Una vez más está la Mapu Ñuke sangrando por el asesinato de uno de sus hijos, por las heridas que se le infligen a sus cerros sagrados, a las montañas donde habitan los ancestros, a sus ríos y mares que han sido intervenidos, a sus bosques nativos con toda su diversidad. Y también, una vez más, está llamando el Kull Kull en los territorios del Ngulumapu, de todo el Wallontumapu.
Suele decirse que el pueblo mapuche no sabe organizarse, que no cuentan con un liderazgo único con quien dialogar. Y eso solo muestra, nuevamente, lo poco o nada que se entiende -desde la soberbia de la mirada capitalista extractivista- que pueda existir otra forma de entender el mundo, las relaciones entre los seres humanos al igual que las relaciones entre todos los seres vivos.
Está llamando el Kull Kull, y las autoridades ancestrales del mundo mapuche están acudiendo. Esta vez es Temu KuiKui el anfitrión, el espacio territorial de Camilo Catrillanca. Y se está dialogando, pacientemente, en círculo desde la diversidad.
Cada vez hay mayor claridad del porqué se ha pretendido en el pasado, y se sigue pretendiendo en la actualidad, acabar con nuestros pueblos originarios, o al menos, dejarlos únicamente como muestra del folklore nacional o como piezas de museo.
La Historia la escriben los vencedores, se dice, y hasta ahora ha sido así. Afortunadamente el mundo ha ido cambiando, el Ser Humano ha avanzado en el desarrollo de su conciencia y como tal, no sólo es un ser social, gregario, sino también histórico e intencional, puede crear realidades, puede volver la mirada sobre sí mismo y su especie, cambiar su medio y transformarse a sí mismo.
Muchos y variados Koyang, Parlamentos, Tratados y Futra Trawün, se han realizado a lo largo de la historia conocida del pueblo Mapuche. Algunos han quedado consignados en papelería, otros perdidos en algún archivo histórico, pero generalmente olvidados intencionalmente por los poderosos de turno.
Hagamos un poco de memoria
Parlamento de Quillen
En 1641 hubo un Parlamento entre el Pueblo Mapuche y la Corona Española, llamado Paces de Quillen (por Kuyen, que significa Luna), al lado del Río Quillen, actual Provincia de Cautin, en el cual se estableció la independencia del Pueblo Mapuche. Este fue el primer tratado de paz, después de casi un siglo de lucha en la guerra de Arauco, entre mapuche y españoles. Y estos fueron sus acuerdos.
- Que los mapuche conservarían su absoluta libertad, sin que nadie pudiera molestarlos en su territorio ni esclavizarlos o entregarlos a encomenderos.
• Que su territorio tenía como frontera norte el Bio Bio.
• Que los españoles destruirían el fuerte de Angol, que quedaba dentro del territorio mapuche.
• Que los mapuche debían liberar a los cautivos españoles que retenían.
• Que dejarían entrar a sus tierras a los misioneros que fueran en son de paz a predicarles el cristianismo.
• Que se comprometían a considerar como enemigos a los enemigos de España y que no se aliarían con extranjeros que llegaran a la costa.
Parlamento de Tapihue
En 1825, o sea, a 15 años de la independencia de Chile, se vivió un encuentro Histórico, muy poco mencionado en los libros de historia de Chile. El Parlamento de Tapihue (zona de ajíes), el cual quedó consignado en un Documento de acuerdo entre el Estado Chileno y el Pueblo Mapuche.
Sólo recordaremos en esta ocasión el Artículo 19: El chileno que pase a robar a la tierra (mapuche) y sea aprehendido, será castigado por el cacique bajo cuyo poder cayera. Así como lo será con arreglo a las leyes del país (Chile), el “natural” que se pillase.
Cabe señalar que este Tratado entre el Estado Chileno y el Pueblo Mapuche nunca fue abolido por ninguna de las partes.
Claro está que cuando el estado chileno crea por medio de la Ley de 1852 la provincia de Arauco, ya se estaba desatendiendo unilateralmente ese acuerdo anterior con el Pueblo Mapuche. Y cuando 10 años más tarde se incentiva la colonización de Lebu y otras zonas del entorno, las corridas de los cercos, el robo de ganado y el engaño al mapuche se acrecentaron de parte de los colonos.
