El Grupo de los 20 (G20) es un foro internacional que nació a fines de los años 90 en respuesta a crisis cambiarias en Brasil, Corea y Tailandia, como espacio de coordinación entre los ministros/as de finanzas del G7 más otros países “desarrollados y emergentes”. A partir de la crisis económica y financiera en 2008 también comenzaron a reunirse los presidentes, y se transformó en el autoproclamado “principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política“.
En la actualidad, el G20 aborda no solamente temas financieros, sino también cuestiones correspondientes a la transición energética, el cambio climático, empleo y educación, salud, agricultura, “empoderamiento e incorporación de las mujeres al mercado de trabajo”, la economía digital, comercio e inversiones, corrupción y desarrollo.
Desde que el G20 se presenta a sí mismo como el foro de la “nueva gobernanza global“, ha generado fuertes críticas. Desde 2008, grandes manifestaciones han acompañado las cumbres presidenciales: en Washington, Londres, Pittsburgh, Toronto, Seúl, Cannes, Los Cabos… hasta llegar a la semana de acción contra el G20 en Hamburgo en 2017, cuando cientos de miles se manifestaron durante varios días bajo el lema “el G20 no nos representa”.
A fines de 2016 se hizo público que la Argentina sería anfitrión de la Cumbre presidencial y de la gran mayoría de las reuniones preparatorias en 2018. El gobierno argumenta que la llegada del G20 a nuestro país será la ocasión para poner “las necesidades de la gente en primer plano”, buscar un “consenso para un desarrollo equitativo y sostenible”, discutir los modos de “liberar el potencial de las personas”, avanzar en la creación de un “sistema de provisión de alimentos más inclusivo y eficiente”, etc.
Pero también ha trascendido que en el marco de un ajuste interno feroz, el gobierno ha dispuesto un fuerte operativo de seguridad con un presupuesto de más de 1.000 millones de pesos, mientras prevé la participación de las Fuerzas Armadas de Argentina y de otros países en tareas de “protección de un evento estratégico”.
Entonces, ¿cuánto del discurso sobre el G20 es realidad? Aquí alguno de los mitos del G20.
10 mitos sobre el G20
1º Mito. “En el G20 todos los continentes tienen el mismo nivel de representatividad.”
¡Falso! Leemos en los grandes medios que los 20 países del G20 representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional. De esos datos el G20 deduce su legitimidad. Pero el G20 justamente deja afuera a más de 180 países del mundo. Se trata de un foro en el cual el 10% de los países toma decisiones para y sobre el 90% restante.
2º Mito. “El G20 es un proceso en el cual solamente participan las y los representantes electos por los pueblos de los 20 países.”
¡No es cierto! El G20 no es sólo un foro en el cual se encuentran los Jefes y las Jefas de gobierno de los 20 países, sino que reúne a las instituciones financieras, económicas y comerciales que han sido las protagonistas de las políticas de ajuste y liberalización durante los últimos veinticinco años. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) participan activamente en el proceso del G20. De hecho, el FMI está en el centro de la coordinación, realización y monitoreo de las políticas del G20. Por ello, los miembros del G20 acordaron una capitalización del FMI de 750 mil millones de dólares para que pueda profundizar sus programas financieros.
3º Mito. “El G20 se preocupa por la democracia y los derechos humanos.”
¡Mentira! Ninguno de estos países está capacitado para dar lecciones sobre el respeto a los derechos humanos. El G20 plantea que su prioridad central es lograr “un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusive”. Toda otra preocupación se desvanece, o toma relieve, en función de su relación con ese objeti2 América latina en el G-20: continuidades y rupturas de la agenda regional (2008-2018), por Cecilia Nahon en Voces en el Fénix, Abril 2018. disponible en: http://www.vocesenelfenix.com/content/am%C3%A9rica-latinaen-el-g-20-continuidades-y-rupturas-de-la-agenda-regional-2008-2018 6 vo y por lo visto, no consideran ni la democracia ni los derechos humanos como importante dentro del objetivo del crecimiento económico. Ni en su última declaración de Líderes, suscrita en Hamburgo en 2017, ni en su Plan de Acción 2030, ni en la Alianza para África que lanzaron entonces, aparece siquiera la palabra democracia, mientras sí abunda la palabra “inversión”.
4º Mito. “Los grupos de afinidad del G20 reúnen a las voces de la sociedad civil en un proceso inclusivo.”
