La nación norteamericana tiene algo más de 200.000 militares distribuidos en unos 180 países y territorios alrededor del mundo, entre los que figuran Afganistán, Yemen, Sonmalia, Irak, Siria y Níger
Es noticia en todo el mundo que Estados Unidos lidera un nuevo golpe de Estado contra Venezuela. Washington persiste en sus esfuerzos por tomar el control político y económico de la nación suramericana, para lo cual despliega todos sus recursos, presionando a sus aliados y así ejercer la mayor presión posible sobre el gobierno Venezolano y el bloque de países que se ha dispuesto a apoyarlo.
De ésta forma, EE.UU conduce al mundo hacia un conflicto sin precedentes, pues nunca en la historia había habido la tecnología y capacidad destructiva que hoy tienen los ejércitos de las naciones en discordia.
El mandatario estadounidense, Donald Trump, mueve sus piezas a través de Juan Guaidó, quien se autoproclamó “presidente interino de Venezuela” para poder cristalizar la anhelada intervención militar norteamericana a esta nación, rica en petróleo y minerales.
“Make America Great Again” o “Haz a América grande otra vez” fue el eslogan de la campaña del republicano, lo que dio señales de que su política exterior estaría signada por el objetivo de imponer la “supremacía” norteamericana al resto del planeta.
Este objetivo lleva a Estados Unidos a mantener conflictos abiertos con países de todos los continentes, ya sea a través de amenazas bélicas o de guerras comerciales y financieras.
Actualmente, la nación norteamericana tiene algo más de 200.000 militares distribuidos en unos 180 países y territorios alrededor del mundo, entre los que figuran Afganistán, Yemen, Somalia, Irak, Siria y Níger.
Escalada de tensión: EE.UU / Rusia
Estados Unidos y Rusia son las potencias más importantes e influyentes del mundo. Ambas naciones cuentan con un alto desarrollo tecnológico y gigante poderío militar, por lo que una guerra entre ambas tendría consecuencias inimaginables.
Actualmente Washington y Moscú tienen varios frentes abiertos por causa de la intolerancia de EE. UU. a la soberanía política de Rusia.
Washington no reconoce la anexión de la península de Crimea a la Federación Rusa, que se produjo en 2014 a través de un referéndum donde el 96,77 por ciento de los crimeos votó a favor de unirse a Rusia.
Esta situación ha provocado un aumento de las tensiones entre los dos gobiernos y ha devenido en rondas de sanciones contra el país euroasiático.
Desde la Casa Blanca se ha emprendido una campaña de desprestigio, ejerciendo una presión militar y financiera con el fin de desestabilizar a la administración de Vladimir Putin, cuestión que no parece mellar el liderazgo del presidente ruso.
Asimismo, se ha acusado a Rusia de interferir en las elecciones presidenciales y en la política norteamericana, lo que ha sido desmentido por el Kremlin.
Otro punto álgido, es la decisión de Donald Trump de retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) suscrito entre la antigua URSS y EE:UU, y que puso fin a la guerra fría, por lo que esta medida podría reavivar la carrera armamentística.
Crisis nuclear: EE.UU v/s Irán
La actual crisis entre Estados Unidos e Irán tiene su origen en el programa nuclear que desarrolla la República Islámica. Washington acusa a Teherán de usar este el programa como tapadera para fabricar armas nucleares en secreto y no deja de imponerle sanciones cada vez más duras.
Por su parte, Irán rechaza las acusaciones y defiende que su trabajo nuclear es solo para la generación de electricidad y otros proyectos pacíficos.
En mayo pasado Donald Trump anunció que se retiraba del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 que reforzaría la agresión contra la nación persa incluyendo sanciones: a la compra o adquisición de dólares por parte del gobierno de Irán; al comercio de oro o metales preciosos; a la venta, suministro o transferencia directa o indirecta hacia o desde Irán de metales de grafito, otros metales como el aluminio y acero; a la compra, suscripción o facilitación de la emisión de deuda soberana iraní y al sector automotriz de esa nación.
Como respuesta a este ataque, Irán advierte que puede cerrar el estrecho de Ormuz, un punto estratégico en el golfo Pérsico por donde circula el 30 por ciento del petróleo transportado por vía marítima a nivel mundial.
Sanciones Económicas: EE.UU v/s Corea del Norte
Corea del Norte advierte que podría reactivar su programa de desarrollo del arsenal nuclear si Estados Unidos no levanta las duras sanciones económicas impuestas por el gobierno de Trump.
En una cumbre histórica celebrada en Singapur el mandatario estadounidense y Kim Jong Un firmaron un acuerdo sobre la desnuclearización que no ha tenido resultados.