Y es que en todo aquello ya había un plan trazado por el Estado Chileno. Este país que se estaba formando necesitaba los recursos naturales que había en el territorio mapuche, y se esmeró en entusiasmar a inmigrantes europeos para que se asentaran en estas tierras. No era difícil entusiasmarlos, se les regalaban tierras a los europeos que quisieran afincarse en territorios usurpados al Pueblo Mapuche, acompañando este regalo con una yunta de bueyes, vacas y dinero para instalarse.
Así fue como se aprobó otra ley, en el año 1866, mediante la cual se declararon tierras fiscales los territorios mapuche y se otorgan títulos de merced a éstos, luego de que ellos eran los ocupantes ancestrales de toda la Mapu. De esta manera se sientan las condiciones para llevar a cabo la ocupación del Wallmapu a través del colonialismo militar del Estado de Chile, comandado por Cornelio Saavedra y sus tropas en 1867 y 1868, llamándole a esta ocupación territorial “la pacificación de la Araucanía”
Parlamento de Koz Koz
A comienzos del siglo XX, en 1907, con Pedro Montt como presidente de Chile, y cuando la situación del Pueblo Mapuche era ya de total menoscabo, se realizó el Parlamento de Koz Koz, localidad cercana a Panguipulli. Dicha reunión es considerada la más importante que se realizó luego de la ocupación del Wallmapu; aunque esta vez se reunieron únicamente integrantes del Pueblo Mapuche a parlamentar, con la intención de ver qué se podía hacer con este yugo que eran los colonizadores y la nula respuesta que recibían de los distintos gobiernos de Chile. Existe el testimonio de un periodista –Aurelio Díaz Meza– invitado por el sacerdote capuchino fray Sigisfredo de Franenhands, que al parecer era el único que les daba confianza a los mapuche de esa zona, a presenciar dicho Parlamento. El texto cuenta con relatos directos de los pu lonko de diferentes comunidades de la Región de los Ríos. Allí definieron quién sería el Lonko mayor que los representaría en conversaciones con el presidente de Chile, para exponerle la situación de injusticia, engaño, maltrato, robo de tierras y animales que sufrían a manos de los colonizadores.
Cambio de mirada
Con estos ejemplos lo que queremos decir es que diálogo ha habido hace rato y en distintas oportunidades, y el pueblo mapuche nunca necesitó de papeles para mantener su palabra. Cabe decir que el saludo “mari mari”, significa “mis diez y tus diez” y es una forma de mostrar sus manos abiertas, disponibles, al interlocutor.
Podríamos seguir contando muchas situaciones que el Pueblo Mapuche ha sufrido en su territorio desde que el criollo chileno comenzó a diseñar este nuevo estado llamado Chile, luego de la independencia de la corona española; pero lo que queremos es destacar un punto de vista: Lo que desde los comienzos ha movido a la expansión territorial del estado chileno es la codicia, el deseo enfermizo de apropiarse de los recursos naturales para el enriquecimiento personal de unos pocos.
Es así como la inmigración le resultaba interesante y útil al estado para poblar las tierras de las que se estaba despojando a sus habitantes ancestrales.
Eso fue lo que pasó con la Ocupación de la Araucanía. Con una mirada europeizante, teñida por el racionalismo de la época, en la que ya estaba plasmado lo “civilizatorio” versus lo “salvaje”, se fue construyendo la república.
Este diseño político-económico se va haciendo carne a través de legitimar normas, costumbres y finalmente leyes de corte homogeneizante. Aquí no caben las diversidades, a todos los pueblos ancestrales que ya existían en estos territorios se les mira como ignorantes, flojos, politeístas, y por tanto hay que civilizarlos. Hay que traerles la religión y las leyes.
El colonialismo, el del pasado y el actual, intenta infiltrar las creencias y las costumbres de los pueblos originarios para controlarlos, apropiarse de sus territorios y de los recursos naturales, para que pasen a ser parte de la cadena de consumo capitalista.
La nueva pacificación de la Araucanía
En la actualidad, aunque el diseño viene creándose desde hace unos 17 años, se va direccionando todo para llevar adelante el IIRSA, que es el nuevo plan capitalista que amenaza no sólo la vida en el Wallmapu, puesto que consiste en una serie de proyectos para unir físicamente los países de América Latina entre los océanos Atlántico y Pacífico. Puertos, carreteras, ferrovías, represas, centrales de paso forman parte de este plan que busca acentuar el saqueo extractivista de nuestros pueblos del sur del mundo.
