Por Rabiya Jaffery
Líderes indígenas de la Amazonia reclaman un nuevo acuerdo mundial para proteger y recuperar por lo menos la mitad de sus territorios ancestrales.
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) preparó una propuesta que se presentará a organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales en la 14 Conferencia de las Partes (COP14) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se desarrolla en este balneario egipcio del 17 al 29 de este mes.
COICA, fundada en 1984 en Lima, coordina nueve organizaciones indígenas dedicadas a promover y desarrollar mecanismos para defender la autodeterminación de los pueblos autóctonos y coordinar las acciones de sus miembros a escala internacional.
La propuesta de COICA invita a una mayor participación de las comunidades indígenas en los esfuerzos de conservación y en la toma de decisiones sobre la pérdida de biodiversidad, mientras las partes negocian los términos del marco global para después de 2020 en materia de diversidad biológica, que se adoptará en Beijing dentro de dos años.
La propuesta salió de la cumbre de COICA, realizada en agosto, con líderes indígenas de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
“Casi 80 por ciento de la diversidad biológica se encuentra en territorios tribales, y la mayoría de los lugares de mayor biodiversidad de la Tierra se encuentra en esas tierras”, puntualizó Juan Carlos Jintiach, representante de COICA, actualmente participando en la COP14.
“Los pueblos tribales contribuyen y usan de forma sostenible los recursos de sus territorios desde hace miles de años y no es posible crear políticas efectivas sin su aporte”, subrayó.
En su declaración, las delegaciones indígenas invitan a los Estados y a otras entidades a incluir su conocimiento ancestral en las políticas que buscan la conservación, y planean lanzar negociaciones bilaterales con diferentes actores con el fin de crear un acuerdo ambicioso para 2020.
COICA quiere trabajar con otros actores y apuntar a un objetivo común para proteger y recuperar la mitad del planeta para 2050.
La coordinadora también busca mantener un diálogo con los gobiernos de la Amazonia para la visión de las confederaciones indígenas a través de una “alianza y del compromiso de proteger la región, su biodiversidad, sus culturas y su sacralidad” para proteger la selva y su “corredor biológico”.
Se promueve un acuerdo entre Colombia, Venezuela y Bolivia para proteger un “corredor biológico” que posea más de 135 millones de hectáreas y se distribuya entre los tres países.
El corredor cubrirá desde la Amazonia, pasando por la cordillera de Los Andes y hasta el océano Atlántico, una de las regiones de mayor biodiversidad del mundo, y los indígenas creen que sus aportes y sus perspectivas son importantes para la efectividad del acuerdo.
Alrededor de “65 por ciento de las tierras del mundo son territorios indígenas, pero solo 10 por ciento les pertenecen legalmente. Garantizar sus derechos territoriales son una forma barata y efectiva de reducir las emisiones de carbono y aumentar las áreas naturales”, observó Tuntiak Katan, vicepresidente de COICA.
En 2015, el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, celebró el aporte de Brasil a las conversaciones sobre el acuerdo Amazonia-Andes-Atlántico (AAA), que la entonces presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, consideró analizar, en unas declaraciones realizadas durante la Cumbre de las Americas, en Panamá.
Las comunidades indígenas también están muy preocupadas por las declaraciones del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, durante su campaña, sobre las políticas ambientales y las cuestiones indígenas.
Bolsonaro asumirá en enero, pero ya dijo que estaba a favor flexibilizar las protecciones de la Amazonia, lo que hará que menos tierras estén bajo autoridades indígenas y comunidades selváticas, y más se queden en manos de la agroindustria, mineros, madereros y compañías constructoras.
“Sus dichos son preocupantes, pero el nuevo gobierno también tendrá dificultades para revertir las políticas que ya están en funcionamiento porque perdería su posición de líder internacional en cuestiones ambientales”, señaló Oscar Soria, de Avaaz, el movimiento global en Internet que moviliza iniciativas políticas surgidas de las bases y las dirige hacia la toma de decisiones en todo el mundo.
“Queremos recordar a Bolsonaro que Brasil tiene obligaciones nacionales e internacionales de garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas y de las comunidades locales, y respetar su consentimiento libre, previo e informado”, añadió.
“Esperamos que el nuevo gobierno respete las obligaciones internacionales y siga apoyando a las organizaciones no gubernamentales e indígenas que se esfuerzan por salvar el mundo; y el mundo no puede proteger la biodiversidad sin Brasil, y Brasil no puede destruir su biodiversidad solo”.