En la emisión del 9 de noviembre de 2018 de Pressenza Internacional En La Oreja, programa realizado por las editoras y editores de la agencia Pressenza para Radio Pichincha Universal (Quito, Ecuador), Ana Esther Ceceña, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México y directora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, comenta las elecciones de medio término en Estados Unidos del pasado 6 de noviembre.
Donald Trump hizo campaña del terror, describiendo los horrores que podían pasarle a los estadounidenses si entraban inmigrantes al país, algo que el consideraba una debilidad lograda por los demócratas. Ese fue su caballito de batalla en estas elecciones. ¿Qué resultado tuvo este discurso en términos de votos?
Mira, justamente creo que el caballito de batalla es lo que no le funcionó porque ahí es donde ha tenido un castigo. La política antinmigrante que siguió Trump, que imaginaba que iba a arrastrar a los estadounidenses para seguirlo y votar por él no funcionó porque hay gran cantidad de gente que no se deja llevar tan fácil y que está vinculada con minorías. Obviamente migrantes de todos lados, particularmente mexicanos, pero también las otras minorías que ya se han convertido en una mayoría en Estados Unidos no están aceptando este tipo de políticas ni este tipo de campañas, fue muy agresiva, buscó desatar las peores pasiones de la sociedad norteamericana.
Es interesante esto que nos estas contando, que haga campaña en contra de los inmigrantes cuando tenemos que tener en cuenta que en 230 años en el Congreso los Estados Unidos solamente hubo inmigrantes y recién esta vez dos mujeres representantes de pueblos nativos fueron electas. ¿Qué opinas?
Así es, ese es uno de los actos mas interesantes de esta elección y la gran cantidad de mujeres también que entraron es algo importantísimo porque justo Trump ha gobernado en contra de esos grupos, en contra de los migrantes, de los nativos, de las mujeres, de los afrodescendientes y la elección lo que mostró es un rechazo de gran parte de la población hacia ese tipo de políticas.
Ahora, un dato que es interesante es que él ganó en las zonas rurales porque en verdad ahí sí ha habido un impacto de políticas económicas como el cierre de fronteras en algunos casos, el estímulo a la economía doméstica. Esto le funcionó para las zonas rurales pero en zona urbanas, incluso en el suburbio el voto fue contra de Trump. Ya no estoy tan segura de que haya sido por los demócratas pero sí en contra de Trump, buscando el modo de tener caminos, de tener presencia en el Congreso para detener sus políticas anti minorías, anti migrantes y belicistas porque finalmente es también eso lo que esta involucrado en estas políticas de Trump: segregar para reprimir, para controlar, para disciplinar, hay realmente un aliento disciplinario y belicista muy fuerte en el gobierno de Trump que se muestra tanto dentro de Estados Unidos como fuera.
Tenemos clarísimo que la guerra se extiende y se extiende y que Trump ha sido altísimo promotor de la venta de armas incluso presionando países que si no compran armas, si no aumentan el presupuesto militar, no les van a dar más créditos o más apoyos para otra cosa. Realmente esa ha sido la línea, la tónica dominante de este gobierno y creo que no todos los norteamericanos están de acuerdo con eso, por lo menos eso es lo que parece haberse mostrado en la elección.
Justamente en la línea de esta última respuesta que estás dando y como para mirar un poco más allá de las fronteras de Estados Unidos, ¿Cómo queda ahora el equilibrio de las fuerzas entre republicanos y demócratas y cómo puede tener alguna incidencia, algún mínimo giro en los temas de política exterior norteamericana?
El equilibrio se modificó porque ahora los demócratas van a poder intervenir en el presupuesto. Eso es muy importante porque desde ahí pueden bloquear o permitir el gasto en ciertos rubros, uno de ellos puede ser el de la guerra, el de las intervenciones externas. Ahí podría haber un trabajo quizá interesante por parte de los demócratas.
