Luego de meses esperando la conclusión del proyecto, Senegal y Gambia pudieron inaugurar un puente que une a ambos países. Algo que debería, además, desestrangular las carreteras del oeste africano, incluir a la región de Casamance en el circuito rutero y permitir que crezcan los intercambios comerciales en este sector.
El puente tiene un kilómetro de largo, está suspendido a 20 metros y tiene 12 de ancho, construido con hormigón y metal, su estructura se integra al paisaje y resulta bonito en este enclave de manglares.
Siendo dos países históricamente enfrentados, que hayan acometido la construcción de manera conjunta tiene una enorme simbología, además de ser la primera obra importante en el oeste africano que es financiada por los Estados. 75 millones de euros costó el puente, sin embargo este permitirá que desde la capital senegalesa, Dakar, se pueda llegar a Ziguinchor en 8 horas y no se tenga que bordear todo el país fronterizo para llegar a la Casamance.
Desde ayer los coches pueden utilizar el puente y en verano podrán comenzar a cruzar los transportes pesados.
Dentro de un mes son las elecciones presidenciales en Senegal, así que esta inauguración forma parte de los actos de campaña. La ceremonia inaugural contó con la presencia del presidente Macky Sall y de su homólogo gambiano, Adama Barrow. Además de cortar la cinta inaugural, lo atravesaron a pie, antes de habilitar que los primeros vehículos pudieran comenzar a utilizar este anhelado puente entre los dos países.