Por Global Witness
Nuestro análisis revela que la tala ilegal en los bosques de Perú continúa descontrolada, contribuyendo a la degradación de la Amazonía.
A pesar de los niveles desenfrenados de tala ilegal, el gobierno peruano ha tomado medidas preocupantes para debilitar al Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR), incluso cuando dicho organismo ha resultado ser la única agencia estatal que ha combatido el problema de manera efectiva.
Global Witness hace un llamamiento urgente al gobierno peruano y a los donantes internacionales para que redoblen sus esfuerzos por preservar estos bosques –de importancia climática global– del crimen generalizado, devolviendo la independencia y ampliando las competencias de esta agencia imprescindible.
Perú alberga el cuarto bosque más grande del mundo: su extensión es de 68 millones de hectáreas. Es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta y podría jugar un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, las prácticas destructivas y, a menudo, ilegales de tala que se llevan a cabo en el país están provocando un enorme daño a este bosque.
El análisis de Global Witness también revela cómo algunos de los mayores aserraderos de Perú procesan de forma sistemática grandes cantidades de madera ilegal, y cómo los madereros ilegales encuentran formas cada vez más creativas y deshonestas de destruir la Amazonía para su beneficio. Entre todo ello se incluye:
- Uso de nuevos tipos de áreas de aprovechamiento que el OSINFOR no puede sancionar para blanquear madera a gran escala, particularmente aquellas previstas para los pobladores locales.
- Falsificación de las ubicaciones de árboles en los documentos oficiales, mientras los árboles se talan ilegalmente en otro lugar.
- Confabulación con gobiernos regionales para que se aprueben dichos documentos falsificados, a fin de hacer pasar por legal la madera ilegal.
- Uso de áreas que el OSINFOR no puede inspeccionar, entre las que se incluyen plantaciones y cambios de uso para deforestar áreas y dedicarlas a actividades agrícolas, a fin de declarar falsamente que la madera provino de allí, cuando en realidad se extrajo de otro lado.
El OSINFOR ha jugado un importante papel a la hora de reducir estas prácticas abusivas a lo largo de los últimos diez años.
Como encargado de proteger los bosques del país, el OSINFOR ha combatido la tala ilegal y se ha convertido en un pionero a nivel mundial en la lucha contra los delitos forestales. Desde que se convirtió en una agencia independiente que no mantiene vínculos con ningún ministerio, sus operaciones de supervisión han mejorado sustancialmente.
Pero en la actualidad, el OSINFOR mismo se encuentra en peligro: su independencia está debilitada tras su absorción por el Ministerio del Ambiente, y con ello todo el buen trabajo que realiza se ve amenazado.
A la luz del saqueo y la tala ilegal que se evidencia en nuestro informe, el gobierno de Perú debería devolver la independencia al OSINFOR y ampliar las competencias de esta agencia imprescindible.
Los donantes, los importadores y los socios comerciales incluidos Noruega, Alemania, los EE. UU., China, México y la Unión Europea también desempeñan un papel crucial al apoyar a Perú y el OSINFOR a proteger la Amazonía peruana y garantizar que ellos no importan madera peruana ilegal.