Transcribimos acá la intervención de hoy en la Sala del Congreso Nacional del diputado humanista del Frente Amplio, Tomás Hirsch, respecto de la deuda histórica que el Estado tiene con los profesores.
«Señora Presidenta,
Lamento la inaceptable ausencia de los ministros, aquí deberían estar sentados. Saludo a las profesoras y profesoras de Chile, y a la directiva del Colegio de profesores encabezada por su presidente Mario Aguilar, qué bueno tenerlos acá!, Bienvenidas y bienvenidos.
Para todos es entendible que una dictadura, temerosa de los maestros con pensamiento crítico, les quitara o, mejor dicho, les robara a nuestros profesores, un beneficio que legítimamente les correspondía. Pero lo que no tiene justificación alguna es que, en 30 años de democracia, no haya habido NINGUNA pero ABSOLUTAMENTE NINGUNA solución al robo a mano armada que el estado de Chile les hizo a los profesores.
Y durante todos estos años, cada vez que a algún ministro del duopolio se le preguntaba por la deuda histórica, finalmente se justificaba diciendo que tal deuda es tan grande que es imposible de pagar. Pero, curiosamente, en los mismos años en que se generaba este verdadero portonazo a nuestros maestros, los bancos privados cayeron en una crisis. ¿Y qué hizo el Estado, manejado entonces por la Dictadura? ¿Acaso se les dijo a los bancos que era mucha plata? Muy por el contrario: Corrieron para salvarles el pellejo. Hay estudios que hablan de que el costo total del salvataje de la banca fue del orden del 35% del PIB de la época, es decir el equivalente a 70.000 millones de dólares si tomamos el PIB del año 2017. Repito, a los bancos se les ayudó con el equivalente a 70.000 millones de dólares!!.
Y resulta que a nuestros maestros los vienen cuenteando de que es imposible pagar la deuda. Según cifras de este propio parlamento, son cerca de 85.000 profesores a quienes se les habría despojado de aquello que les corresponde y la deuda alcanzaría a cerca de US$10.000 millones. ¿porqué a los bancos sí y a los profesores no? Vergüenza, no hay otra palabra, para describir esto; Vergüenza, porque en 30 años no se ha resuelto; Vergüenza, porque ya son más de 15.000 profesores que han muerto esperando esta reparación; Vergüenza porque a los banqueros se les trata con guante blanco pero a nuestros maestros se les trata de manera realmente miserable.
Peor aún, durante todos estos años no solo se les ha mentido a los profesores, sino que se les ha mentido a organismos internacionales. Descaradamente el último gobierno de la Nueva Mayoría informó a la OIT que la deuda ya estaba pagada y resuelta, obligando al Colegio de Profesores a viajar Ginebra para desmentir tal canallesca mentira. Vaya mi reconocimiento a todos los dirigentes del Colegio de Profesores, en especial a su presidente, Mario Aguilar, que ha mostrado un tremendo coraje y entereza para luchar por resolver este y numerosos otros problemas del magisterio de Chile.
Queridas Maestras, queridos profesores, si el Frente Amplio y el humanismo llegamos a este parlamento, lo hicimos para encarar y enfrentar justamente estos problemas, porque asistir todos los jueves a la protesta que organizan frente a La Moneda es realmente conmovedor, porque conmueve ver a maestros que debieran estar en sus casas regaloneando con sus nietos, resulta que están protestando con lluvia o calor; por que conmueve ver a Yolanda Cortez, nuestra querida Yolita, con sus más de 90 años bailando y cantando con su campana exigiendo que se le pague lo que es justo, lo que le corresponde.
Sé que están cansados de tanta palabra bonita y quieren hechos concretos pues ya la vida es cada vez más difícil producto de los achaques propios de la edad. Ahora es el momento de exigir a cada uno de los parlamentarios de sus distrito que se pongan!!, que demuestren que están con ustedes!!, ahora, que discutimos el presupuesto, debemos comprometernos a integrar una glosa presupuestaria que sea el inicio del fin de la deuda histórica, es decir, la muestra de que por fin se comenzará hacer justicia con todos ustedes!!.»
Acá el vídeo con la intervención.