- La iniciativa por el cambio de nombre de la plaza Antonio López, impulsada por Tanquem els CIE y Metromuster, pedimos a los grupos municipales, y en concreto en Barcelona en Comú, el cambio de nombre de la plaza Antonio López por el de Idrissa Diallo fuera del marco de la MultiConsulta
- Exigimos pues a los grupos municipales que asuman el cambio de nombre, avalado por más de 15.000 personas, de forma efectiva en el pleno de Ciutat Vella lo antes posible.
- Apoyan este comunicado las entidades abajo firmantes.
Más de 15.000 barcelonesas y barceloneses avalaron este cambio de nombre. Sin embargo, la consulta prevista para el otoño de 2018 no se ha podido llevar a cabo en los plazos previstos por cuestiones ajenas a la propia iniciativa. Por lo tanto, nos encontramos con que la fecha en que sería posible la consulta, a lo largo de 2020, deja nuestra propuesta en una situación de desamparo por los grandes esfuerzos humanos y económicos que han comportado la difusión y la recogida de firmas.
Por otra parte, valoramos la retirada de la estatua de Antonio López el pasado mes de marzo como una decisión valiente y necesaria, pero inacabada (se ha quitado la estatua, pero se mantiene el pedestal que contiene mensajes de glorificación del personaje). Ahora debemos completar la reparación del agravio que ha supuesto, para la ciudadanía de esta ciudad, la presencia del esclavista durante más de un siglo, y no olvidar nunca quién fue y qué representa para nuestra sociedad.
Ahora más que nunca tenemos el convencimiento de que este acto de memoria y reparación debe llevarse a cabo inmediatamente, no sólo por la dignificación de la persona de Idrissa Diallo, sino contra la deriva racista y xenófoba que invade parte de Europa y que es directamente heredera de unas sociedades construidas alrededor de personajes honrados como el negrero Antonio López. Y sobre todo para dignificar a todas las personas que, como Idrissa, sufren la violencia estructural de las injustas leyes de control migratorio.
No se trata, sin embargo, de un cambio azaroso, sino de un ejercicio relevante de memoria y reparación. En un contexto en el que desde la sociedad civil organizada llevamos años reclamando un debate público sobre la memoria histórica de la ciudad y del país, creemos que ha llegado el momento de reparar el daño causado por la figura de Antonio López. Se trata de un doble agravio: de entrada, por el hecho de haberse lucrado y haber contribuido así a la riqueza de la ciudad a través de la compra y venta de seres humanos. Pero también por el daño causado en generaciones de barceloneses y barcelonesas que han tenido que integrar involuntariamente el nombre de Antonio López en sus vidas. La identidad de cualquier vecino de la ciudad es lo que el urbanismo va tejiendo en la memoria, a través de aquellas experiencias vividas en el espacio público. La plaza de Antonio López, pues, no es sólo un espacio de memoria por el industrial en cuestión, sino también por las biografías de todos los barceloneses y barcelonesas. Creemos que ha llegado la hora de dejar de asociar nuestras vidas y las de nuestros hijos e hijas con las de una persona que dedicaba su actividad profesional a vulnerar los derechos más fundamentales de las personas. La figura de Antonio López no debe caer en el olvido, ya que la barbarie que ha permitido el desarrollo de nuestra ciudad debe ser recordada de forma crítica; en los museos y los libros de historia. Pero su figura no puede, en ningún caso, seguir disfrutando de un monumento y una plaza dedicada de forma acrítica, en un espacio público por donde transcurren nuestras vidas.
Es por ello que más de 15.000 personas han avalado el cambio de nombre por el de Idrissa Diallo. Idrissa era un joven guineano que murió en Barcelona en 2012, cuando sólo tenía 21 años. Murió mientras estaba privado de libertad en el Centro de Internamiento de Extranjeros de la Zona Franca de Barcelona. Las causas de su muerte no han sido aclaradas, aunque algunas evidencias apuntan a varias negligencias médicas y policiales. El caso fue archivado inmediatamente y su muerte nunca fue investigada en profundidad. La familia no fue informada de forma oficial y la ubicación de sus restos no se conocieron hasta que una iniciativa ciudadana decidió investigarlo. El suyo, es un caso más olvidado entre el de tantos africanos y africanas anónimos que son y han sido víctimas de las políticas coloniales practicadas por nuestro país desde hace siglos y que han desembocado en el sistema de control migratorio actual. Idrissa, sin embargo, no murió en el Mediterráneo ni atravesando la valla de Melilla como tantos otros, murió en Barcelona.
Como vecinos y vecinas de la ciudad le debemos una explicación a su familia y un acto de reparación. Un homenaje, en definitiva, que se haga extensivo a todas las personas que, desde hace más de 500 años, son víctimas de los negocios que han enriquecido a occidente gracias al expolio de las ex-colonias. Si Antonio López es un símbolo de estos negocios, Idrissa Diallo debe convertirse en el símbolo de las incontables víctimas anónimas que llevan siglos sufriendo el racismo institucional.
Así pues, dado que de hecho el cambio de nombre de la plaza es una decisión que el Ayuntamiento puede tomar sin esperar a la Multiconsulta, emplazamos al equipo de gobierno municipal a hacer realidad la máxima de «mandar obedeciendo» y dar respuesta urgente a la reclamación hecha por más de 15.000 vecinos y vecinas de la ciudad.
Barcelona, 10 de diciembre de 2018
Se suman a esta demanda:
Tanquem els CIE – Metromuster – SOS Racisme – IRÍDIA – Resistim al Gòtic – ATTAC Catalunya – Ciutat Vella No Està En Venda – La Negreta – La Ciutat Invisible – Col·lectiu Maloka – Mujeres Pa’lante – Migress – No callarem – Ateneu l’Harmonia – Quesoni – La Tremenda – Ateneu 9 Barris – XES Xarxa Economia Solidària – Casal de Joves d’Horta Queixal d’en Xöves – Associació de Veïnes i Veïns del Barri Gòtic – La PAH – Espacio del Inmigrante – Tras la manta – Unitat Contra el Feixisme i el Racisme – Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona – Hibiscus Asociación de Afroespañolas y Afrodescendientes – Casa Nostra Casa Vostra – Revista Masala