Los medios como la tercera pata entre las empresas extractivas y los gobiernos que las protegen. Silencios, mentiras, publinotas, omisiones, cambios de posición y otras paradojas del oficio de informar. 

Telenoche (noticiero de Canal 13) publicita durante 20 minutos la explotación minera en Santa Cruz. María Laura Santillán no esboza ni una objeción.

Infobae silencia las críticas contra Barrick Gold. Y, junto con Clarín, Perfil y La Nación, difunden publicidad empresaria en formato de “nota”.

Página12 minimiza las consecuencias de YPF-Chevron y el fracking en Vaca Muerta.

Chequeado (sitio que se autoproclama “verificador” del discurso público) lava la cara a la multinacional Unilever y los alimentos nocivos.

Empresas y gobiernos tienen aliados al momento de justificar (o silenciar) la avanzada en los territorios.

Silencio y publinotas

La chequera para pauta publicitaria es generosa, y también la pauta de los gobiernos. Desde el derrame de Barrick Gold en San Juan en 2015, el portal de noticias Infobae (propiedad de Daniel Hadad) fue el que de forma sostenida dio cuenta de cada noticia. Pero hubo un cambio drástico a mediados de 2017. La empresa canadiense comenzó una campaña de publicidad con la singular forma de “noticias” sobre el accionar minero. Algunos títulos: “El trabajo de una mujer minera a 4850 metros de altura”, “El geólogo-runner que entrena a 5000 metros de altura y cruzó Los Andes corriendo”, “La sorprendente historia de una mujer que maneja gigantescos camiones de minería”. Media docena de “notas”. Con un breve y confuso aviso de “espacio no editorial”, eufemismo de publicidad.

Infobae, uno de los sitios de información más leído, no volvió a publicar noticias críticas a la minería.

Clarín y Perfil también son parte de las publi-notas, el antiperiodismo. “El detrás de escena de la minería: cómo se trabaja en la Cordillera de Los Andes”, fue el título de Clarín el 5 de junio pasado. Y explicaba: “La operación minera sanjuanina comenzó a trabajar en temporada invernal en el corazón de la Cordillera, maximizando la seguridad de sus trabajadores a través de una mejor tecnología”. Un mínimo subtítulo anunciaba que se trataba de un “contenido producido por Brand Studio para Minera Andina del Sol (Barrick Gold)”: forma burda de no decir publicidad.

El diario Perfil puede hacer gala del “periodismo de anticipación”. Publicó la misma nota el 31 de mayo, con el título “cómo se vive el invierno en una mina a 4.000 metros de altura y 35° bajo cero”. Incluyó una galería de imágenes del yacimiento y un primer párrafo grandilocuente: “Un impresionante operativo se despliega en Mina Veladero, donde el frío y la nieve no impiden que miles de trabajadores sigan operando el yacimiento que genera el 25% del PBI de la provincia de San Juan”.

Las mineras, mediante sus agencias de publicidad, escriben los artículos. Los diarios la publican.

La Nación también tiene publinotas: “Desafío eco YPF: la iniciativa para que las escuelas técnicas construyan autos eléctricos”. El 25 de octubre.

Y el agronegocio no pierde el tiempo. “Notas periodísticas” de Infobae: “Agricultura digital: cómo es el futuro cercano del agro argentino”, entrevista del 22 de octubre al jefe de Investigación y Desarrollo de Bayer, Bob Reiter. El 26 de octubre tituló: “BioArgentina: un evento para conocer los startups científicos más prometedores del país”, publicidad de las empresas transgénicas nucleadas en la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), presidida por Hugo Sigman, CEO de Grupo Insud.

Botón de muestra

Famatina y Chilecito, en La Rioja, contaron con extensas coberturas de diarios porteños (mal llamados “nacionales”) en 2012. Los canales de noticias tenían móviles en el lugar, transmitían mediodía y noche. El foco era el ambiente, la población y el no a la megaminería.

Lo que ayer era cuestionado hoy es publicitado: “Oro puro, un secreto en la montaña. Así se extrae y se produce oro en la Argentina”, fue el título del informe que Telenoche puso al aire el 22 de octubre de 2018. Con enviado especial a Santa Cruz y música grandilocuente, entrevistó al director ejecutivo de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Gustavo Koch, que se explayó en los supuestos beneficios para la provincia y el país. Muestran una explosión. La describen como segura, controlada. El periodista Rodrigo Alegre no cuestiona a los empresarios.

