En Yemen, casi 3.000 personas murieron en noviembre, lo que lo convierte en el mes con más muertes registradas de los últimos dos años en ese país, que ha sido devastado por la guerra liderada por Arabia Saudí y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
Según el proyecto Armed Conflict Location and Event Data, la coalición saudí intensificó sus ataques antes de que recientemente se iniciaran las negociaciones de paz en Suecia. Estas negociaciones constituyen un hito porque se trata de la primera vez que el Gobierno yemení, respaldado por Arabia Saudí, y los rebeldes hutíes negocian directamente. Durante las negociaciones, la Organización de las Naciones Unidas propuso un control compartido del puerto de Hodeidah, un asunto central en el actual conflicto.
La reunión tuvo lugar al tiempo que las Naciones Unidas y agrupaciones de ayuda emitieron otra dura advertencia respecto de la crisis humanitaria que tiene lugar en Yemen, en un nuevo informe que revela que la mitad de la población enfrenta “inseguridad alimentaria”, con 5 millones de personas en una situación de hambruna de “emergencia” y 65.000 en una situación de hambruna “catastrófica”, la más severa de sus fases.
Mientras tanto, en Yemen, un grupo de manifestantes se congregó frente a la sede de las Naciones Unidas, en una protesta contra el cierre del aeropuerto de Sana y el bloqueo del puerto de Hodeidah.
En la manifestación, Ibrahim Al-Mataa expresó: “Estamos aquí para hacer que el mundo entero oiga la voz de aquellos yemeníes que sufren por el bloqueo. Un bloqueo impuesto por fuerzas enemigas lideradas por Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí. Un bloqueo al que deben poner fin incondicionalmente”.