La tercera marcha de las mujeres celebra los avances en las últimas elecciones y vuelve a llenar cientos de ciudades en Estados Unidos.
La llamada Marcha de las Mujeres salió este sábado por tercera vez a las calles en cientos de ciudades de Estados Unidos. El movimiento, que empezó en las redes sociales y se hizo real en las calles con la llegada de Donald Trump al poder, cumple años al mismo tiempo que su Presidencia.
Además, las recientes elecciones legislativas, que han llevado a un número récord de mujeres al centro del poder en Washington, han servido como prueba de que el movimiento, representa corrientes profundas de este país que ya no se pueden parar.
En Washington, la Plaza de la Libertad estaba abarrotada de gente sobre las 10 de la mañana locales. El permiso oficial para la manifestación esperaba alrededor de 10.000 personas. El cierre parcial del Gobierno, que lleva 28 días, obligó a cambiar la ruta de la manifestación, que no pudo llegar hasta el Capitolio y se tuvo que conformar con dar vueltas a la redonda. El cierre estuvo especialmente presente entre los carteles que levantaban los sindicalistas.
La oposición a Trump es el hilo conductor de todos los grupos que componen este movimiento. Un poco más lejos, aparecían varias pancartas del mandatario republicano con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Trump como títere, como perro, como una presa cazada. Otros alzaban la imagen del fiscal especial Robert Mueller, a cargo de la investigación de la trama rusa, con la leyenda “Se acercan las acusaciones”, con el estilo de letra de la serie Juego de Tronos. Entre todos esos letreros colmados de carga política, aparecía un rostro familiar con los ojos cerrados, el traje azul y la mano alzada: Christine Blasey Ford, la mujer que acusó al juez Brett Kavanaugh de abuso sexual. “No podrán callarnos, doctora Ford”.