Desde la Casa Blanca se mantiene la política de restringirle a Corea del Norte las importaciones de crudo y sus exportaciones de carbón.
El objetivo de Estados Unidos, está lejos de ser el policía del mundo o proteger unos (imaginarios) valores democráticos, es tener el control político y económico del planeta.
De hecho, Donald Trump está estudiando la posibilidad de impulsar el despliegue de un sistema de defensa antimisiles en el espacio. De esta manera, el Pentágono trata de ampliar el alcance y la sofisticación de las defensas a una escala jamás vista desde la iniciativa que lanzó en la década de los 80 Ronald Reagan en su guerra espacial.
Complicidad con Israel
La actuación de mediador de Estados Unidos en el proceso de paz israelí-palestino es criticada en todo el mundo.
Históricamente Washington ha jugado a favor de Israel y contra Palestina el gobierno de Donald Trump no es la excepción.
Una de las medidas más criticadas fue el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la embajada norteamericana a esa ciudad.
Asimismo, se acusa a Washington de intentar normalizar el apartheid israelí en Palestina.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat ha manifestado en reiteradas ocasiones que rechazará cualquier plan de paz con el régimen israelí que no devenga en la creación de un Estado palestino con Al-Quds (Jerusalén) como capital.
Siete años de destrucción: EE.UU v/s Siria
La guerra en Siria, propiciada por EE.UU. y sus aliados, ha dejado en siete años más de 500.000 personas muertas, en su mayoría civiles.
Hasta 2018, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 11 millones de sirios fueron desplazados, entre ellos seis millones internamente y cinco millones son refugiados en otros países.
La nación árabe en la actualidad se encuentra en ruinas y con 80 por ciento de la población sumida en la pobreza, producto de que las agresiones Washington frente a soberanía Siria.
Guerra comercial: EE.UU v/s China
El Centro de Investigación Económica y Empresarial de Londres (CEBR), publicó un informe en el que proyecta a la nación asiática como la primera economía mundial para el año 2032, sobrepasando a EE.UU.
Ante este panorama, el gobierno estadounidense decidió emprender una guerra económica contra el gigante asiático que podría tener consecuencias en el resto de los países.
Trump ordenó la aplicación de aranceles a productos chinos (automóviles, discos duros o componentes de aviones), destinados a compensar lo que considera es el “robo” de propiedad intelectual y de tecnologías por parte de la nación asiática.
China reaccionó de inmediato y aplicó aranceles por el mismo valor sobre productos agrícolas norteamericanos como la soja, el pescado, la carne de cerdo, de ternera y productos lácteos.
Según los analistas, esta disputa parece no tener fin y terminará salpicando la economía mundial.
Imposición de aranceles: EE.UU v/s Turquía
Otro país que sufre los embates de la guerra económica impuesta por Washington es Turquía.
Desde la Casa Blanca se elevaron los aranceles al acero y aluminio importados desde el país euroasiático y la cotización de la lira ha caído frente al dólar.
La crisis en las relaciones bilaterales comenzó luego de la detención por las autoridades turcas del pastor estadounidense Andrew Brunson, acusado de terrorismo y espionaje por su participación en el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016 contra Recep Tayyip Erdogan.
Ankara también condena que EE.UU. esté trabajando con aliados del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Siria.
Bloqueo: EE.UU. v/s Cuba
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba desde la década de 1960 es la expresión más elevada de una política cruel e inhumana, carente de legalidad que tiene como objetivo acorralar, aislar y empobrecer a un pueblo que se opone a sus intereses imperialistas e injerencistas.
Según los informes del Gobierno cubano, el embargo desde su aplicación en 1962 ha supuesto pérdidas para la isla por unos 933.678 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.
Con la llegada al poder de Donald Trump en 2017, las relaciones diplomáticas entre ambos países han experimentado un evidente retroceso. El incremento de medidas y restricciones que impiden a los estadounidenses viajar a Cuba e, incluso, llevar a cabo inversiones con total libertad representan una clara muestra de ello.
El Muro: EE.UU v/s México
“Cuando México manda a su gente, manda a gente que tiene montones de problemas. Traen drogas. Traen criminalidad. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas” fue la frase que pronunció Donald Trump que conmocionó a la opinión pública internacional.
Desde su campaña electoral y luego desde la Casa Blanca, el republicano ha insistido de construir un muro en la frontera de ambos países, que lo ha llevado incluso al cierre de Gobierno por 35 días, ante la negativa del Senado de aportarle los recursos para levantar la infraestructura.
También ha sido cuestionada la persecución contra las familias mexicanas y centroamericanas que migran hacia territorio estadounidense.
El capítulo con Venezuela sigue en desarrollo.