por Gabriel Bulgach

El último informe que Unicef realizó sobre la situación de la niñez en Argentina arroja resultados alarmantes sobre las condiciones de existencia de casi la mitad de los niños, niñas y adolescentes que viven en este país.

Dicho informe[1] tiene el particular interés de reflejar no sólo la pobreza por ingresos, sino considerar lo que denomina “privaciones no monetarias”. Esta distinción es parte de la discusión que viene desarrollándose hace algún tiempo respecto de las mediciones de pobreza y que reflejan las diferentes concepciones y posturas acerca de su definición.

En el informe de Unicef se destaca que: la pobreza es más que la escasez de ingresos que afecta a las personas o a los hogares. En lo que refiere a la niñez y adolescencia, vivir en la pobreza durante las primeras etapas de la vida significa no asistir a la escuela o hacerlo con retraso, no tener vestimenta digna, y estar privado del acceso al agua potable, a la electricidad y de vivir en espacios inseguros y en condiciones de hacinamiento o enfrentarse muchas otras carencias. Estas realidades tienen consecuencias negativas, al igual que la posibilidad de que se reproduzca en la siguiente generación, y comprometen el presente y futuro de las niñas y los niños que la viven”.

En este sentido, la incidencia de la pobreza medida por ingresos afecta al 42% de la población menor a 18 años, en tanto que si se consideran los indicadores de privaciones no monetarias, se verifica que el 48% de los niños se encuentra en situación de pobreza.

Según el informe, “se advierte que aproximadamente un 38% de la población argentina y un 48% de las niñas y niños están privadas y privados en al menos uno de los aspectos no monetarios considerados básicos para su bienestar, aunque cabe señalar que existe otra serie de aspectos que no pueden ser abordados por ausenciade información en la EPH (salud, nutrición, recreación, etc.). Esta cifra complementa los datos de pobreza monetaria que da cuenta de una incidencia del 27% para el total de la población y del 42% para niños, niñas y adolescentes.”

En términos absolutos, implica que existen alrededor de 6 millones y medio de niños, niñas y adolescentes cuyos derechos están siendo vulnerados.

Consideremos que el informe toma como fuente de información a los datos disponibles de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al primer semestre de 2018.

De acuerdo a la dinámica socio económica de la Argentina, en la que se está desarrollando un proceso de exclusión social a partir del alza de los costos de la canasta básica alimentaria, dolarización de tarifas de servicios públicos, niveles inflacionarios cercanos al 50% anual, índices de desocupación crecientes, importantes descensos de la actividad económica general, es esperable que un próximo informe de este tipo muestre la profundización y consecuente aumento  de la incidencia de la pobreza por ingresos y la vulneración de derechos en la población en general y sobre los niños, niñas y adolescentes en particular.

[1]https://www.unicef.org/argentina/sites/unicef.org.argentina/files/2018-12/PobrezaYPrivaciones_WEB.pdf