«Habrá una herramienta muy eficaz para hacer sentir y hacer valer cuáles son las propuestas y miradas que tienen los ciudadanos de una comuna», señala el diputado humanista del Frente Amplio y autor del proyecto ley que podría mejorar la participación ciudadana, Tomás Hirsch.
El proyecto apunta a que en breve los vecinos de una comuna tengan la posibilidad de incidir, por ejemplo, en la modificación del plan regulador que los afecta. Podría realizarse un plebiscito comunal, en vez de que sean las autoridades municipales quienes resuelven, gracias a las revisiones que están haciéndosele a la Ley Orgánica de las Municipalidades en la Cámara de Diputados.
Un plebiscito comunal es un método que está garantizado por la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades y busca resolver asuntos de competencia municipal mediante la consulta a los vecinos. Puede ser convocado por el alcalde con acuerdo del Concejo Municipal, también por dos tercios de los concejales, por el mismo porcentaje en el Consejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil (Cosoc) o por el 10% de los vecinos que participaron en la última elección municipal. Además, esta herramienta se vuelve vinculante si vota más del 50% del padrón electoral en la comuna.
Sin embargo, las condiciones para lograr establecer un plebiscito podrían cambiar. A comienzos de octubre pasado, el parlamentario humanista Tomás Hirsch, apoyado por otros diputados del Frente Amplio y la ex Nueva Mayoría, ingresó un proyecto de ley que modifica los plebiscitos municipales y su carácter vinculante en dos artículos de la Ley Orgánica de Municipalidades. En primer lugar, busca disminuir la cantidad de ciudadanos necesarios –que votaron en la última elección municipal– para ingresar un plebiscito comunal, de 10% a 5%.
Otro de los objetivos es rebajar el quórum necesario para que los resultados de los plebiscitos comunales sean vinculantes, actualmente esto requiere que haya votado el 50% de los habilitados para sufragar de la comuna. «Eso en la práctica es totalmente imposible, ni siquiera en las elecciones presidenciales vota esa cantidad de gente. El proyecto de ley propone que se exija que vote el 50% de los que sufragaron en la última elección municipal, ese es un número mucho más realista y posible de cumplir», afirma el diputado humanista.
«Cambiar el quórum de los votantes para los plebiscitos me parece necesario, para que de verdad logre ser vinculante y se use», señala la concejala de La Reina, Sara Campos Sallato. «Creo que es interesante que exista la herramienta, porque hay situaciones en que debieran usarse de todas maneras. Las decisiones deben ser tomadas por plebiscitos vinculantes y no solo por las autoridades», asegura.
Este mes el proyecto fue aprobado en general en la Comisión en la que se lo estudia y hasta el pasado 27 de noviembre hubo plazo para ingresarle modificaciones. Hirsch explica que esta idea surge porque actualmente un plebiscito “no se puede efectivizar por los números que exige y de este modo desincentiva la participación ciudadana. El proyecto tiene como objetivo incentivarla y motivarla, así como el involucramiento de la ciudadanía en los temas relevantes de su comuna».
¿Dónde efectuar los plebiscitos?
«El plebiscito es una herramienta para resolver temas estructurales, bien importantes», opina Sara Campos. «En La Reina, por ejemplo, se está haciendo el Plan de Desarrollo Comunal, donde se hacen focus group y también participa el Cosoc, pero finalmente hay una parte que debiera ser online para que participe el ciudadano que no está organizado, que son muchos. También hay que recoger su voz», puntualiza.
Son muchos los asuntos en los que la ciudadanía tiene interés de ser considerada en la toma de decisiones. Tomás Hirsh plantea algunos de ellos: «Lo relacionado al plano regulador es uno de los temas que más le preocupa a la gente. Otros son si se pueden hacer edificios, si puede haber industrias en el sector, si el municipio se dedicará a servicios sociales, si se pondrán parques y toda la organización territorial en la comuna son temas fundamentales».
Lo mismo piensa Doris González, dirigente del movimiento social Ukamau. Cree que los plebiscitos podrían aplicarse «respecto de los planes reguladores que se están definiendo en las comunas y que están modificando el hábitat de nuestro territorio. Por ejemplo, en Estación Central, comuna en la que vivo, no existe plan regulador, pero tampoco ha habido formas concretas de participar».
«Las plantas de faenas industriales, vertederos o rellenos sanitarios, un montón de situaciones que las comunidades no quieren en sus territorios, pero, ¿cómo abordarlos?» La dirigenta estima que los plebiscitos comunales podrían ser una solución.
Participación ciudadana
Sara Campos fue parte de la comisión que trabajó en la consulta ciudadana en las comunas de La Reina, Las Condes y Providencia, acerca de las modificaciones al Parque Padre Hurtado. De esta, Campos saca conclusiones positivas y varios aprendizajes: «Me parece que el tema de la ciudad a la gente le importa. Las personas quieren opinar y decidir lo que pasa en su entorno. La ciudad es un tema de todos. Por ejemplo, avanzar a presupuestos participativos. Que sean los habitantes de la comuna quienes definan qué inversiones hacer en sus territorios».
Para la dirigenta de Ukamau, los plebiscitos deben ir acompañados de un trabajo de las autoridades con los dirigentes sociales y, desde estos últimos, con la comunidad para lograr su vinculación. González considera que «en Chile todavía hay una participación que es incipiente y que, más bien, es un gesto simbólico que se hace desde el Estado, porque existen muchas políticas de participación ciudadana que igual terminan siendo direccionadas desde la institucionalidad”.
Por su parte, Tomás Hirsch cree que «hay poca cultura de participación ciudadana en Chile, pero es un tema que se construye. Puede demorar mucho tiempo, años, es un largo proceso, pero hay que ir construyéndolo y empezar por algo. El proyecto que hemos presentado, por ejemplo, creo que contribuye», concluye el diputado.