TeleSur
Este sábado, las y los ciudadanos franceses que se han hecho conocidos como los Chalecos Amarillos, volvieron a tomarse las calles de las principales ciudades de Francia, en la cuarta jornada de movilizaciones en contra de las políticas económicas del presidente Emmanuel Macron.
La represión de la policía francesa respondió con balines de gomas, bombas lacrimógenas y carro lanza aguas, y dejando más de 950 detenidos durante las masivas movilizaciones; de ellos, 651 fueron apresados en París, la capital del país.
Tanto la cifra de detenidos como la de asistentes fueron mayores a las de sábados anteriores. Esto, pese a que durante la pasada semana, el presidente de Francia había anunciado la suspensión temporal por seis meses del alza al gas, motivo inicial de la protestas ciudadanas.
Sin embargo los Chalecos Amarillos ya habían agarrado vuelo y decidieron seguir adelante. ¿Qué piden ahora?, la renuncia del mandatario y el fin a las políticas económicas de su Gobierno. “¡Macron dimisión!” se escuchó y se leyó en las miles de bocas y carteles que abrazaron el territorio galo.
Además, se registraron quemas de vehículos y bloqueos en varias autopistas que conectan París con otras ciudades francesas, producto de decenas de barricadas. Al momento del cierre de esta nota, continúan las movilizaciones.
Las horas previas
Para resguardar la seguridad, la capital cerró la mayoría de sus museos, monumentos y avenidas principales, como también los accesos a la Torre Eiffel, a la catedral de Notre Dame y al Panteón.
Asimismo, el Gobierno ordenó el despliegue de más de 90 mil policías en todo el territorio nacional. Incluso en varias ciudades del interior, las autoridades locales prohibieron las manifestaciones.
Contexto
Las protestas comenzaron el 17 de noviembre en oposición al aumento de los impuestos a los combustibles, pero han derivado en un amplio movimiento que demanda un cambio de rumbo en el Gobierno galo.
A principios de esta semana, el Gobierno francés anunció la suspensión por seis meses del impuesto a los carburantes y congeló los precios de la luz y del gas durante el invierno.
Sin embargo, las medidas anunciadas por el primer ministro francés fueron insuficientes para los Chalecos Amarillos, quienes han ampliado sus demandas sociales.
Desde el inicio de las movilizaciones el Gobierno ha reprimido violentamente las protestas organizadas por los Chalecos Amarillos provocando enfrentamiento entre los manifestantes y las fuerzas del orden.
A pesar de las imagen negativa que desde el Gobierno han tratado de mostrar respecto a los manifestantes, recientes estudios de opinión han señalado que alrededor del 68 por ciento de los franceses apoyan a los Chalecos Amarillos.