Fue un anuncio que luego se matizó. La noticia que el jueves por la mañana difundió la bancada del Frente Amplio (FA) sobre su salida del acuerdo administrativo que debería de entregar la presidencia de la Cámara al diputado DC Gabriel Silber a partir de marzo, quedó suavizada la misma tarde.
Las directivas de los partidos con representación parlamentaria y la mesa nacional también quieren opinar sobre el tema y, por eso, el próximo lunes la bancada y la dirección nacional se reunirán para discutir si respaldarán o no la decisión anunciada por el bloque.
La idea de abandonar el acuerdo surgió a finales de octubre, según el diputado del Partido Humanista (PH) Tomás Hirsch, quien también explicó que “se fue gestando en los almuerzos de la bancada”. Finalmente, la coalición decidió concretarla.
Hirsch habla con El Desconcierto del proceso que se abre a partir de ahora con las orgánicas frenteamplistas, los costos de llevar adelante la propuesta –”la que ha tenido más coincidencia entre todos los diputados”, dice– y las consecuencias que puede tener para la ex Nueva Mayoría y la propia Democracia Cristiana.
¿Cómo van a lidiar con la consulta a las respectivas directivas de los partidos y a la mesa nacional sobre la decisión que tomaron ayer, siendo que en el punto de prensa el diputado Félix González se mostró muy rotundo al decir que los 20 diputados no van a votar a Gabriel Silber?
No ha habido un cambio de postura. Desde el momento que discutimos este tema como bancada, dijimos que tenemos la convicción de que hoy no tiene ningún sentido prorrogar el pacto administrativo para el 2019 ya que ni la Democracia Cristiana ni el Partido Radical no se están emplazando como oposición. Por lo tanto, ¿qué sentido tiene pactar con ellos? El pacto administrativo tiene un sentido político, de generar mayorías para ejercer la oposición. Eso no ha pasado en 2018: sólo hace falta ver las más de 23 votaciones en las que se han alineado con la postura de la derecha y el gobierno. Queremos consultar a las directivas de nuestro partido y a la mesa del Frente Amplio porque pertenecemos a esta orgánica y nos parece importante recoger la opinión de ellos. Evidentemente, ellos van a recoger la opinión que nos hemos formado los diputados y diputadas.
¿Entonces, no pone en duda que tanto las distintas orgánicas como la mesa nacional van a apoyar su decisión?
No tengo dudas porque 20 diputados y diputadas tenemos claridad al respecto. Ninguno tiene dudas sobre este tema. Algunos quieren dar la respuesta definitiva ahora, otros en unas semanas más, pero eso son cuestiones de procedimiento. Aquí hay un pacto administrativo que no ha cumplido su función en términos de hacer valer la mayoría en el Congreso. Estamos constatando una realidad, aunque duela, no hay mayoría opositora en la Cámara.
¿Las direcciones de los partidos, entonces, no van a revertir que la bancada vote en contra de Gabriel Silber?
Si yo te digo eso, te diría un absurdo. Justamente, por algo les estamos preguntando a las direcciones de los partidos.
Pero para la bancada, ¿la consulta es un mero trámite, visto el convencimiento que tiene de que van a apoyarlos, o realmente hay que tomar todavía una decisión al respecto?
Hay que tomar una decisión. Nosotros hemos dicho que la situación es insostenible. Es muy clara la postura, la propuesta, el planteo y la convicción. Pero al mismo tiempo, reconocemos que pertenecemos a partidos y a una coalición que es el FA, y a mi me parece muy bien discutirlo y reflexionarlo en conjunto. La convicción la tenemos los diputados y diputadas y creo que las directivas de los partidos también. He escuchado a la directiva de mi propio partido plenamente consciente. También he hablado con la diputada Claudia Mix, del Partido Poder y futuro partido Comunes, y me ha dicho que su partido está totalmente de acuerdo con la decisión tomada. Vlado Mirosevic (Partido Liberal) estuvo en la reunión de bancada y a su vez es parte de la directiva de los liberales. Me parece que hay una gran sintonía, pero queremos que la mesa del FA y las directivas se pronuncien. Es legítimo.
¿Ha tenido noticias sobre la posición de la directiva de otros partidos más grandes, como Revolución Democrática?
