Ante la embestida arbitraria internacional, por parte de los EEUU, a la República Bolivariana de Venezuela, gestando y convalidando la autoproclamación de Juan Guaidó a presidente interino de la nación, argumentando un supuesto vacío de poder y acusando al gobierno de Nicolás Maduro de comandar un régimen dictatorial, y a pesar de que son varios los jefes de estado que apresuradamente se han mostrado a favor, incluidos entre estos a su principal mentor (EEUU) y a la OEA, el Partido Humanista Internacional opina:
Resulta indignante que, en nombre de la libertad, la democracia y los derechos humanos, uno de los mayores estados genocidas en el mundo como ha sido y es el de EEUU, con actitudes de opresión y tiranía evidente hacia los pueblos de nuestro continente y otras latitudes, junto con otros actores políticos secundarios también carentes de toda autoridad moral, emprendan con total impunidad y agresividad una campaña internacional despiadada contra el gobierno de Venezuela.
Ya nos adelantaba Silo en carta a mis amigos en 1993: “aun cuando se interviniera en terceros países por razones humanitarias evidentes para todos, se sentarían precedentes para justificar nuevas acciones sin razones tan humanitarias ni tan evidentes para todos”
Por otro lado, se trata de un gobierno que fue elegido por su pueblo el 20 de mayo de 2018, y a pesar de la campaña internacional acusando de fraude el proceso electoral, ninguno de los candidatos que participaron impugno los resultados, ni presento pruebas ni evidencia o denuncia concreta de fraude.
Y aunque no son pocas las voces que se levantan para proteger el respeto a la autodeterminación del pueblo venezolano. La insolencia de los EEUU, su soberbia criminal y su tradicional exportación de violencia encuentran eco en algunos gobiernos regionales que se someten a los dictados imperialistas, desatendiendo los intereses nacionales y convirtiéndose en cómplices del mayor estado criminal de la historia universal. Últimamente el imperialismo norteamericano ha producido el caos en distintos países del mundo islámico, no dejemos que impongan a los Latinoamericanos su estela de desorden, saqueo y muerte.
Y continuando con lo dicho por Silo en su carta, encontramos esta advertencia: “es de observar que, como consecuencia del proceso de mundialización, Naciones Unidas está jugando un rol militar creciente que entraña no pocos peligros. Una vez más se está comprometiendo la soberanía y autodeterminación de los pueblos mediante la manipulación de los conceptos de paz y de solidaridad internacional”.
Los Humanistas, denunciamos la falacia de una campaña promovida por quienes imponen la dictadura del capital en el mundo, al mismo tiempo que se promocionan como los defensores de la democracia. Reivindicamos una vez más el principio de autodeterminación de los pueblos y expresamos nuestra solidaridad con el hermano pueblo venezolano, en cuya capacidad para resolver sus asuntos internos, confiamos plenamente.
Denunciamos la campaña internacional impulsada por el genocida imperio que reside formalmente en Washington, pero que es manejado por una corporación privada, financiera, industrial, militar y mediática residente en ese país y sus socios de la OTAN.
Instamos a los gobiernos latinoamericanos a colaborar con la defensa de la autonomía del pueblo venezolano, en la toma de decisiones en cuanto a su destino político, tomando partido por la defensa de la democracia y no así de los intereses de los buitres del capital.
El Partido Humanista Internacional no avala al imperialismo, por el contrario, lo repudia. Por eso, los Humanistas manifestamos nuestra solidaridad con el único gobierno legítimo en Venezuela, el de Nicolás Maduro. Y decimos que los presidentes no se proclaman ni autoproclaman, se eligen, según la legislación de cada país. En Venezuela rige una Constitución que hay que respetar.