Siempre el eje es lo económico. “Las exportaciones crecieron 1000 por ciento en diez años”, destaca el zócalo de la televisión.

De regreso al piso, María Laura Santillán, muy crítica en 2012 durante la lucha de Famatina, no esboza críticas. Las empresas mineras lograron lo imposible: que el Grupo Clarín encuentre una “buena noticia” en la provincia bastión del kirchnerismo.

Maristella Svampa, intelectual que desde hace más de una década denuncia el modelo extractivo, estaba viendo el noticiero. “Fue toda una loa a la megaminería, casi 20 minutos de prime time. Imágenes de Santa Cruz, detonaciones, prolijos geólogos y jefes de algún sector de la mina que explican pacientemente ante un periodista bisoño, que solo está ahí para hacer centros, cómo se extrae, cómo se hace la lixiviación. Y cuando los periodistas en el piso se preguntan con tono casi infantil acerca de cuáles son los pro y los contras, ya que ‘la minería es una actividad muy controversial’, vemos una entrevista a un economista de la UBA, titular de ‘contabilidad ambiental’, que comienza diciendo que él ve antes que nada los ‘pro’ de la minería en la creación de trabajo y menciona como ‘contra’ solo el hecho de que las compañías se llevan el mineral a sola declaración jurada. Ninguna voz discordante, la ausencia de problematización es total”.

Svampa es una de las autoras del libro “15 mitos y realidades de la minería trasnacional”, donde se desarman todos los argumentos de las empresas. ¿A qué se debe este tipo de informes televisivos? Svampa se anima a una hipótesis: “¿Cuánto dinero debe estar poniendo la CAEM en medios televisivos, radiales (Radio Con Vos, una de las FM más escuchadas de Buenos Aires) y de prensa escrita para publicitar una de las actividades extractivas más resistidas en el país y el mundo”.

Pablo Quintana es cordobés. En 1997 dejó el diario más influyente de la provincia (La Voz del Interior) y se mudó a Esquel, donde comenzó a trabajar en el diario El Chubut. Todo funcionaba bien hasta fines de 2002, cuando la lucha entre la comunidades y la minera Meridian Gold entró en estado de definición (en marzo de 2003, votación mediante, el 82 por ciento rechazó la instalación de la empresa).

Quintana comenzó a recibir presiones por sus notas sobre minería, le rechazaban propuestas y, en noviembre de 2003, lo echaron sin causa. El periodista trabajó como free lance, estuvo al frente del informativo de la FM Comunitaria Kalewche (hasta el año pasado), sigue escribiendo artículos y también es docente. Observa con detalle el avance del modelo extractivo, las luchas comunitarias y el rol de los medios de comunicación.

“Los medios hegemónicos de comunicación continúan desnudando sus propias miserias y en gran medida siguen reproduciendo atropellos que tienen como impacto el mismo calibre que ejecuta el Estado y el mercado sobre los territorios y, por ende, los pobladores”, denuncia Quintana. Y da como ejemplo lo sucedido con el Pueblo Mapuche y la desaparición de Santiago Maldonado: “Construyeron un nuevo actor social, colocando a los mapuches como temibles terroristas en la Patagonia, esas mismas empresas se encargaron de ningunear las movilizaciones sociales que en la región se viene gestando desde el año 2002, después de que fuera encendida la llama de resistencia contra la megaminería en Esquel”.

Explica que la estrategia del discurso mediático es “eclipsar todo lo que represente el discurso social y público en torno a la problemática minera”. Recuerda que el diario El Chubut dejó de publicar, meses antes de la votación de 2003, noticias sobre el rechazo a la minería. El diario tomó como línea editorial el mensaje de “desarrollo” y “progreso” que impulsaban mineras y funcionarios.

“Los grandes medios tienen una mirada sesgada, cargada de intereses más que nunca. Ahora en Chubut vuelven a instalar en agenda el intento de imponer la megaminería”, resume Quintana. Describe que los medios comerciales tienen entre sus principales fuentes a la dirigencia política, que es la misma desde hace décadas, que cambia de prominera a ambientalista según esté en el Gobierno o en la oposición.