Ya en el año 2000 surge esta iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, bajo los lineamientos del BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
Lo que se pretende con el IIRSA es reordenar el mapa de Sudamérica en Ejes de Integración y Desarrollo que se definen como franjas multinacionales de territorio donde se concentran asentamientos humanos, espacios naturales, zonas productivas y flujos comerciales.
Estos ejes dan lugar a corredores bioceánicos que conectan zonas ricas en agua, en minerales, en hidrocarburos y una amplia biodiversidad con las costas del Atlántico y el Pacífico a través de las mencionadas carreteras, puertos, hidrovías, túneles y ferrovías.
Estos Ejes de integración y Desarrollo actualizan el rol del territorio de Sudamérica como región proveedora de materias primas para la industria transnacional. Los puertos chilenos cumplen así un rol estratégico en la territorialidad extractivista diseñada por IIRSA, como puerta de salida a los mercados del Asia Pacífico, especialmente China, cuya acelerada industrialización exige grandes cantidades de materia prima.
Entonces, este proyecto que se viene diseñando desde el 2000, entronca en la actualidad con el Plan Impulso del gobierno de Piñera, que dice buscar “la paz y el desarrollo para la Araucanía”. Dicho Plan Impulso tiene tres ejes de acción: agricultura, turismo y energía.
En este contexto se intenta crear un ambiente de confianza para llevar adelante el IIRSA. Se les ofrece nuevamente a los pueblos originarios bolitas de colores, lo que en la situación de pobreza a la que se les ha llevado por políticas capitalistas antagónicas con la cosmovisión mapuche, induce a muchos de ellos a aceptar estas migajas.
De tal manera el Plan Impulso pretende la reconversión agrícola, por ejemplo, ya que en la actualidad hay 16 mil hectáreas de terreno agrícola y se necesitan 50 mil para la implementación del IIRSA.
A la vez, necesita el estado reconvertir las competencias laborales a las nuevas necesidades del Plan Impulso. Entonces se busca adaptar a este nuevo mundo al personal que será necesario para su implementación. Necesitan introducir la mirada neo liberal en el mundo mapuche.
Entonces, cuando se vislumbra el cuadro completo de la intencionalidad del capital mundial de expansión territorial, se entiende también por qué al estado de Chile (y de Argentina), les interesa tanto demonizar –una vez más-, a los pueblos originarios.
Es en este escenario que se entiende la propaganda terrorista impulsada desde el gobierno de turno, con efectivos del Comando Jungla, del Gope de carabineros especializados en Colombia y los proyectos que buscan endurecer la Ley Antiterrorista.
Y para completar el cuadro, fallos político-judiciales como la condena sin pruebas a presidio perpetuo a José Trancal y Luis Trancal y los 5 años de libertad vigilada a José Peralino en el marco del caso Luschinger Mackay, caso que en principio había sido cerrado sin tener ninguna prueba de culpabilidad para ninguno de los inculpados.
Van saliendo a la luz pública casos como Huracán, donde todo un tinglado de falsedades y montajes van quedando en evidencia.
Ahora estamos a un mes del asesinato de Camilo Catrillanca, con el cual también se intentó engañar a la opinión pública, diciendo que había sido un enfrentamiento.
Y podríamos hablar también de otras 17 muertes y desapariciones de pu mapuche que han quedado sin resolver y sin penas a los culpables, a modo de ejemplo: Alex Lemun, José Mendoza Collío, Macarena Valdez, José Huenante
Pero cada vez va quedando más en evidencia que detrás de todos estos hechos hay un motivo económico-político llevado adelante por el capital mundial y extractivista, cuyo único interés es imponer una nueva territorialidad, que actualiza la función de Sudamérica como región proveedora de materias primas para la industria transnacional.
Confiamos en que el Futra Trawün de Temu KuiKui no termine siendo un párrafo en algunos escritos solamente, sino que sea el hito que ayude a avanzar en el respeto y valoración real del reconocimiento de los pueblos originarios para –y a continuación– construir nuevos tratados en los cuales los pueblos originarios recuperen su autodeterminación, su multiculturalidad y la diversidad de sus lenguas, insertos en un Estado Plurinacional.
Fuente: El Periodista. 21 Dic, 2018