Corresponde a ellos responder sobre eso. Yo no puedo hablar por ellos. Pero los diputados de RD están totalmente de acuerdo con la decisión.
¿Qué costos puede tener para el FA esta decisión si, finalmente, se lleva adelante? Se lo pregunto porque ayer el diputado Félix González, en el punto de prensa, expuso que la decisión se tomaba asumiendo que, por ejemplo, él perdería la presidencia de la Comisión de Medioambiente en marzo.
Es muy interesante la pregunta porque desde el punto de vista de la política institucional, sin duda, estamos asumiendo costos. En primer lugar, la ex Nueva Mayoría nos va a acusar de que no somos confiables y rompemos acuerdos, siendo que ellos quebraron el acuerdo primero. En segundo lugar, perderemos las presidencias de las comisiones previstas para los próximos años, pero nosotros no llegamos al Congreso para acomodarnos en determinados cargos o tener presidencias de las comisiones. Llegamos para impugnar un modelo económico, político y social que no favorece a grandes sectores de la sociedad chilena y que va generando una concentración exasperante en una mínima minoría de nuestro país.
¿Cómo lo van a hacer para manejar esta situación con otros partidos de la oposición –PS, PC, PPD– que están también involucrados en este acuerdo administrativo?
Hemos conversado el tema con ellos y están totalmente conscientes que desde hace rato estaba creciendo la convicción entre nosotros de que no tenía sentido un acuerdo administrativo de ese tipo. Ahora, en privado varios diputados y diputadas de estos partidos me han manifestado su total acuerdo, comprensión, solidaridad y apoyo respecto a la decisión que hemos tomado porque se dan cuenta que la situación se ha vuelto insostenible con la DC y el PR. Nosotros hubiéramos querido fortalecer una oposición clara, conjunta y coherente, que mantuviera los acuerdos de votación que se daban en el camino. Pero esto no ha sucedido y es mejor sincerarlo con la comunidad. Para el resto de partidos de la ex NM puede significar una situación compleja, pero tienen que entender que el FA no está en condiciones de dar continuidad a un acuerdo que pierde todo sentido.
En las últimas horas varias voces de la DC han opinado sobre la decisión que tomaron como bancada. Algunos plantearon abrir un acuerdo administrativo con el oficialismo, si bien el jefe de bancada de la DC, Matías Walker, negó esa posibilidad. ¿Qué le parecen las valoraciones que ha hecho la propia DC?
Quedó claro, justamente, lo que nosotros hemos dicho: que hay sectores de la DC que se sienten muy cómodos trabajando, votando y acordando con el oficialismo, la derecha y el gobierno. Nunca hemos dicho que sea la DC completa, siempre hemos hablado de sectores del partido. Podría ser que en estos dos meses la DC reflexione y decida ser un partido de oposición, aunque tengo mis dudas después de escuchar al diputado [Miguel Ángel] Calisto diciendo que no tiene ningún problema en pactar con la derecha.
¿Cuál tendría que ser la condición básica para llegar a un acuerdo con la DC, siendo que desde marzo vienen temas como la reforma tributaria, pensiones, reforma laboral?
Yo lo veo bastante difícil porque he visto que el jefe de bancada de la DC no tiene ninguna capacidad de lidiar con sus diputados. Comprometen unos votos en las comisiones que son fundamentales y luego en la sala estos votos no están. El PR ni hablar, se alinea con la derecha y de ahí no se mueve. Esto se ha visto en las acusaciones constitucionales, en las votaciones por los TLC, por el salario mínimo, sobre migraciones… en muchos proyectos y algunos emblemáticos. Lamentablemente, no hemos escuchado de ellos ninguna autocrítica ni reflexión sobre lo que significa que hoy día no se esté manifestando la mayoría opositora en el Congreso.
Han hablado de falta de “madurez” y de irresponsabilidad.
La responsabilidad uno la tiene que tener con el país y cuando se aprueba una Ley de Migraciones que empeora las cosas, que nos coloca en los peores lugares a nivel del planeta, que nos aleja de las democracias occidentales y que impide los derechos fundamentales, la verdad es que debemos preguntarnos quiénes son los irresponsables. En lo personal, me he quedado pasmado viendo como parte importante de la DC levanta el dedito para apoyar proyectos e indicaciones del gobierno. Es incomprensible por parte de un partido que se dice opositor.