, responsable de la escuela de Gobierno y Política Pública de la Universidad de Strathclyde (Glasgow, Escocia), explica que las razones de un pueblo para querer su independencia “radican en el fracaso de sus respectivos Estados, pues las naciones subestatales se sienten ninguneadas”. Pero según la actual doctrina imperante en Bruselas, “un Estado resultante de un movimiento secesionista perdería su condición de miembro de pleno derecho de la zona euro y habría de comenzar el proceso de readmisión”, lo que en la práctica imposibilita la secesión.

Sin embargo, tras el Brexit , asistiremos a una progresiva disolución de la actual UE como ente político, momento que será aprovechado por las actuales naciones subestatales europeas (Escocia, Flandes, Bretaña, Alsacia, Córcega, Cataluña, País Vasco, Galicia,Padania,Tirol del Sur, Irlanda del Norte, Cornualles e Isla de Man) para conseguir la desconexión y provocar la aparición de un nuevo mapa geopolítico europeo en el horizonte del 2.025, con lo que se habría conseguido el objetivo de Soros de balcanizar Europa para conseguir que la Vieja Europa siga siendo un fiel vasallo del Imperio.

Soros y la trama anti-Trump

La primigenia CIA se habría transmutado en el llamado Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) y de la hidra-CIA habrían nacido 17 nuevas cabezas en forma de agencias de inteligencia que integrarían la Comunidad de Inteligencia de EEUU (la Cuarta Rama del Gobierno según Tom Engelhardt), agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo, verdadero poder en la sombra fagocitado por el “Club de las Islas” de George Soros y que se habría conjurado contra un Trump partidario de la Geopolítica Primus InterPares o G3 y constaría de una primera fase para torpedear el traspaso de poderes Obama-Trump mediante una “revolución patriótica o multicolor” en EEUU. Así, según el portal Zero Hegde, las espontáneas manifestaciones populares anti-Trump habría sido inspiradas por el portal digital MoveOn.org, patrocinado por el ínclito Soros bajo el lema “Levántate y lucha por los ideales estadounidenses” y cuya segunda fase será truncar la carrera política de Trump por métodos legales (Impechement) o por métodos expeditivos (léase Magnicidio), tras lo que el Vice-Presidente Mike Pence asumiría la Presidencia y retornaría a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra de EEUU (Cuarta Rama del Gobierno).

¿Es Soros un agente antisionista?

Tras la iniciativa del Club de las Islas encabezada por George Soros contra Donald Trump, Netanyahu habría salido en su ayuda y habría declarado a Soros “enemigo de Israel” como respuesta a la supuesta hostilidad de Soros (judío húngaro nacionalizado estadounidense) hacia el Estado judío. Así, el Ministerio de Exteriores judío emitió un comunicado en el que acusaba a George Soros de “socavar ininterrumpidamente a los Gobierno democráticamente elegidos de Israel al fundar organizaciones que difaman al Estado judío y buscan negar su derecho a defenderse” tras la campaña contra Soros desarrollada por el Primer Ministro húngaro Viktor Oran en la que exigía al magnate judío “no entrometerse en los asuntos internos de Hungría”.

Soros había condenado al Gobierno húngaro por su rechazo a acoger a los refugiados musulmanes al percatarse Oran de la estrategia de Soros de intentar “balcanizar Europa”, pero la campaña fue utilizada por grupos de ultraderecha húngaros para realizar propaganda antisemita y neonazi, lo que habría encendido las alarmas en Israel y habría llevado al embajador israelí en Hungría, Yossi Amrani a afirmar que “la campaña contra Soros siembra odio y temor”. Posteriormente, el AIPAC habría tomado las riendas de la campaña contra Soros al organizar una campaña petitoria para exigir al Presidente Trump que “reconozca como terrorista doméstico al multimillonario George Soros y todas sus organizaciones amén de confiscar todos sus activos en EEUU”, campaña que llevaría ya recogidas cerca de 70.000 firmas y que espera alcanzar con facilidad las 100.000 firmas necesarias para ser tomada en consideración por la Casa Blanca, con lo que nos encontramos en el inicio de un duelo Soros-Trump en el que tan sólo uno de ellos puede sobrevivir.

¿Trama George Soros una nueva Revolución de Colores contra Putin?

Putin estableció como prioridad tras su primer nombramiento como Presidente en el año 2000, la Modernización de las Fuerzas Armadas, Infraestructuras de Transporte y Energéticas y el Desarrollo de Nuevas Tecnologías, (aeroespacial; robótica; bio-medicina; bio-combustibles y nano-tecnología) aprovechando la exuberante liquidez proporcionada por los ingresos del petróleo y con un presupuesto hasta el 2020 que alcanzaría la cifra ionosférica de 410.000 millones de euros. Ello aunado con la rampante corrupción de las élites y la implementación de nuevos y gravosos impuestos a la ciudadanía habría provocado en la psiquis colectiva de la sociedad rusa el nacimiento de una creciente corriente anticorrupción y antibelicista que tendría como iceberg las recientes protestas convocadas por el movimiento “Fondo de Lucha contra la Corrupción”.

Dicho descontento teledirigido por George Soros podría desembocar en una masiva movilización de la sociedad rusa para protestar contra la corrupción, militarismo y carestía de la vida, pudiendo reeditarse los disturbios y protestas sucedidas con Jruschov (represión del levantamiento de obreros de Novocherkaask, 1962) pues la obsesión de Soros y su Fundación Open Society Fundation (OSF) es conseguir infiltrarse en Rusia para proceder a su balcanización pues Rusia sería para Soros la “ballena blanca que lleva décadas intentando cazar” en palabras del analista Tyler Durden en el portal Zero Hedge.

Soros quiere evitar a toda costa que Putin se perpetúe en el Poder, por lo que procederá a la gestación de una trama endógena con el objetivo confeso de debilitar el otrora poder omnímodo de Putin en el Partido y en la Administración y posteriormente lograr su defenestración política mediante un golpe de mano incruento.La paternidad de dicha trama sería atribuible al Club de las Islas pilotado por George Soros y al exiliado ex-empresario petrolero Jodorkovski (Rusia Abierta) y contará con la colaboración desde el interior del multimillonario y amigo personal de Putin, Arcady Rotenberg quien moverá a sus peones estratégicamente situados en puestos claves de la Administración, Mass Media, FSB y Ejército para tras una intensa campaña mediática contra Putin, lograr que el Tribunal Supremo ruso lo acuse formalmente de los mismos cargos con los que decapitó a la camarilla oligarca: abuso de poder, corrupción y delitos fiscales, culto a la personalidad y errores políticos, reviviendo el golpe de mano contra Jruschov y su sustitución por Leoniv Brézhnev (1.964).