El Instituto Lula rechazó hoy la nueva acusación dentro del marco de la operación anticorrupción Lava Jato contra el expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, por supuesto blanqueo de dinero.
Lula, quien permanece preso desde hace siete meses por presuntos actos de corrupción, fue denunciado el lunes ante la justicia federal en Sao Paulo por ese delito.
Según el Ministerio Público Federal de ese estado, el exdirigente obrero “usufructuando de su prestigio internacional”, influenció decisiones del jefe de Estado de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, en favor del grupo brasileño ARG en aquel país.
“En cambio, el expresidente recibió un millón de reales (un poco más de 250 mil dólares) disimulados en forma de una donación de la empresa al Instituto Lula”, sostienen los fiscales.
También los investigadores denunciaron al controlador del grupo ARG, Rodolfo Giannetti Geo, por tráfico de influencia en transacciones comerciales internacionales y lavado de dinero. Según la denuncia, los hechos ocurrieron entre septiembre de 2011 y junio de 2012.
Ante la nueva imputación, la entidad sin fines de lucro aclara que las donaciones recibidas por la fundación “son legales, declaradas, registradas, se pagaron los impuestos debidos y fueron usadas en las actividades del Instituto y nunca tuvieron ningún tipo de contrapartida” por la influencia del exgobernante.
De 73 años, Lula cumple en la sede de la Policía Federal de Curitiba, estado de Paraná, una condena de 12 años y un mes por supuesta corrupción pasiva y lavado de dinero.
Sus abogados defensores afirman que “es víctima de una verdadera cacería judicial por parte de un agente togado (el exjuez Sérgio Moro) que utilizó indebidamente expedientes jurídicos para perseguir políticamente a un ciudadano, buscando anular, una por una, sus libertades y derechos”.