Ya sabe cómo actúan las grandes empresas periodísticas, pero no deja de indignarse por la manipulación. “Pareciera que la verdad ya no existe, se generan consensos direccionados desde ciertos estratos de poder para establecer que determinadas ideas pasen como verdaderas. En Chubut podríamos decir que el poder político y el poder económico están empecinados en hacernos creer que la minería cuenta con consentimiento y, mal que les pese, la actividad extractiva sigue sin licencia social”, afirma Quintana.

Fracking

En 2012, luego de la estatización parcial de YPF y la alianza con Chevron para explotar Vaca Muerta, comenzó una campaña mediática coordinada entre gobiernos (Nacional y de Neuquén), empresas (YPF lo encabezó, pero fue seguida por todas las grandes petroleras) y un actor “técnico-científico”: el IAPG (Instituto Argentina del Petróleo y el Gas).

“Vaca viva”, fue la tapa el diario Página12 el 20 de diciembre de 2012. “Debe ser una causa de todos”, tituló en un extenso artículo en el interior. Todo lo referido a Vaca Muerta estuvo bajo la sección Economía, comandada por Alfredo Zaiat y Raúl Dellatorre. En seis años, fue amplificado el discurso de YPF (el CEO durante el kirchnerismo, Miguel Galuccio, contó con amplios espacios). Casi nula fue la cobertura a la situación del Pueblo Mapuche (con represiones incluidas), las denuncias de las asambleas socioambientales, ni los hechos de contaminación.

“Fracking seguro” fue el eslogan empresario. Y periodistas, desde lo más diversos medios comerciales y desde el escritorio de Buenos Aires, repitieron el relato.

Marcelo Zlotogwiazda estaba al frente del programa “la vuelta de Zloto” en radio Del Plata. En pleno debate por Vaca Muerta comenzó a contar con el auspicio de Chevron.

Este periodista le preguntó en ese momento. Zlotogwiazda fue tajante: “No escucho la tanda y no sé quiénes auspician”. Cuando se le precisó que figuraba la petrolera estadounidense, el periodista retrucó: “Cuando pase algo en Vaca Muerta, lo daremos”.

Si hubiera explotado medio Neuquén, seguramente la noticia hubiera estado en el programa radial. Y el fracking nunca fue tema de agenda.

Y pasaron cosas (denuncias de violación de derechos indígenas, entre otras), pero desde el programa nunca se dio cobertura.

“El impacto ecológico de Vaca Muerta es un mito”, afirmó Galuccio el 24 de julio de 2013 en el diario La Gaceta de Tucumán. Repitió el eslogan en todo micrófono que se le acercara.

El diario El Cronista alertó el 2 de septiembre de 2014: “Explotó un pozo de YPF en Vaca Muerta”. La agencia de Noticias Anred y el medio cooperativo de Neuquén 8300 fueron espacios donde siempre aparecieron los continuos derrames (llamado “incidentes” por las empresas). Van decenas de hechos de contaminación.

El Observatorio Petrolero Sur (Opsur) es un espacio de referencia en la investigación y comunicación respecto a las consecuencias del modelo petrolero. “Las fuentes de los grandes medios de comunicación son los CEOs y gerentes petroleros, los funcionarios de Nación y Provincia. Rara vez se habla con quienes viven en los territorios. Cuando aparecen mapuches suelen ser como sujetos de criminalización. Lo mismo pasa con los trabajadores o desocupados que piden empleo, siempre aparecen como sujetos de conflictos”, afirma Martín Alvarez Mullally. Lo resume: “El periodismo comercial toma los parámetros que las corporaciones imponen”.

Explica que el IAPG es una “usina generadora de argumentos y lineamientos políticos que, junto con YPF y otras petroleras, intervienen de lleno en ámbitos educativos y de comunicación para lograr consenso social”.

Alvarez Mullally precisa que otra forma de acotar el debate es llevarlo a aspectos técnicos. Como si fuera sólo cuestión de ingenieros, profesionales y no de personas que sufren las consecuencias o que tienen otros conocimientos. “O hacen eje en la inversión, el trabajo, aspectos económicos ‘positivos’. Pero nunca de los impactos económicos negativos, como los subsidios que el Estado da a las petroleras, el endeudamiento público, la infraestructura que todos los ciudadanos financian a las multinacionales. Cercenan el debate y los medios rara vez dan cuenta de eso, mucho menos de los aspectos sociales”, destaca.