Sin embargo, soy muy escéptica porque a mí me parece que la política exterior de Estados Unidos, tal y como la he ido estudiando a lo largo de 30-40 años, no ha modificado lo que son sus criterios estratégicos. Es una política de Estado, el Pentágono incluso no está tan sometido a los vaivenes del congreso excepto cuando de repente le limitan los recursos. De hecho, hemos visto que cuando el Pentágono no tiene los recursos, logra meter para otro. Es decir, no van recursos para la guerra institucionalmente explícitos pero van para contratistas y entonces esos contratistas son también muchas veces proveedores de armamentos, por ejemplo. Entonces, encuentran su modo. Sin embargo, sí van a tener un poquito más de trabajo.
En el caso de América Latina todas las políticas vienen ahora encaminadas por el Comando Sur de Estados Unidos, ya son muchas más las relaciones que hay con el ala militar estadounidense de parte de nuestros países. Es evidente en las visitas del jefe del Comando Sur a los presidentes latinoamericanos, los recorridos que hacen todos los funcionarios del Comando Sur por acá para establecer convenios y digamos prácticas conjuntas, eso cada vez es mas habitual y ese es el brazo que se está moviendo.
Sin embargo, el resultado electoral sí va a incidir en lo interno, va a modificar equilibrios dentro de Estados Unidos y puede permitir también que sea el propio pueblo norteamericano el que de algún modo presione para que las cosas se vayan modificando, no tanto por modificar lo externo, sino por modificar lo interno. Es decir, en la medida en la que ellos empujen hacia políticas de atención hacia minorías o pueblos nativos, o hacia otro tipo de aspectos prioritarios para el el pueblo norteamericano, pueden lograr que la atención se enfoque hacia adentro e incluso que se destine más presupuesto a políticas internas. Eso es posible. También se abre la posibilidad de construir las condiciones para un “impeachment”. Eso modificaría los equilibrios y tensiones internas y podría tener repercusión hacia el exterior.
En síntesis, más que apostarle a un giro en la política exterior desde el Estado, hay que apostarle a la vitalidad política interna de Estados Unidos como elemento que pueda modificar un poco los términos de la relación con el resto del mundo.
Justamente hablando de minorías ¿Podría salir de ahí el próximo candidato o candidata presidencial del Partido Demócrata?
Yo creo que debería salir de ahí, porque los demócratas ahora ganaron gracias a eso, entonces yo pienso que están haciendo también la lectura. La vez pasada tuvieron la peor candidata que pudieron haber elegido y eso fue castigado. En este momento, lo que la gente está demostrando es que quiere otro tipo de cosas, quiere realmente una representación de lo que son las dinámicas políticas reales en la sociedad norteamericana pues evidentemente ahí es donde entran todas estas llamadas minorías.
Por ejemplo, en el caso de los migrantes, hay una organización hoy que no tenían hace algunos años, han ido avanzando no solo en organización, sino en sistematización de propuestas, en el modo de intervenir no en el Congreso directamente pero sí en otras instancias. Además, tienen fuerza económica. Es decir, la organización de migrantes tiene una serie de pesos específicos dentro de Estados Unidos que tienen que reflejarse en la arena política.
Yo pienso que, si los demócratas son mas inteligentes que movilizadores de intereses, se darán cuenta que necesitan tener un candidato de este tipo y los hay muy buenos. Dentro de los que ganaron en estas elecciones y van al Congreso hay gente buenísima que realmente está generando expectativas en la población. Esperemos que esta vez no se les vaya la oportunidad, como ocurrió en las anteriores elecciones con la figura de Bernie Sanders.
¿Quieres hacer una última apreciación?
La última apreciación es que no pensemos que porque llegaron demócratas al Congreso ya tenemos nosotros los asuntos resueltos. La política internacional de Estados Unidos se mantiene fuerte, agresiva, ofensiva porque además está peleando contra coaliciones hegemónicas que sienten como desafiantes, que lo amenazan. La tónica de hierro va a seguir, así que tenemos que prepararnos con condiciones para resistir a la guerra, para desmontarla, para crear condiciones de paz ¿Cómo? Pues cada quien en su terreno sabrá que es lo que tiene que hacer.