Al menos 42 personas fueron detenidas este sábado en París durante la protesta de ‘chalecos amarillos’, que se produjo por décimo fin de semana consecutivo contra las políticas económicas del presidente Emmanuel Macron.
Un corresponsal de Sputnik informó desde el lugar de los hechos que la policía usó gas lacrimógeno y un cañón de agua para dispersar a los manifestantes.
La movilización se desarrolló bajo un fuerte despliegue policial. El Gobierno decidió movilizar alrededor de 80.000 agentes en todo el país, 5.000 de ellos en París, escenario principal de las protestas.
A pesar de que a inicios de la semana el presidente Macron dio comienzo a los diálogos del gran debate nacional para que la ciudadanía pudiera expresar sus posiciones en temas como poder adquisitivo, democracia, fiscalidad y medio ambiente, la indignación de los chalecos amarillos no disminuyó.
Los integrantes de este movimiento cumplieron dos meses en las calles y pretenden mantener viva las protestas en defensa de sus demandas,
En un principio protestaban por el alza en los precios del combustible y los impuestos relacionados, pero luego sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales y políticas, incluyendo exigencias como que los ciudadanos tengan la posibilidad de pedir e impulsar la realización de referendos nacionales sobre temas relevantes y que el presidente galo, Emmanuel Macron, presente su renuncia.
Asimismo, reclaman mejoras salariales y el fin de la agenda de recortes sociales impulsada por el gobierno francés.
Según el portal ABC de España entre el 70 y el 80% de los franceses dicen apoyar o comprender el movimiento, que contemplan con aparente simpatía, de momento.