¡Falso! Aunque oficialmente se ponga énfasis en que los llamados “grupos de afinidad” del G20 son “independientes”, se trata de espacios creados por decisión de los gobiernos, arbitrariamente convocados cada año por el gobierno anfitrión. Cada uno de lo 7 grupos tiene distintas formas de elección de los/as participantes, que en general son restrictivas y poco transparentes. Además, un impedimento severo para la participación masiva de la sociedad civil argentina es la barrera idiomática, ya que todos los debates se llevan a cabo en inglés.
5º Mito. “El G20 impulsa proyectos de infraestructura pensando en el desarrollo y bienestar de los pueblos.”
¡Nada más lejano! El G20 impulsa proyectos de infraestructura que tendrán un impacto negativo sobre las comunidades y el medio ambiente de todo el mundo. Su objetivo no es el bienestar de los pueblos mediante la construcción de infraestructura necesaria para la vida cotidiana de las personas (como hospitales, escuelas, ferrocarriles para transporte de personas, etc.), sino proyectos para la rápida salida de los productos de cada uno de los países, lo cual en los países latinoamericanos implicará la profundización de las políticas extractivistas ya existentes. Impulsarán la construcción de puentes, puertos fluviales y marítimos, aeropuertos, carreteras, gasoductos y estructuras para la conectividad digital, lo cual marca que es infraestructura que está especialmente orientada hacia el comercio y la exportación de productos como minerales, soja, combustibles, madera, etc. Esta inversión se realiza bajo el formato de asociaciones público-privadas (PPP).
6º Mito. “El G20 combate el cambio climático y busca un desarrollo equitativo y sostenible.”
¡No hay consenso ni compromiso! Los países del G20 son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. Y EEUU en particular es el país que más ha emitido dióxido de carbono (CO2) en la historia. El G20 está compuesto por los países más industrializados y contaminantes del mundo, pero lejos están de diseñar una respuesta al cambio climático y al creciente deterioro del planeta.
7º Mito. “El G20 fomenta la equidad de género.”
¡Mentira! Las políticas que impulsa el G20 están lejos de dar respuestas reales a las desigualdades de género. Mientras el poder corporativo avanza y reafirma una división sexual, racial y colonial del trabajo, reproduce estereotipos de género y un orden vigente binario heterosexual, el G20 sólo ofrece propuestas superficiales y sólo se apropia del lenguaje y discursos feministas.
8º Mito. “El G20 promueve la generación de empleo de buena calidad.”
¡De ningún modo! El G20 promueve políticas de liberalización económica y desregulación laboral que tienen un impacto directo sobre todas las formas de trabajo, especialmente sobre las y los trabajadores más vulnerables, como las mujeres, travestis y trans, personas racializadas, migrantes, campesinos/as, jóvenes y trabajadores/as con menor nivel de capacitación laboral.
9º Mito. “El G20 promueve un futuro alimentario sostenible.”
¡En absoluto! Uno de los ejes propuestos por Argentina para esta próxima Cumbre del G20 es “un futuro alimentario sostenible”. Pero en realidad desde su nacimiento, el G20 no ha promovido políticas que avancen en “un futuro alimentario sostenible”. Por el contrario, los países miembros han desarrollado políticas que son las principales causantes del desastre socioambiental y nutricional que hoy sufre la humanidad. La crisis climática, la masiva pérdida de biodiversidad, la degradación y contaminación dramática de los suelos, recientemente denunciada por la FAO, o la situación de más de la mitad de la humanidad sufriendo hambre, malnutrición, obesidad o sobrepeso y enfermedades crónicas no transmisibles asociadas al modelo productivo dominante y los alimentos industrializados ultraprocesados son indicadores que muestran que el objetivo planteado es pura retórica.
10º Mito. “El G20 va a dejar un saldo positivo para la Argentina.”
¡Un saldo de ajuste y represión! Como país anfitrión, el gobierno de Mauricio Macri tiene que demostrar que cumple a la perfección con las obligaciones asumidas en el G20 y no cabe duda que está haciendo todo lo posible para implementar el plan de ajuste completo, incluyendo la reforma laboral; situación que se ve agudizada en la actualidad por el préstamo del FMI. Ante la segura protesta social, el gobierno se está preparando por todas las vías para criminalizar y reprimir cualquier resistencia posible a los objetivos que se propone el G20.
(Elaborado en base al cuadernillo «Los 10 mitos y verdades del G20», producido por Argentina Mejor sin TLC. El material completo está disponible aquí.)