Lina Cahuasquí es miembro de MIREDES-Internacional y parte del Comité Internacional del Foro Social Mundial de las Migraciones. Estuvo con nosotros para hacer un balance del VIII Foro que tuvo lugar en México D.F, los primeros días del mes de noviembre de 2018.
¿Podrías comentar brevemente qué es el Foro Social Mundial de las Migraciones?
Es un espacio contra hegemónico de articulación global en el que se intenta imprimir una nueva visión de la migración en condiciones de respeto, igualdad, reconocimiento. También es un proceso social porque en él confluyen muchas organizaciones y movimientos sociales en el mundo que luchan por ese reconocimiento por la defensa de los derechos de los migrantes. Es también un espacio que articula otras luchas como los derechos sindicales, los de los campesinos, entre otros. Es un espacio de confluencia global.
¿Cuáles fueron los objetivos de este VIII Foro, sus temas de agenda prioritarios y cómo se desarrolló?
Este VIII Foro Social Mundial de las Migraciones se convocó bajo el lema “Migrar, resistir, construir y transformar”. Buscamos que el foro no sea simplemente un evento sino un proceso. Ese es el cambio que hemos tratado de imprimir esta vez y las organizaciones fueron convocadas a realizar actividades antes, durante y después del Foro. Queremos transformarlo en un proceso de convocatoria mundial permanente.
¿Cuáles son las problemáticas que se pusieron en la agenda prioritaria de este Foro?
Esencialmente vemos cómo se han agudizado las condiciones de indefensión de los migrantes, refugiados y desplazados en sus países de origen, tránsito y destino y esa es una de las principales preocupaciones del Foro: la degradación de las condiciones en las que están migrando, que cada vez son mucho mas vulnerables y que son objeto de ataques de mafias internacionales.
Vemos, además, como segunda preocupación, cómo muchos Estados están implementando políticas anti migratorias totalmente racistas, xenófobas. Hay un retroceso también a este nivel. Todo lo que se ha logrado avanzar está debilitándose y va de la mano de las declaraciones y los discursos que alientan todas estas políticas por parte de uno uno de los países mas poderosos como es Estados Unidos y del presidente Trump.
Se están alimentando discursos de odio contra los migrantes. ¿Se habló de esto en el Foro? ¿Con qué herramientas se cuentan justamente para poder combatir toda esta macabra campaña de difamación que hay en contra de los migrantes?
En primer lugar estamos conscientes y se habló mucho sobre la necesidad de abordar el tema migratorio desde una perspectiva global. En segundo lugar, la necesidad de la articulación de las luchas, es decir que no se convierta únicamente en una defensa de los derechos de las personas migrantes, sino que sea un tema de interés para el planeta. Es un fenómeno que no es ajeno a nadie en el mundo.
Es necesario encontrar los nexos entre las diversas luchas que se dan a nivel global, los que luchan por los derechos de las mujeres, los ambientalistas, es decir la migración es una temática de transversal.
Esa intersección de las luchas es muy importante. Había gente campesina hablando de la defensa a la tierra por ejemplo y puedes preguntarte cómo se liga con la migración y todo tiene una conexión increíble: si la gente tuviera efectivamente apoyo en el campo, tendría las condiciones garantizadas y no tendría que migrar. Desde esa perspectiva, la necesidad de conectar todas las luchas, pero además la necesidad de tejer solidaridades a nivel global para desvirtuar, precisamente, esos discursos de odio.
Somos las personas de abajo las únicas que podemos cambiar. Los gobernantes de turno, la derecha, y todos los que están tomando estas políticas migratorias no lo van a hacer, tenemos que hacerlo nosotros, tenemos que construir nosotros desde abajo.
¿Se habló de alguna iniciativa para solidarizar con esta gente que esta migrando masivamente en estos dos lugares del mundo?
Efectivamente se analizó este fenómeno y además, mientras estuvimos en el Foro, la caravana estaba a punto de llegar. El fenómeno de las migraciones masivas se ha dado en los últimos años y es el resultado de un proceso que comenzó como un desacato individual: migrantes que avanzan, tratan de llegar a Estados Unidos, los deportan, regresan a sus países e insisten nuevamente.
Luego se produce un movimiento importante en Estados Unidos cuando iglesias, escuelas, hospitales dan albergue a los migrantes en situación de irregularidad y los protegen. Esa es una segunda etapa, de desacato institucional que va escalando en una dimensión política hasta llegar ahora al desacato de alcaldes como los de California o Nueva York que dicen que esos lugares van a convertirse en ciudades santuario de protección de los migrantes.
Finalmente viene el desacato social: grupos humanos de grandes dimensiones que dejan atrás una vida de carencias y amenazas y desafían a uno de los países más poderosos del mundo y revelando la dimensión de las condiciones estructurales que tienen nuestros países y que obligan a migrar forzadamente. Esto ocurre también en Europa, hemos visto como a través de la guerra la gente quiere dejar atrás, sabe que lo único que encuentra es muerte y aun así se aventura, desafía las fronteras para buscar refugio, para buscar esperanza.
Este es un fenómeno importante que nos debe llamar a la solidaridad, sobre todo la atención a los Estados que cada vez están imponiendo políticas anti migratorias que lo único que hacen es cerrar los muros y violar los derechos de las personas, pero no están abordando las causas estructurales
¿Qué caminos que se pueden abrir, hacia dónde enfocar la acción y qué podemos esperar?
El Foro no ha terminado. Como lo hemos dichos, es un proceso. El tercer día hicimos el Ágora de Futuros, una sección en la que cada uno de los siete ejes del Foro debía colocar las actividades de futuro que se iban a realizar.
Se articularon entre los diferentes ejes y la necesidad de impulsar esas acciones globales. Por ejemplo, se planteó la construcción de una red de ciudades santuario, emulando un poco la iniciativa que se ha dado en Estados Unidos. También se propuso una semana de acciones locales y globales en una fecha común, el próximo año. Además, se conformó la Red Mundial de Madres Inmigrantes en Búsqueda de sus Hijos.