La cita reúne a 30.000 delegados de 197 países para una maratón de complejas negociaciones con una creciente sensación de urgencia.
La Cumbre del Clima (COP24) echó este domingo (02.12.2018) a rodar en Katowice (Polonia) con la misión crucial de encontrar las fórmulas para implementar el Acuerdo de París de 2015, que insta a frenar el calentamiento global recortando de forma drástica las emisiones contaminantes.
La cita, que mañana se abre oficialmente y se prolongará hasta el 14 de diciembre, reúne a 30.000 delegados de 197 países para una maratón de complejas negociaciones con una creciente sensación de urgencia, compartida por delegaciones nacionales y grupos ecologistas, y de haber alcanzado un momento crítico.
El principal objetivo del encuentro es perfilar un difícil equilibrio que permita hacer realidad la lucha común de la comunidad internacional atendiendo a la vez a las especificidades de cada estado en términos de contaminación histórica, recursos financieros y tecnológicos y vulnerabilidad, algo que vuelve a enfrentar a naciones industrializadas y economías en vías de desarrollo.
«Ir más allá»
«De esta COP debemos salir con un potente y claro programa de trabajo para poner en práctica el Acuerdo de París, con contenido, ambicioso y que incluso vaya más allá de lo consensuado hace tres años, ya que la evidencia científica demuestra que hay que ir más allá, por lo que pedimos a todos que se adapten a este nueva realidad climática», señaló a Efe la secretaria ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa.
El Acuerdo de París, firmado por 194 países en 2015, busca frenar la subida de las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que la temperatura media del planeta sea superior en 2 grados centígrados con respecto de los niveles preindustriales (1880-1899) y limitar el incremento preferiblemente en los 1,5 grados, como pide la comunidad internacional.
Espinosa recuerda que son muchas las urgencias que enfrenta esta COP además de la reducción de emisiones, y subraya cuestiones como la financiación de las acciones de mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático a cargo de los países desarrollados, el llamado Fondo Verde.
A su juicio, también es importante desde la cita de Katowice «impulsar un cambio cultural en las formas de producir y consumir de nuestras sociedades para repensar nuestros modelos de desarrollo».