Recuerda que el estado neuquino aumentó su deuda pública un 200 por ciento desde que está Vaca Muerta en explotación. Otro dato negativo: el último balance de Tecpetrol (petrolera del Grupo Techint) muestra que el 30 por ciento de sus ganancias proviene de subsidio directo del Estado, de los argentinos. Esas informaciones no suelen aparecer en los diarios de mayor venta.

Relata el efecto rebote: cuando algún medio de Buenos Aires publica alguna crítica y ahí sí los medios de la región retoman el tema. Aunque aclara que no suele haber notas de denuncia del fracking. “La pauta que tienen las petroleras se sabe es muy fuerte. Eso se traduce en notas favorables, publinotas que se pueden leer en Clarín y La Nación, entre otros, todo con un discurso muy grandilocuente de inversiones”, cuestiona.

Diario Río Negro

Lorena Riffo es docente en la carrera de comunicación social en la Universidad Nacional del Comahue y becaria doctoral de Conicet en el Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales (Ipehcs). En su tesis de maestría analizó el rol del diario Río Negro (el más vendido de Patagonia norte) en el marco de la avanzada del fracking.

Distingue entre el rol de la empresa y el trabajador de prensa. Marca las mayores responsabilidades desde los editores hacia arriba en la línea de mando editorial.

El diario Río Negro cuenta con un suplemento semanal de “Energía”, repleto de publicidades de las multinacionales petroleras. Riffo destaca que la línea editorial aparece bien en la tapa, donde nunca figuran las organizaciones que denunciaron los impactos de Vaca Muerta (Multisectorial contra el Fracking, Asamblea Permanente por el Agua de Comahue, Pueblo Mapuche), pero si aparecían artículos dentro del suplemento.

También señala es sucedió en reiteradas oportunidad que periodistas del Río Negro pasaron a trabajar para YPF. El más resonado, Rodolfo “Quique” Chávez, de editor jefe del suplemento de Energía pasó a gerente de Asuntos Externos de la refinería de Campana, escribe en la revista de la empresa que publicita el

fracking y multiplicó (varias veces) su salario. A Chávez lo reemplazó Roberto Aguirre. Duró poco tiempo en el periodismo: también pasó a YPF, como coordinador de comunicación de la petrolera. Lo mismo sucedió con el periodista Mauro Schreiber, que pasó de la crítica Radio Universidad Calf a ser gerente de Relaciones Institucionales de YPF.

Riffo recuerda que en 2012 y 2013 las asambleas socioambientales comenzaron a realizar recorridas por las zonas petroleras, “toxitour”, donde los comunicadores podían ver insitu la contaminación de las empresas. Desde el territorio, las publicidades de las petroleras se ven como mentiras. Algunos periodistas comenzaban a cambiar de percepción. Veían la contaminación en primera persona.

“YPF terminó haciendo recorrida con periodistas en 2014. Los llevaba a un pozo modelo que habían armado, todo listo, perfecto”, recuerda Riffo.

Es la recorrida a la que fueron, siempre invitados por YPF, los periodistas de los diarios porteños.

Juez y parte

Chequeado.com es un sitio de noticias que se ufana de ser “la verificación del discurso público”. Cuentan con columnas fijas en el diario La Nación, las FM Radio Con Vos, y las Am Radio 10 y Nacional. Los integrantes de Chequeado suelen estar invitados a noticieros y programas de televisión.

Toman una afirmación (puede ser política, económica, deportiva) y luego de “chequear” distintas fuentes sentencian si es “verdadero”, “falso” o “engañoso”.

Muchos periodistas (sobre todo de radio) recurren a Chequeado como si su voz fuera la verdad absoluta. En realidad el propio periodista debiera hacer ese trabajo básico de la profesión: chequear la información (pero es más fácil, y de mala praxis, descansar en un tercero como Chequeado).

