Durante la cumbre “Sharing Cities” 2018 42 ciudades globales de todo el mundo, como Ámsterdam, Barcelona, Lisboa, Madrid, Montreal, Nueva York, París, São Paulo, Seúl, Milán o Viena, han trabajado durante la cumbre una la Declaración de Principios y Compromisos de las Ciudades Colaborativas para reivindicar la soberanía de las ciudades y hacer frente común a la vez de negociar con las grandes plataformas digitales que generan un impacto negativo con su actividad económica, como se ha hecho evidente con ejemplos como Airbnb o Uber. De estas 42 ciudades que han acordado estos 10 principios; 31 ya lo han subscrito explícitamente y el resto se encuentran en proceso de validación interna.
Durante el encuentro, representantes de las ciudades también ha debatido sobre como promover y compartir modelos socialmente responsables de la economía colaborativa. Se abrirá una sede en Barcelona desde donde las ciudades podrán compartir información, estrategias y marcos de negociación comunes.
El primer teniente de alcaldía de Economía y Trabajo, Ciudad Digital y Relaciones Internacionales, Gerardo Pisarello, ha destacado que esta alianza “supone un sindicalismo municipalista en defensa de la economía colaborativa”. “’El objetivo básico es hacer sentir la voz de las ciudades y que trabajemos juntas para aprovechar las oportunidades de innovación que implican las plataformas digitales y la revolución tecnológica, pero también para regular las grandes plataformas globales que tienen impactos negativos en las ciudades”, ha defendido Pisarello.
Gerardo Pisarello ha reivindicado la soberanía de las ciudades para establecer las normativas, a la espera que los principios recogidos en la Declaración sean reconocidos a nivel de la Unión Europea o a nivel internacional. “Las ciudades que hemos promovido alianzas para luchar contra la contaminación y el cambio climático, alianzas contra la gentrificació y para garantizar el derecho a la vivienda, hoy nos conjuramos, para defender las oportunidades de la economía realmente colaborativa y también para establecer reglas del juego claras para impedir el impacto negativo de algunas plataformas”, ha dicho Pisarello.
En 10 puntos, la declaración fija los principios y compromisos de las ciudades para hacer frente a los impactos disruptius de las nuevas plataformas digitales, y a la vez, reconoce y propone aprovechar las oportunidades de crecimiento económico e innovación que plantean los modelos más responsables.
La economía de plataforma —organizada en el entorno de “comunidades” de usuarios que colaboran entre ellas a través de una plataforma digital— está creciendo de forma rápida y exponencial y se ha convertido en una de las principales prioridades de los gobiernos de todo el mundo, debido de al fuerte impacto que tienen sobre la vida y el desarrollo económico de las ciudades.
La Declaración, diferencia entre el modelo de plataformas que genera impactos negativos sobre la ciudadanía de las que tienen impactos positivos y que están basadas en una economía colaborativa real. En este caso, se trata de modelos de innovación que suponen una gran oportunidad para crear una economía urbana más inclusiva, participativa y diversa. Coinciden que esta nueva economía fácilmente se puede alinear con los intereses de las ciudades para promover la calidad de vida. Existen modelos de éxito que son socialmente responsables.
Por el Sharing Cities Summit pasarán estos días emprendidas de uso mundial basadas en verdaderas relaciones entre iguales (peer tono peer), como Home Exchange, de intercambio de casas presente en 150 países y con más de un millón de intercambios; o la catalana Wikiloc, con 4 millones de usuarios por todo el mundo que comparten 10 millones de rutas de actividades a la natura; empresas de softwarelibre y código abierto como la empresa de plataformas educativas online, con nueva oficina en Barcelona, Moodle, con 136 millones de usuarios mundiales; nuevas iniciativas de cooperativismo de plataforma como la catalana de movilidad sostenible Somos Movilidad y organizaciones descentralizadas basadas en governança democrática y el conocimiento abierto como Wikipedia o Guifi.net (una red catalana de internet compartido con 35.000 nodos).
Barcelona es una referencia mundial en modelos socialmente responsables de economía colaborativa con más de 100 plataformas que tienen un enfoque socialmente responsable y que son una muestra positiva de nuevas maneras de interacción entre la ciudadanía por autoorganizarse y generar crecimiento económico.
La Declaración va acompañada de un plan de acciones para implementar los principios consensuados durante el próximo año. Este plan prevé establecer una oficina con sede en Barcelona desde dónde, durante un año, las ciudades podrán compartir información, estrategias y marcos de negociación comunes. Estará ubicada en el nuevo equipamiento de Barcelona Activa (InnoBA) dedicado a la innovación socioeconómica que abrirá sus puertas el próximo 28 de noviembre.
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