La ciudad de Granollers, en un minuto, el 31 de mayo de 1938 -durante la Guerra Civil- sufrió uno de los bombardeos más sangrientos que jamás ha habido sobre la población civil en territorio catalán, cinco aviones italianos bombardearon la ciudad causando 224 muertos y 165 heridos.
La Asociación Española para la Investigación de la Paz (AIPAZ), durante la última jornada del Foro de Madrid «sobre violencia urbana y educación para la convivencia y la paz», entregó el premio «Francisco A. Muñoz» a la ciudad catalana de Granollers, representada por su alcalde Josep Mayoral.
El premio es un homenaje al profesor y promotor de AIPAZ, Francisco Adolfo Muñoz, en reconocimiento a su contribución a la búsqueda de la paz en España y en el mundo.
Granollers, una ciudad abierta a la Paz
70 aniversario de la masacre italiana de Granollers
Granollers construyó el «Bosque de la Paz», con 224 árboles, el mismo número que las víctimas del bombardeo del 31 de mayo de 1938. Pero, también, el Centro de Cultura de Paz «Can Jonch» con el objetivo de contribuir a la transformación de las culturas de imposición y violencia en culturas de entendimiento, diálogo y paz.
La ciudad de Granollers también ha firmado la «Carta Europea de los Derechos Humanos en la Ciudad«, redactada en Saint Denis el 18 de mayo de 2000. Este documento compromete a los signatarios, entre otras cosas, a «cooperar con las autoridades locales de los países en vías de desarrollo en los campos de las instalaciones y equipos urbanos, la protección del medio ambiente, la salud, la educación y la cultura». Hasta la fecha, esta Carta ha sido firmada por 137 ciudades italianas, entre ellas Roma, Venecia, Turín, Siena, Palermo, Nápoles, Génova, Florencia, Bolonia, Macerata y Trapani.
Un momento de entrega de premios
Ana Barrero Tiscar, actual presidenta de AIPAZ, al entregar el premio recordó cómo: «Granollers ha hecho visible su memoria. Una memoria que no ha quedado anclada en los sufrimientos del pasado, sino que ha extraído lecciones que se aplican en el presente, con vistas a un futuro que queremos libre de los errores del pasado. La construcción de la paz requiere el derecho y el deber de la memoria, para construir un futuro de convivencia pacífica y democrática».
Por su parte, la ciudad de Granolles -escribe en su página web- que «la paz se consigue no sólo eliminando conflictos, sino superando las causas estructurales que los originaron y alimentaron«.