En la previa del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres que se celebra el 25 de noviembre, se realizó en Santiago de Chile una multitudinaria marcha que rindió homenaje a todas las mujeres asesinadas desde el año 2001. Se enmarca dentro de una verdadera ola feminista que ha regido la agenda pública en el país, enfocando temáticas altamente mediáticas e instalando un punto de inflexión social que ejerce cambios paradigmáticos en la cultura chilena, caracterizado por enfocar y visibilizar la discusión y reivindicaciones en la educación no sexista, y en la exigencia de generar espacios libres de violencia de género y abuso, sumando además demandas de la diversidad sexual en un ejercicio transversal que apunta a cambiar la cultura patriarcal y machista que rige la sociedad. Es así que en el contexto de estas movilizaciones, nos llamamos “hermanas” entre unas y otras, pues nos hemos definido desde la identidad de una condición obligada, brutal y desigual de la que nos estamos haciendo parte para juntas conseguir un quiebre del paradigma sistémico y establecer principios ganando terreno.
Las consignas son multicolores, desde #NiUnaMenos, pasando por el aborto libre, gratuito, seguro y universal, el rechazo a la violencia obstétrica, educación no sexista, hasta el abordaje, desde la mirada feminista, a temas de absoluta contingencia nacional, tal como el apoyo al pueblo mapuche y la exigencia de la desmilitarización de la Araucanía (Wallmapu o Nación Mapuche) y el esclarecimiento de los crímenes de estado en dicha zona de conflicto.
La movilización se replicó en las calles de 30 ciudades de Chile y si bien los movimientos sociales afines son muchísimos y variados, esta fue convocada por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, para protestar contra la misoginia y el racismo y levantar una vez más la voz por la NO VIOLENCIA EN CONTRA DE LAS MUJERES. Su vocera, Lorena Astudillo, manifestó que «hoy día salimos todas a la calle ya no solamente para visibilizar la violencia extrema, sino que en todas sus manifestaciones. Cada vez somos más mujeres las que estamos unidas en esta lucha. No vamos a seguir tolerando violencia y no vamos a parar hasta que esta cultura machista se transforme».
/Texto y Fotografías Javiera Luna/