El 15 de octubre publicaron un artículo titulado “¿Qué son los alimentos procesados?” (gaseosas, aguas saborizadas, cereales azucarados, salchichas y embutidos, snacks). Relativizaron las consecuencias de ese tipo de alimentos. La propia nota lleva al “blog nutrición”, financiado por la multinacional Unilever, referente de alimentos ultraprocesados (algunas de sus marcas son Knorr y Hellmann’s).

Soledad Barruti, autora de los libros Malcomidos y el reciente Mala Leche, estaba entre sorprendida y enojada por la nota de Chequeado-Unilever. Explica que desde hace más de una década existe una crisis de obesidad infantil, que incluso pone en riesgo la salud pública. Aclara que para prevenir se debe legislar severamente y gravar con impuestos a los productos nocivos y discernir qué es un alimento del que no lo es. La Organización Mundial de la Salud impulsa esa medida, que tiene en alerta a las grandes multinacionales de productos alimenticios.

“La nota de Chequeado se posiciona muy fuerte anulando el concepto de ‘ultraprocesados’. Eso ya es una toma de posición. Habla de alimentos y dice que todos los alimentos son procesados. Sí, más bien. Una legumbre que vos tenés en tu casa tiene un tratamiento de recolección, empaquetado y demás, pero no es lo mismo que una galletita que tiene 15 ingredientes. Uno es un alimento mínimamente procesado y el otro es ultraprocesado y nocivo para la salud”, advierte Barruti.

Cuestiona que Chequeado niega información contundente sobre las consecuencias de los alimentos ultraprocesados (como los producidos por Unilever). “Toma partido del lado de las empresas porque está financiado por una marca y sostenido desde lo ‘científico’ por una persona, Mónica Katz, que desde hace mucho tiempo intermedia para que esos mensajes de las marcas llegue sin cuestionamientos”, denuncia. Y aclara que en estos momentos se da una disputa en la que las empresas se niegan, y ejercen fuerte lobby, para evitar el rotulado frontal en los alimentos (que en los paquetes aparezca claro qué elementos tienen y si es ultraprocesado o no).

En esa disputa es clave el rol de los medios de comunicación y, aclara Barruti, el rol de actores como la Sociedad Argentina de Nutrición, de “la que Katz forma parte y hacen negocios con las marcas, incluso poniendo el sello en productos que atentan contra la salud nutricional”.

Barruti se indigna en cómo en temas de salud pública intervienen las marcas y, con medios y periodistas aliados, posicionan información. “Hay un claro conflicto de intereses al estar financiado por una empresa y con una profesional que se presenta en medios y no aclara su vínculo con las compañías. Y una organización como Chequeado debiera estar libre de intereses para dar información certera. ¿Si no que estamos chequeado? ¿Chequeamos información o chequeamos el mensaje según la marca que financia?”, cuestiona Barruti.

Referido al modelo extractivo, Chequeado.com tiene una línea de conducta. Rara vez cuestiona a las empresas mineras, petroleras y de agronegocio.

El 3 de septiembre de 2013, en pleno debate por la instalación de YPF-Chevron en Vaca Muerta, “chequearon” al gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, y su frase “nosotros tenemos la ley ambiental más exigente de la República”. Calificó como “verdadera” la definición, adoptó términos empresarios como “incidentes” (a derrames contaminantes), cita como fuente confiable al Instituto Argentina del Petróleo y el Gas (IAPG, lobbystas de las empresas), también entrevista a Horacio Franco (socio fundador del Estudio Franco Abogados, que trabaja para el sector empresario, y ex gerente de la multinacional Dupont). En base a esos entrevistas, Chequeado afirma que el fracking no contaminará acuíferos y que consume poca agua. Firmado por Matías Di Santi y Ariel Riera, no aporta voces críticas sobre la actividad ni menciona la distancia existente entre la ley escrita y el incumplimiento permanente de las normas en Neuquén.

Chequeado.com cuenta con financiamiento de Barrick Gold, Coca Cola, Unilever, Danone, Arcos Dorados (McDonald’s), Gas Natural, Grupo Insud, Gustavo Grobocopatel, Dow, Exxon Mobile, Ledesma, Axion, Metrogas, Nidera, Pampa Energía, Pan American Energy, Petrobras, Shell, YPF, Techint y Syngenta. Todas grandes empresas de la alimentación y el extractivismo.

El artículo original se puede leer aquí